Seguidores

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La masturbación: técnicas

Como el título es lo suficientemente explícito, pueden hacer ustedes como cuando leen una crítica que contiene spoilers y desean ver la película: no continuar leyendo esta concesión al hedonismo, el onanismo y el divertismo. Tengan en cuenta que también era hora, tras tres meses y medio de esfuerzo en este blog, de poner a prueba a nuestros seguidores. Les dejo con el tema:

Esta práctica ha sido siempre atacada por los sectores más conservadores de la iglesia, y demás gente de bien, con afirmaciones como:
“No te toques eso que te quedas ciego” ó “No te la machaques, que te salen granos”. Afirmaciones por otro lado, que todos los que estáis leyendo este documento, sabéis que son mentira.
Antes de meternos en materia, es muy importante que usted comience a familiarizarse con su miembro, su amigo el calvo. Míreselo, cójalo, vea como se hincha, píntele unos ojos, hágale ropita. Cuando ya sea uno más, estará preparado.
Y ahora ya, sin mas dilación, vamos a pasar a relatar las técnicas milenarias que numerosos genios han ido acumulando en sus momentos de ocio, para nuestro disfrute.

1. La paja del misionero.
Materiales: Si es usted un neófito en la materia, necesitará sin duda una revista, una película, o algún tipo de material de índole estimulante. Los grandes maestros prescinden de todo este tipo de añadiduras. También necesitará papel higiénico, Klinex, o material similar.

Por analogía con su versión del coito, (de la cual solo se diferencia en que no conoces gente). Póngase cómodo, relájese, respire hondo.
Una vez recolectado el material, proceda a asir el miembro viril, firmemente (pero sin estrangular), y comience un suave movimiento de vaivén, rítmico… hipnótico, desde la base hasta el glande (o capullo). No se preocupe si inicialmente no siente nada. A medida que el movimiento prosigue, verá como le invade una agradable sensación.
Si su pene continua inerte y fláccido, compruebe con detenimiento los pasos anteriores. Si todo ha ido bien, al cabo de algunos minutos comprobará que necesita aumentar el ritmo: la maquina le pide más. La culminación de este paso llegará en breve. Con la mano que le quede libre, cójase el papel higiénico, y colóquelo en la trayectoria que intuya vaya a seguir el pegote que surgirá como colofón glorioso a la
tarea emprendida. Nunca, repito NUNCA, lo haga sobre la revista, ya que si no, tendrá que pasar las hojas de tres en tres, e impedirá que otros familiares y/o amigos disfruten con tan preciado material.
¡Enhorabuena!. Ya es usted un iniciado en la paja del misionero.

2. Postre de la casa.
Materiales: Un melón, un microondas y un cuchillo de cocina.

Esta técnica no solo requiere un dominio de las técnicas anteriores, sino una gran pericia a la hora de elegir el melón: el objeto del deseo. No piense en el como en una fruta: véalo como un amigo, póngale nombre si es necesario. Con una precisión quirúrgica, haga una incisión transversal en uno de los polos. Deberá cortar lo suficiente para dejar hueco a su amigo el calvo. Compruébelo bien ahora, porque luego no tendrá tiempo, y podría echar abajo la operación. Una vez echo el hueco, y comprobada con una incursión de reconocimiento, la validez de dicho hueco, prepárese para el segundo paso, que requiere una gran destreza.
Introduzca el melón en el microondas, después de haber extraído el miembro. Caliéntelo durante breves instantes, dependiendo de la potencia del microondas. Un calor excesivo podría echar abajo esta operación, y muchas otras. Con gran rapidez y agilidad, abra el microondas y, mientras aún esté caliente, introduzca al calvo repetidas veces hasta consumar la operación. Muchos testimonios avalan que es exactamente igual a una vagina.
Nota: No se olvide de tirar el melón a la basura, y no lo meta en la nevera para otra vez, ya una lamentable confusión puede llevarle a comer el auténtico postre de la casa (aunque por otro lado, no deja de ser un plato hecho por uno mismo, con todo el amor del mundo).

3. La mano que mece la cuna.
Materiales: Una silla, u otro mobiliario rígido, que le permita estar sentado. El papel higiénico.

Deslice su mano habitual debajo de sus posaderas, hasta agarrarse el muslo de la pierna contraria, y siéntese encima, presionando el antebrazo. Si lo está haciendo bien, notará como su brazo se adormece. Deberá investigar hasta encontrar el punto exacto de adormecimiento. Cuando con la otra mano se pellizque los dedos de la mano habitual, y no los sienta, habrá llegado el momento de la acción. Tendrá unos breves momentos hasta que el brazo recupere su riego, en que le parecerá que se la está machacando otro.

4. la mano que mece la cuna (Enhaced).
Materiales: Una silla, y esmalte de uñas rojo pasión.

La mecánica es la misma que la anterior, solo que antes deberá pintarse las uñas de su mano habitual., para que en este caso, parezca que se la está machacando otra (mujer, no mano).

5. Que te la pique un pollo.
Materiales: Un pollo muerto, una barra de pan, crema hidratante, y un microondas.

Extraiga la miga del pan, échela en un bol, y a modo de sopa de leche, úntela bien con la crema hidratante. Una vez tenga una masa compacta y suave, rellene el pollo desde su parte trasera con tal pasta. Introduzca a su amigo el calvo, para probar y hacer el hueco necesario, y al igual que con el melón, introduzca el conjunto (sin calvo) en el microondas. Una vez a la temperatura adecuada, proceda a ejecutar los pasos explicados previamente en “El postre de la casa”.
Esta variación da mejor resultado que la del melón, debido al tacto caliente y carnoso del ave. ¡Ojo!. Como en el caso del melón, le aconsejamos no dejarlo de nuevo en la nevera para posteriores usos.
Recomendaciones: Si su pollo tiene aun cabeza, decapítelo antes de efectuar el acto. Numerosos testimonios afirman que la mera visión de la cabeza asomando en las embestidas, corta bastante el rollo.

6. Twister contra el calvo.
Materiales: Una aspiradora, y una bolsa de plástico suave, y una muñeca pepona, o cualquier otro patético peluche.

Extraiga el escobón de la aspiradora, dejando libre el tubo succionador. Perfore un agujero desde la nuca del muñeco hasta la boca. Introduzca el tubo succionador desde atrás, de forma tal que aparezca levemente por la boca. Envuelva al calvo en la bolsa, y tenga a mano el interruptor del aspirador. Meta su miembro en la boca del peluche, conecte el aspirador, y el muñeco que le hizo feliz en su infancia le hará mas feliz ahora. El muñeco puede guardarlo para posteriores usos. Si lo desea, puede usted probar el artefacto con otros orificios de su muñeco preferido. Si el muñeco hace algún tipo de ruido cuando se le aprieta, es mucho mejor, porque casi parece que estuviese participando activamente. Si su muñeco es uno de estos, no lo deje escapar: no son fáciles de conseguir.

7. ¡Otto, a comer to Dog Chow!
Materiales: Un perro o un gato fiel y juguetón, y mermelada, miel o la golosina líquida preferida por su mascota. ¡Ojo!. No intente esta técnica si no confía totalmente en su mascota.

Unte copiosamente con la mermelada a su sonrosado amigo, llame cariñosamente a su mascota, y muéstrele el suculento menú. El hará el resto. Sus familiares y amigos ya no podrán decir que su mascota no sabe ningún truco, o que no sirve para nada.

Nota: Animales como tortugas, hámsters o peces de colores, no son recomendables para este método.

7 comentarios:

  1. 8. No todo lo que vuela va a la cazuela
    Materiales: Una mosca en perfecto estado de salud. Una bañera llena de agua caliente.

    Cójase el insecto, y procédase a retirarle una de las alas. Métase en la bañera, y a modo de periscopio, asome a su amigo el calvo de entre las aguas.

    Cuando vislumbre tímidamente su calva, coloque al insecto en la calvo islote, y déjela hacer. La mosca comenzará a dar vueltas alrededor de la isla, generando así una plácida sensación.

    Todavía no conocemos a nadie que haya llegado al orgasmo con esto, pero sí a quien lo ha practicado. Esta vez no es necesario el papel, debido a
    que el chorro llevará al insecto por delante, directamente al agua (según las previsiones mas optimistas).

    Jejeje...

    Salu2

    ResponderEliminar
  2. Por primera vez estoy sin palabras. NO SE PUEDE HABLAR Y DESCOJONARSE A LA VEZ. UMmM

    9: SI YO LLEGARA NO SALDRÍA DE CASA
    Haga ejercicios de contorsionista, especialmente con su cabeza y lengua.
    Cuando gane en flexibilidad, estire el cuello cual jirafa e intente llegar a su "amigo el calvo".
    Si no llega, siga con los ejercicios.
    Si llega, prepárese para no salir de casa nunca más.
    Efectos secundarios: 1)crea adicción. 2) Cuidado con los mordiscos...

    ResponderEliminar
  3. Al fin una buena guía para algo importante.

    ResponderEliminar
  4. Una entrada digna del mismísimo Torrente. Se echan de menos las ilustraciones explicativas, tipo Forges quedarían mejor aun.

    Para despedirme nada mas indicado que (con respeto) "A cascarla" XD

    ResponderEliminar
  5. Me temo que he perdido el tiempo con un onanismo muy convencional. La del twister contra el calvo me ha resultado incluso un consejo muy sabio. Desde luego no me acostaré esta noche sin saber nada nuevo. Probablemente tampoco me acueste sin haberlo practicado. O lo practicaré una vez acostado.

    ResponderEliminar
  6. He de decir que estoy indignada con esta entrada.

    He probado todo lo que cuentas y no he conseguido comprender que hacer! Tendrás que explicarte mejor o advertir que es un comentario para MACHOS!! :P

    Pues nada, les comentare a los amigos estas tecnicas para que puedan darme sus impresiones.

    ResponderEliminar