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martes, 8 de mayo de 2012

La búsqueda de la felicidad

Hay un dicho en finanzas: cuando no sé tiene claro que hacer (cuando el mercado está sin rumbo, con incertidumbre), vete a pescar.
Parece evidente lo que significa, cuando no sepas qué debes hacer lo mejor en no hacer nada, las decisiones que se toman "en caliente" no suelen satisfacer a quien las toma y siempre es preferible desear montar en un ultraligero cuando estás en tierra que encontrate en el avión deseando estar pisando tierra firme, no se puede comparar una angustia a otra.
Podríamos pensar que los seres humanos están de acuerdo en algunas cosas. Cosas como qué es ser feliz, y después de 250.000 años de existencia, 2.500 de filosofía y 25 años revolucionarios, intensos e incomparables años de Internet, sería lógico esperar haber alcanzado un consenso. Después de todo, la sonrisa -el símbolo de la felicidad- es universal. Y la felicidad debería ser un asunto en el que estuviéramos de acuerdo, puesto que es la razón misma de la existencia.
Sin embargo, la historia de la felicidad es una saga lamentable. Siempre ha habido optimistas: para los hedonistas, felicidad equivalía a placer e intentaban tener el máximo. Arístipo de Cirene hizo de la búsqueda del placer el objetivo de su vida. Y era inteligente. Nada menos que Sócrates le reprendió, señalando que el hedonismo sin límite le haría esclavo de sus deseos y nada feliz. La respuesta de Arístipo fue simple y radical. Pretendía disfrutar de más placeres de los que deseaba para ser él quien los dominara y no al contrario.
Este punto de vista tenía un fallo. El placer excesivo puede llevar al dolor, e incluso a la muerte. Hegesias, otro seguidor de Arístipo, le dio la vuelta a esta filosofía proponiendo que la felicidad radica en evitar el dolor y no en disfrutar del placer. Puesto que placer y dolor pueden ser muy parecidos, esto solo dejaba una salida racional: la eliminación de ambos, es decir, el suicidio. Esta conclusión le valió a Hegesias el sobrenombre de "orador de la muerte", en Alejandría hubo una serie de suicidios en cadena de sus estudiantes y, aunque murieran contentos, su felicidad kamikaze tuvo un precio: la infelicidad de sus tutores, que prohibieron ejercer a Hegesias por la aflicción causada. Desde entonces, las autoridades morales han subrayado que el placer no es algo que pueda buscarse de cualquier manera. El hedonismo impide la felicidad de los demás.

15 comentarios:

  1. No sé si el hedonismo impide la felicidad de los demás, pero sí puede ignorarla o pisarla en pos de la propia. El hedonista es egoísta, no cabe duda y la felicidad...tiene tantas caras como tipos de sonrisas hay en el mundo.

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    1. En realidad no intento ser mejor que mis contemporáneos o mis predecesores, solo intento ser mejor que yo mismo.

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    2. Es lo que es sensato hacer.
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      Un cordial saludo.

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  2. Aquel que se obsesiona con encontrar la felicidad, se olvida de disfrutarla cuando se le presenta.

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    1. La gran mayoría de las personas que se sienten mal y vacías es porque usan las cosas para deleitar su corazón, en lugar de usar el corazón para disfrutar de las cosas.

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    2. Nuevamente: muy cierto.
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      Un cordial saludo.

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  3. Me parece radical.
    Hay que saber dónde está el límite de buscar placeres y tratar de obtener tu felicidad para que ello no sea a costa de la felicidad del otro.
    Esto va en la mente de cada uno.
    El egoísta por supuesto pasará de todo en todas las facetas de su vida y el que aunque hedonista, sabe discernir, vivirá de acuerdo a ello.

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    1. Cree en aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado.
      André Gide.

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    2. San Agustín, hace dieciseis siglos, dijo: "Se busca para encontrar y se encuentra para seguir buscando." La búsqueda no cesa en toda nuestra vida. Algo que digo yo; y no sé si lo hayan dicho otros, es que puede hacerse más interior sin perder dinamismo.
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      Un cordial saludo.

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  4. Creo que buscar la felicidad es absurdo. Siempre nos llegará cuando ella quiera para marcharse por el camino contrario también cuando ella quiera. Mejor dedicarse a disfrutar de lo que tenemos. Seremos más felices...
    Saludos.

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    1. He comprendido mejor tu comentario después de visitar tu blog. Claro ¡teniendo de chica del mes a Katherine Heigl! No me extraña que desees disfrutar de lo que tienes.
      Gracias por tus palabras, un saludo.

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  5. Interesante. Siempre me he confesado hedonista pero no creo en el placer desenfrenado. Sí creo más en la catalogación de los epicureos. No al cien por cien pero estos hablaban de placeres no dañinos como una buena charla con un amigo, una buena lectura, etc. Placeres que no pisan a nadie. Creo que se olvidaron del placer de ayudar a alguien y hacerle sonreir. Otro placer irreprochable.

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    1. Yo también me defino como hedonista pero lo hago más bien destacando un defecto que una virtud no obstante la independencia del pensamiento es la más orgullosa aristrocacia.
      Leerte, otro placer irreprochable.

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    2. Por cierto Sergio, el comentario ese que has dejado por ahí de "estoy con Pepe y seguro que con Pitt" es... conmovedor JAJAJAJAJAJA.

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