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miércoles, 23 de febrero de 2011

El grano de café

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?" "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?" El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido. Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? O eres como un grano de café. El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. Y tú te has puesto a pensar, ¿cual de las tres eres?

14 comentarios:

  1. que mierda... quiero ser café, pero creo que soy huevo!

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  2. Yo no se que soy; pero quisiera comportarme como los granos de cafe para cambiar este mundo miserable y traicionero.

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  3. A mi me va mas el poleo-menta, si el cuento lo permite.

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  4. Me gustaría ser el agua...
    Un saludo.

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  5. Definitivamente, soy un huevo que se esfuerza en ser café.

    La historia parece de estas que te cuentan en estas convivencias y seminarios de motivación y rollos de empresa varios, tipo ¿Quién se ha llevado mi queso?, el pavo real entre pingüinos, la fábula del que recogía estrellas de mar en la playa y un largo etcétera.

    Este tipo de historias están bien, el problema es que las utilizan para intentar exprimirte como a un limón.

    ¿ Decía algo el cocinero sobre el limón ?

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Estimado Pepe Deapié (te dejo también aquí mi respuesta a tu comentario en mi blog):

    Sí, amigo, falta violencia juvenil que exijan a las generaciones mayores, sobre todo las que gobiernan, poner las barbas en remojo. Creo, de todo lo mala y corrupta que es la política en nuestro país -España- José Luis Rodríguez Zapatero es el menos malo. Este Mariano –con sus también desgastados secuaces- y su obsesión con el poder me cae en las puras bolas (nunca le perdonaré usar la sangre de sus conciudadanos de los atentados del 2004 para capitalizar votos acreditándole la autoría a ETA, si aún no se habían enfriado las pobres e inocentes víctimas. Seguro es un genio a lo Sherlock Holmes para haber apuntado en minutos a la organización terrorista vasca, pero no es más que un payaso capaz hasta de chupar la polla de Rasputín con tal que lo dejaran saborear el poder real de ser presidente de Estado. Disculpa ejemplo tan bizarro, pero es que esto me enfurece. No sé cómo España no le ha cobrado semejante vileza a este espantapájaros que aún es presidenciable! España duerme el sueño de los inocentes!).

    Abrazos,
    Frank.

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  8. A mi me gustaría ser el cocinero, que maneja todo a su antojo.

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  9. No sé cómo soy pero me esfuerzo por ser como el café día a día.
    ¡Vaya entrada!, para reflexionar y guardarla...
    Me voy a por un café, que siempre viene bien para pensar...
    Besos.

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  10. Yo, me parezco más al huevo. Por lo menos eso me parece cuando me veo por las mañanas en el espejo.

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  11. buenísimo tendría que reflexionarlo. Gracias por la aportación

    un saludo

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  12. Lo mio es el viento, tal vez una brisa con aroma a café.


    un saludo a todos

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