Queridos amigos varones, leyendo algunos blogs o comentarios que las féminas dejan en ellos, parece que no tienen muy buena impresión del género masculino. Por si alguno de vosotros se atreve proporciono un test para comprobar quien os ama de verdad. Está dirigido a aquellos que tienen perro pero creo que resultará igualmente aleccionador aunque así no sea. Hay que hacer la siguiente prueba:
1. Encierra a tu perro y a tu mujer en el maletero del coche.
2. Espera exactamente una hora de reloj.
3. Abre el maletero del coche.
4. Comprueba quién se alegra de verte nuevamente.
Pitt el loco.
lunes, 31 de enero de 2011
domingo, 30 de enero de 2011
Descubrir maravillas (fragmento)
Todos los seres humanos sentimos un ansia permanente por sorpresas y maravillas. Vivir humanamente es vivir asombrados. Nunca conseguimos acostumbrarnos del todo ni a la claridad del día ni a las tinieblas nocturnas, ni al milagro tantas veces repetido del nacimiento ni al horror impenetrable de la muerte. Miramos con sorpresa el cielo, el bosque, el mar y sobre todo nos miramos atónitos unos a otros, tan semejantes y tan distintos. A veces nos adormecemos durante un largo tiempo en la rutina, pero de pronto algún acontecimiento terrible o jubiloso nos zarandea y lo miramos todo otra vez con ojos nuevos, deslumbrados.
Fernando Savater
Fernando Savater
sábado, 29 de enero de 2011
viernes, 28 de enero de 2011
Ansia
La palabra es la cárcel de la idea.
Yo, en vez de la palabra,
quisiera, para concretar mi duelo,
la queja musical de una guitarra.
Una de esas guitarras cuya música
dulce, sencilla, casta,
encuentra siempre para hacer su nido
algún rincón del alma...
Nicolás Guillén
Yo, en vez de la palabra,
quisiera, para concretar mi duelo,
la queja musical de una guitarra.
Una de esas guitarras cuya música
dulce, sencilla, casta,
encuentra siempre para hacer su nido
algún rincón del alma...
Nicolás Guillén
jueves, 27 de enero de 2011
Islandia: La revolución silenciada
Os pongo un link a un artículo de uno de los sitios que sigo, que me ha llamado la atención y otro que lo cuenta con más detalle. Si las cosas son como dicen, que creo que sí, resulta muy llamativo el distinto eco que han tenido/están teniendo en los medios de comunicación las revueltas de Túnez y Egipto, en comparación con la de Islandia.
Estos son os links: http://nosinmibici.com/2011/01/23/2073/
http://www.kriptopolis.org/islandia-revolucion-silenciada
Me gustaría conocer vuestra opinión al respecto.
Quino
Os aseguro que esta entrada no obedece a ninguna obsesión. Es una petición de mi socio y amigo Pepe Deapié y como comprenderéis no puedo negarle nada al "alma mater" y materia gris de este blog.
Por cierto, a los seguidores de más reciente entrada les recomiendo que insistan porque, a pesar de mis chorradas, alguna vez también escribe Pepe Deapié.
miércoles, 26 de enero de 2011
Job
Para muchos, Job es el modelo del ciudadano perfecto. Cuando las cosas andan bien, agradece. Cuando no, también. Nunca se queja, nunca pide nada, y por sobre todo, siempre permite que su Amo y Señor haga lo que se le dé la gana. Para Job, nada de sindicatos ni de gremios, nada de asociaciones de jubilados ni de grupos de vecinos, nada de Amnesty International. ¿Le roban lo suyo con la complicidad de fraudulentos abogados? ¿La casa se le derrumba porque la inmobiliaria escatimó en la construcción? ¿Se enferma y en el hospital le dicen que no hay lugar, y si hay lugar, no hay material médico? ¿Abusan de él, sus hijos desaparecen? Job baja la cabeza, repite aquello de "¿quién soy yo para saber lo que merezco?", y se rehúsa a acusar a los del Gobierno.
En la fábula bíblica, Job sale ganando. Dios se da cuenta de que su criatura es capaz de más sacrificios que Él mismo, y que muestra una envidiable capacidad de perdón. Por lo tanto, Dios decide recompensar tanta devoción y le otorga a Job el doble de lo que le había quitado. Eso, el final feliz. Pero en la realidad, las cosas son un tanto distintas. Job sigue sufriendo y de la supuesta recompensa, por el momento no se sabe nada. ¿Hasta cuándo aguantará Job? ¿Cuántas cosas más habrá que quitarle para que reconozca que toda injusticia es inaceptable? ¿En qué momento se preguntará, como dice el derecho romano, Cui bono? Es decir: ¿a quién beneficia todo esto que le está ocurriendo? ¿Quién se ha quedado con sus rebaños, con sus propiedades, con el fruto de su trabajo? ¿Quién es responsable de la muerte de sus hijos? ¿Cuándo tiene un hombre la obligación de defenderse contra la arbitrariedad de los que están en el poder? ¿De cuántos derechos más habrá que privarlo al pobre Job antes de que diga "basta"? El reto de Satanás sigue en pie.
lunes, 24 de enero de 2011
Estrella Altair
Esta entrada está dedicada a Estrella Altair.
En el juego que hacemos de los premios hay que confesar siete “secretos” y en el blog de leamsi confiesa que fuma (ya empezamos) en su entrada. Estrella Altair hace un comentario y entre otras pocas cosas dice lo siguiente:
Me ha gustado conocerte un poquito mejor..
pero eso de fumar..
ummm.... tu ya sabes..
en fin...
te respeto..
pero he decirte una cosa que sino reviento..
los que fumáis no oléis muy bien..
ya está dicho.. y creo que no lo notáis..
que es lo peor.
Si no fuera por mi afán de exhibicionismo sería suficiente con dejarlo ahí. Mis lectores son capaces de entender el mensaje, el de Estrella Altair y el de Pitt (ahora que lo escribo noto cierta diferencia entre los dos nombres). Pero E.A. publica en su perfil su gusto por: Platón, Ortega, Punset, Freud, Roff Carballo...
Empecemos:
1. Tengo que reconocer algo positivo en su comentario, al menos reafirma y llena de sentido el título que le da Leamsi a su blog.
2. Aquí acaba todo lo positivo.
3. Platón nos enseñaba como para reconocer los objetos (mucho más las personas) necesitamos algo más que los sentidos (olfato incluído): la mente, la inteligencia interior (nous).
4. Ortega. Imagino que es como llaman los intelectuales a Ortega y Gasset, si se refiere usted a otro Ortega perdone la confusión. Si lo que ha escrito en su comentario es su convicción, es una opinión arraigada en su interior, si para usted es algo indubitable, esta es la frase del maestro:
Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son la más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión.
Esta otra frase es de propina:
Evitemos suplantar con nuestro mundo el de los demás.
5. Este pensamiento de Sigmund Freud le va a encantar porque en él también cita a Platón:
Dijo Platón que los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen en realidad.
También le dejo una imagen del eminente psicoanalista.
6. Con el maestro Punset voy a ser más creativo. En vez de una frase, una reflexión.
No imagino a Punset diciendo: “Los que fumáis no oléis muy bien, y creo que no lo notáis...que es lo peor”. Si no me cree intente “pasarlo” por una frase de Punset.
7. Para terminar dos cosas. Esta entrada no quiere defender a nadie, menos a Leamsi, al que no dudaría acudir si tuviera que defenderme él a mí y no al contrario. Responde a que soy fumador y me siento aludido (escribo y casi no me lo creo).
Conocedor de su interés por Roff Carballo, decirle que según su teoría de “urdimbre constitutiva” me alegro de saber que nuestros caminos no se cruzarán nunca.
sábado, 22 de enero de 2011
El nogal
Una vez un rey paseaba por el bosque y vio a un pobre viejecito que se afanaba en un surco. Se acercó a él y vio que estaba plantando nogales. Le preguntó por qué lo hacía y el viejecito le respondió: “Me encantan las nueces”. El rey le dijo: “Anciano, no castigues tu encorvada espalda sobre ese hoyo. ¿Acaso no ves que cuando el nogal crezca, tú no vivirás para recoger sus frutos?”. Y el anciano le respondió: “Si mis ancestros hubieran pensado como vos, majestad, yo nunca hubiera probado las nueces”.
viernes, 21 de enero de 2011
Bellas historias
Estamos necesitados de que nos cuenten historias bellas y verdaderas pues abunda la mirada quirúrgica del periodista y la a veces demasiado plúmbea del doctor adscrito a no sé que bando. La verdad también se inventa: con pasión, con serenidad, con fe. Es decir, sin olvidar que de cuatro disputas de aldea nació la Ilíada.
miércoles, 19 de enero de 2011
Viajar (por "el otro")
No he podido resistir, ante la sencilla y brillante entrada de Pepe, hablar sobre “viajar”. En la juventud comprendo el ansia de viajar, primero porque significa la libertad y la autonomía de la que no disfrutas en el hogar familiar y segundo, porque los viajes dan a los ociosos la ilusión de la actividad y si algo distingue la juventud es su ociosidad. Para mí viajar es conocer gente y como ya conozco bastantes imbéciles, pues eso.
Leo también en los comentarios: ir a China. Para ir a China tienes que tomar el avión. Pero no un rato. Cuanto más viajo en avión (aeropuertos, controles, reglamentos, demoras, anulaciones...) más me da por saco. En una ocasión hice un viaje en avión de dieciséis horas (naturalmente hubo que volver) y os puedo asegurar que solo existen dos clases de emociones dentro del avión: el aburrimiento y el terror. También en los viajes cortos, pero estás asqueado o aterrorizado menos tiempo. Tampoco resulta barato, por favor abstenerse para convencerme los que les gusta viajar por poco dinero, porque eso si que me da náuseas, literal: hoteles sucios, mal situados, baños de olor insoportable, comida bazofia ¡qué divertido!, y si no resulta barato tienes que estar un año trabajando para ir ¿a la China? Perdona Antonio Saz pero como tengo confianza la he tomado con la China. Las fotos. Soy aficionadillo a la fotografía, pero estoy de acuerdo con Anne: será mejor foto la de una simple postal. Fotos tuyas puedes sacar en cualquier sitio, buenas y buenísimas. No odio otra foto más que la del indígena de turno (por supuesto sin que estés tú al lado, eso merece cárcel), se pueden hacer fotos cuando viajas pero no tienes por qué reconocer el sitio, como hace Antonio Saz (foto bizarra).
Pasaré por alto lo de que “viajar aporta cultura” porque un estudio (bastante caro por cierto) del estado español demostró lo contrario, creo que se llamó “Viajes del Inserso”. También porque azafatas y pilotos serían sabios, y Soraya (sí esa cantantes del Poyeya) era azafata.
Beta lo comenta porque ella, seguro que no me equivoco porque leo su blog, adquiere cultura y personalidad y conocimientos allá donde se le presenta la ocasión, y a eso se le llama talento, el que ya posee, que lo acrecentará viajando pero que no se adquiere por ello.
Mis viajes más bellos, los más dulces, los he hecho al calor del hogar, con los pies en la ceniza caliente y los codos reposando en los brazos desgastados del sillón de mi abuela.
Terminaré con una conocida frase de Emily Dickinson:
Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro.
Pitt el loco.
Leo también en los comentarios: ir a China. Para ir a China tienes que tomar el avión. Pero no un rato. Cuanto más viajo en avión (aeropuertos, controles, reglamentos, demoras, anulaciones...) más me da por saco. En una ocasión hice un viaje en avión de dieciséis horas (naturalmente hubo que volver) y os puedo asegurar que solo existen dos clases de emociones dentro del avión: el aburrimiento y el terror. También en los viajes cortos, pero estás asqueado o aterrorizado menos tiempo. Tampoco resulta barato, por favor abstenerse para convencerme los que les gusta viajar por poco dinero, porque eso si que me da náuseas, literal: hoteles sucios, mal situados, baños de olor insoportable, comida bazofia ¡qué divertido!, y si no resulta barato tienes que estar un año trabajando para ir ¿a la China? Perdona Antonio Saz pero como tengo confianza la he tomado con la China. Las fotos. Soy aficionadillo a la fotografía, pero estoy de acuerdo con Anne: será mejor foto la de una simple postal. Fotos tuyas puedes sacar en cualquier sitio, buenas y buenísimas. No odio otra foto más que la del indígena de turno (por supuesto sin que estés tú al lado, eso merece cárcel), se pueden hacer fotos cuando viajas pero no tienes por qué reconocer el sitio, como hace Antonio Saz (foto bizarra).
Pasaré por alto lo de que “viajar aporta cultura” porque un estudio (bastante caro por cierto) del estado español demostró lo contrario, creo que se llamó “Viajes del Inserso”. También porque azafatas y pilotos serían sabios, y Soraya (sí esa cantantes del Poyeya) era azafata.
Beta lo comenta porque ella, seguro que no me equivoco porque leo su blog, adquiere cultura y personalidad y conocimientos allá donde se le presenta la ocasión, y a eso se le llama talento, el que ya posee, que lo acrecentará viajando pero que no se adquiere por ello.
Mis viajes más bellos, los más dulces, los he hecho al calor del hogar, con los pies en la ceniza caliente y los codos reposando en los brazos desgastados del sillón de mi abuela.
Terminaré con una conocida frase de Emily Dickinson:
Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro.
Pitt el loco.
lunes, 17 de enero de 2011
Viajar
Leí hace años un artículo en un dominical que me llamó la atención por lo bien escrito que estaba y por el tema. Venía a comentar que antaño se viajaba por el placer de viajar y el ansia de conocer y en cierto modo, crecer intelectual y humanamente. Decía también que por el contrario, hoy en día existe mucha gente que viaja por haber viajado. Para poder contarlo, guardar y enseñar fotos y vídeos de los sitios visitados, cual si fueran trofeos.
Lo cierto es que así, viajar pierde su encanto y no permite ampliar lo que doy en llamar el equipaje vital. Si a esto sumamos el estrés que produce pensar que te van a fastidiar tus vacaciones huelgas de controladores, huelgas de pilotos, de trenes, controles antiterroristas, la masificación del turismo etc., dan ganas de viajar más bien poco.
Eso si, viajar por haber viajado, tiene la ventaja obvia de acelerar la marcha de algunas visitas, sin más que amenazar con enseñar vídeos o fotos de las vacaciones.
Villancico en Central Park
Vistió la noche, copo a copo,
pluma a pluma,
lo que fue llama y oro,
cota de malla del guerrero otoño
y ahora es reino de la blancura.
¿Qué hago yo, profanando, pisando
tan fragilísimo plumaje?
Y arranco con mis manos
un puñado, un pichón de nieve,
y con amor, y con delicadeza y con ternura
lo acaricio, lo acuno, lo protejo.
Para que no llore de frío.
José Hierro
de su libro "Cuadernos de Nueva York"
domingo, 16 de enero de 2011
La misantropía ayuda
En algún comentario de nuestros amables lectores ponen en duda la misantropía que titula nuestro blog. Valga la frase de hoy para aclarar conceptos:
Cuanto más conozco a los hombres, menos los quiero; si pudiese decir otro tanto de las mujeres me iría mucho mejor.
Cuanto más conozco a los hombres, menos los quiero; si pudiese decir otro tanto de las mujeres me iría mucho mejor.
sábado, 15 de enero de 2011
Lengua de mapa
Y no tener otra cosa que ofrecer:
las manos vacías
y la posibilidad inminente de recorrer tu cuerpo
marcando con mis dedos el camino de los ríos
como transcurren por la tierra
en la que tú y yo germinamos.
Almudena Vidorreta
las manos vacías
y la posibilidad inminente de recorrer tu cuerpo
marcando con mis dedos el camino de los ríos
como transcurren por la tierra
en la que tú y yo germinamos.
Almudena Vidorreta
jueves, 13 de enero de 2011
Percepción
Mientras una parte de lo que percibimos penetra a través de nuestros sentidos a partir del objeto que tenemos ante nosotros, otra parte (y tal vez sea la mayor) surge siempre de nuestra propia mente.
miércoles, 12 de enero de 2011
Golf
martes, 11 de enero de 2011
El problema de la vida
Todo el problema de la vida es éste: cómo romper la propia soledad, cómo comunicarse con otros.
domingo, 9 de enero de 2011
Miradas
Dicen que la belleza nace siempre de un encuentro, que no existe si no hay una mirada capaz de captarla.
Con el corazón en la mano
No me he resistido a traer, para vosotros, el primer párrafo de “Con el corazón en la mano”, novela de Chris Cleave:
“Muchos días pienso que me gustaría ser una moneda de libra esterlina en lugar de una chica africana. Todo el mundo se alegraría de verme. Podría pasarme el fin de semana contigo y luego, de repente, porque soy así de caprichosa, me iría con el tipo de la tienda de la esquina. Pero tú no te pondrías triste, porque estarías comiéndote un pastelito de canela o tomándote una lata de coca-cola bien fresquita, y no te volverías a acordar de mí. Seríamos felices, como dos amantes que se conocen durante las vacaciones y que luego olvidan sus nombres para siempre”.
“Muchos días pienso que me gustaría ser una moneda de libra esterlina en lugar de una chica africana. Todo el mundo se alegraría de verme. Podría pasarme el fin de semana contigo y luego, de repente, porque soy así de caprichosa, me iría con el tipo de la tienda de la esquina. Pero tú no te pondrías triste, porque estarías comiéndote un pastelito de canela o tomándote una lata de coca-cola bien fresquita, y no te volverías a acordar de mí. Seríamos felices, como dos amantes que se conocen durante las vacaciones y que luego olvidan sus nombres para siempre”.
sábado, 8 de enero de 2011
Sociedad de consumo
Sócrates era famoso por su austeridad. Durante una gran parte de su vida fue más conocido por no llevar zapatos que por sus pensamientos. Hay una historia que cuenta que un día fue al mercado. La gente andaba a empujones y los puestos rebosaban de productos de todo el Mediterráneo. Un comerciante descubrió a Sócrates y, divertido con la idea de venderle algo al hombre que no tenía nada, le gritó: “¿Qué desea comprar? ¿Qué le hace falta?”.
Algunos de los parroquianos se giraron para oír lo que Sócrates respondía. ¿Se mostraría receptivo o pondría al vendedor en su sitio?
Sócrates se acercó al puesto, señaló todas las mercancías expuestas ante él y extendiendo sus manos ante tal abundancia exclamó: “¡Por todos los dioses! ¿Quién hubiera dicho que hay tantas cosas que no necesito?”.
Algunos de los parroquianos se giraron para oír lo que Sócrates respondía. ¿Se mostraría receptivo o pondría al vendedor en su sitio?
Sócrates se acercó al puesto, señaló todas las mercancías expuestas ante él y extendiendo sus manos ante tal abundancia exclamó: “¡Por todos los dioses! ¿Quién hubiera dicho que hay tantas cosas que no necesito?”.
viernes, 7 de enero de 2011
Walt Disney: La Cenicienta
Espero que alguien valore las ilustraciones.
Como esta cenicienta a la que el hada madrina advirtió: "Cenicienta, si no has vuelto a los doce en punto de la noche, el chichi se te convertirá en un melón.
Cenicienta, una vez en la cena que precedía al baile, observó como el príncipe, a los postres, devoraba con fruición, un sabroso melón. Entre bocado y bocado a la pulpa de la fruta, el príncipe le preguntó a Cenicienta: ¿A que hora tienes que volver a casa?. Cenicienta le respondió, sin darle importancia: A las tres, o las cuatro..."
Walt Disney: Balncanieves
jueves, 6 de enero de 2011
La mente vacía
Mantener la mente vacía es una proeza, una proeza muy saludable. Estar en silencio todo el día, no ver ningún periódico, no oír ninguna radio, no escuchar ningún chisme, abandonarse absoluta y completamente a la pereza, estar absoluta y completamente indiferente al destino del mundo, es la más hermosa medicina que uno puede tomar. Poco a poco se suelta la cultura libresca, los problemas se funden y se disuelven, los ligámenes se rompen; el pensamiento, cuando uno se digna entregarse a él, se hace muy primitivo; el cuerpo se transforma en un nuevo y maravilloso instrumento.
Dejar la mente vacía no es lo mismo que tenerla.
Dejar la mente vacía no es lo mismo que tenerla.
La vida (y III): Tempus fugit
La muerte no se entiende porque la vida es lo único que tenemos, no existe otra propiedad en la naturaleza de lo que somos, y tampoco la vida se entiende, pero se tiene y se siente, al menos como el misterioso fluido que cada mañana nos hace abrir los ojos.
No obstante, la mejor herencia que nos legó el padre Adán fue la muerte, el descanso eterno. Tengamos en cuenta que como el hombre fue hecho el último día de la Creación, cuando Dios ya estaba cansado de tanto crear ("y el séptimo descansó"), pues por eso salió tan mal. El hombre fue una chapuza divina de un fin se semana.
No obstante, la mejor herencia que nos legó el padre Adán fue la muerte, el descanso eterno. Tengamos en cuenta que como el hombre fue hecho el último día de la Creación, cuando Dios ya estaba cansado de tanto crear ("y el séptimo descansó"), pues por eso salió tan mal. El hombre fue una chapuza divina de un fin se semana.
miércoles, 5 de enero de 2011
La vida (II): Bulwer-Lytton
La vida se diferencia de un drama solamente en esto: en que no tiene argumento -todo es vago, incierto, inconexo- hasta que vuelve a caer el telón, dejando el misterio sin esclarecer.
La vida (I): Vita tam quam somnis
En la vida los hombres soñamos o bien representamos un papel como en un sueño; pero no es la vida verdadera, ya que somos como muñecos de trapo que alguien mueve a su antojo y al final tenemos que dejar de representar para morir. Algunos se creen el papel y se envanecen si les ha tocado ser reyes, príncipes o personas principales.
Dijo Thomas Carlyle: "La vida es un espectro que se mueve en un mundo de espectros".
Dijo Thomas Carlyle: "La vida es un espectro que se mueve en un mundo de espectros".
martes, 4 de enero de 2011
Las pirámides: comienzos
Mucho se ha hablado sobre estas grandiosas construcciones. Para los arqueólogos del siglo XIX parecían haber surgido de la nada, como si el pueblo egipcio de repente, sin previo aviso, comenzara a producir monumentos que iban a maravillar a las sucesivas épocas, sin excluir la nuestra. Al misterio de su levantamiento se unía el misterio de su función pues parecían irracionales tantos recursos para una tumba, eso unido a una conjunción de datos matemáticos y astrológicos que llevan implícitos en sus medidas convierten a las pirámides en una incógnita para todos nosotros. Sin embargo, recientes estudios nos demuestran que, como tantos otros avances de la humanidad, estas surgieron de una forma casi casual.
Los faraones, gentes refinadas que ya tenían a sus espaldas un desenvolvimiento de la cultura y el ocio, en los momentos de paz, caían en una especie de letargo que les aburría. Un día, paseando el faraón por sus jardines, pensando en como pasar el rato (sabido es que el pensamiento es la semilla de la acción), decidió que mandaría construir su propia tumba, con lo cual podría estar entretenido hasta que lo visitara la Parca. Convocó a sus ministros, sus arquitectos e ingenieros, y les expuso la idea. Como entonces las ideas de los faraones no eran discutibles, recordemos que Manetón dividía a los gobernantes egipcios en dinastías, de una palabra griega que significa “tener poder”, todos se pusieron manos a la obra. Pero al faraón no le agradaban los proyectos que le fueron presentando. Mientras, los arquitectos, temerosos de que los vieran inactivos, hicieron traer materiales de todo el imperio y ante la ausencia de un proyecto determinado, los iban amontonando en un lugar del desierto, lo que hoy se llama una urbanización a las afueras. El faraón, dubitativo, no terminaba de decidirse, porque hasta en las almas más grandes hay rincones de debilidad en los cuales duermen las supersticiones, y temía no acertar con lo que sería morada de su tumba. Y los meses iban pasando. Cuando sus consejeros le instaban a decidirse, el faraón les decía: “Es mejor agitarse en la duda que descansar en el error”. Y continuaba con sus cavilaciones, viendo proyecto tras proyecto. Llegaba una crecida tras otra del Nilo y los materiales se amontonaban en el lugar elegido a la espera de comenzar con la construcción. El faraón, antes brioso cazador de leones, ahora ya empezaba a llegar a esa edad en que todas las mujeres agradan y no es posible agradar a ninguna. Un día, el faraón murió. ¡Sin haber comenzado su túmulo! Las piedras formaban una inmensa montaña producida por años de abastecimiento y, los arquitectos, ante la premura del enterramiento del faraón, solo tuvieron una opción: sacarle punta, hacer un agujero e introducir la cámara mortuoria en su interior. Así se construyó la primera pirámide. Según Pittagorus de Efeso “El loco”.
Los faraones, gentes refinadas que ya tenían a sus espaldas un desenvolvimiento de la cultura y el ocio, en los momentos de paz, caían en una especie de letargo que les aburría. Un día, paseando el faraón por sus jardines, pensando en como pasar el rato (sabido es que el pensamiento es la semilla de la acción), decidió que mandaría construir su propia tumba, con lo cual podría estar entretenido hasta que lo visitara la Parca. Convocó a sus ministros, sus arquitectos e ingenieros, y les expuso la idea. Como entonces las ideas de los faraones no eran discutibles, recordemos que Manetón dividía a los gobernantes egipcios en dinastías, de una palabra griega que significa “tener poder”, todos se pusieron manos a la obra. Pero al faraón no le agradaban los proyectos que le fueron presentando. Mientras, los arquitectos, temerosos de que los vieran inactivos, hicieron traer materiales de todo el imperio y ante la ausencia de un proyecto determinado, los iban amontonando en un lugar del desierto, lo que hoy se llama una urbanización a las afueras. El faraón, dubitativo, no terminaba de decidirse, porque hasta en las almas más grandes hay rincones de debilidad en los cuales duermen las supersticiones, y temía no acertar con lo que sería morada de su tumba. Y los meses iban pasando. Cuando sus consejeros le instaban a decidirse, el faraón les decía: “Es mejor agitarse en la duda que descansar en el error”. Y continuaba con sus cavilaciones, viendo proyecto tras proyecto. Llegaba una crecida tras otra del Nilo y los materiales se amontonaban en el lugar elegido a la espera de comenzar con la construcción. El faraón, antes brioso cazador de leones, ahora ya empezaba a llegar a esa edad en que todas las mujeres agradan y no es posible agradar a ninguna. Un día, el faraón murió. ¡Sin haber comenzado su túmulo! Las piedras formaban una inmensa montaña producida por años de abastecimiento y, los arquitectos, ante la premura del enterramiento del faraón, solo tuvieron una opción: sacarle punta, hacer un agujero e introducir la cámara mortuoria en su interior. Así se construyó la primera pirámide. Según Pittagorus de Efeso “El loco”.