lunes, 18 de julio de 2011

La pobreza

La pobreza no es un virus, un desastre natural o un accidente. Es una creación del hombre. La riqueza del mundo está distribuida de una manera atrozmente desigual, siempre o frecuentemente, sin reflejar el verdadero valor: el director general de una compañía gana, anualmente, más de lo que ganan cincuenta enfermeras, lo que no deja de ser extraño.
"Los ricos no pueden comer dinero" dice secamente un proverbio ruso, "por tanto, es bueno que haya pobres para producir su alimento".

9 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu premio querida Jana. Lo colgaremos en breve. Tengo que decirte que por esas extrañas cuestiones informáticas no puedo comentar en tu blog, pero lo sigo y desde aquí recomiendo su visita.

    ResponderEliminar
  2. Lo incomprensible es que esos pobres teniendo la capacidad (supuesta al menos) de escoger las políticas económicas de sus países, opten por las menos convenientes para ellos mismos.

    Es decir, hay más pobres que ricos en los países "democráticos" pero ganan las elecciones partidos que defienden los intereses de los ricos.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Pitt. Pues me decepcionó un poquitín que no me dijeras ni"hola", pero pensé que con tantas blogs a seguir demasiado es que hayas pasado, así que ahora me pongo muy contenta aunque sean tan h.p. que no te dejen comentar, a mí a veces me salen las entradas de los otros blogs al día siguiente, me indigno.
    Pues leer otra vez tu entrada me sigue cabreando igual, y más ahora que veo cómo abusan de nosotros, de los "pobres" (lo pongo entre comillas porque somos reyes comparados con tantos países) da vergüenza quejarse pero si no lo haces, te sientes indigno.
    No me enrollo más, que últimamente parece que he comido lengua y también deditos tecleadores, porque no callo ni debajo de agua.
    Besiiiitoooos *-* (esto es una carita sonriente)

    ResponderEliminar
  4. Tal como plantea Jana, la pobreza del Primer Mundo es relativa, pero no por ello menos dolorosa. La observación de Séneca respecto a que "el hombre pobre no es aquel que tiene poco, sino aquel que anhela más" tiene aquí su aplicación. En las sociedades desarrolladas, la posesión de las comodidades de la vida -que incluyen no solo objetos como casa y coches sino también posibilidades, como la de ir al cine o a un restaurante- es equivalente al estatus, a una completa pertenencia a la comunidad, a tener un lugar y una voz. Sin estas cosas, uno es menos que un ciudadano de segunda, sin poder y marginado.

    ResponderEliminar
  5. Estoy convencido de que al final, el mundo se regirá por algún método racional y equitativo. También estoy convencido de que no llegaré a verlo, ni tampoco lo vería en mil años.

    ResponderEliminar
  6. Alguna vez -tendría yo unos 4 o 5 años- leí en el consultorio del médico, al que solía llevarme mi madre, una plaquetita que rezaba "Soy tan rico que solo tengo dinero". Por entonces, sólo me atraía un hermoso dibujito que acompañaba la frase...

    ResponderEliminar
  7. Esto me recuerda a una frase que escuché una vez: "para que haya ricos tiene que haber pobres". Lo que me lleva a pensar que, desgraciadamente, nunca acabará la desigualdad mientras haya quien esté interesado en mantenerla para lograr su propio beneficio.

    Buena reflexión. Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. la pobreza no es el fin..... pero es el comienzo de enfermedad desnutrición.como se ve en áfrica, los países subdesarrollados tenemos q subsistir mientras políticos amasan fortunas

    ResponderEliminar