Solo el hombre que escoge con acierto puede llamarse sabio y solo el sabio logrará ser dichoso. Conocer es saber elegir: esa y no otra es la mejor enseñanza de “El Discreto” de Baltasar Gracián. Varios siglos más tarde, su validez perdura: también hoy aprender a elegir es la virtud más poderosa en el teatro confuso de la vida.
¿Y conformarte con lo que eliges?
ResponderEliminarEs que saber elegir es dificilísimo, y nunca sabes si la otra elección podría haber sido más acertada.
ResponderEliminarA veces es tan importante saber escoger como el simple hecho de hacerlo, no conformarse con una sola alternativa quizás sea más importante que el hecho de acertar o no.
ResponderEliminarAda, cuando las cosas no quieren conformarse con nosotros, nosotros debemos conformarnos con ellas. Más en serio te diría que creo que es la contradición la que nos hace productivos y eficaces.
ResponderEliminarJana, es Piedra quien contesta a esa duda, buscar las alternativas, tomar la decisión y una vez encaminados en ella yo soy partidario de olvidarme de lo pasado y no hacer historia ficción.
Y con cada elección, una o varias renuncias...
ResponderEliminarLa vida es una elección constante, acertadas o no. El caso es no mirar atrás para ver las renuncias como dice Pepe.
ResponderEliminarMuchas veces hay que encontrar verdadero valor al tomar un camino escogido, no todo el mundo es capaz de preveer si ese será el acertado; otras veces no queda más remedio, pero siempre es duro ya no saber cuál escoger, sino la propia iniciativa de un cambio.
ResponderEliminarAbrazos.
Qué coincidencia, ayer me fui a "El Discreto" de B.G. para releer algo.
ResponderEliminarSaber escoger... Cuesta muchos años aprender, cuando aprendemos ya no tenemos que escoger, jajaja.
Abrazo