Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.[…]
Cortázar, 1963
Apenas hace unos meses que leía este fragmento...
ResponderEliminarLa foto, no digo que no sea adecuada, pero más que un gesto mágico, más que un juego compartido, como el que yo percibo en Cortázar, me transmite sometimiento. Simplemente son percepciones, no me lo tomes en cuenta.
Querida Ada tienes tanta razón con tu comentario sobre la imagen que la he cambiado; la precipitación me hizo no atender al conjunto y tú me has dado la oportunidad de rectificar, por eso te cuento entre una de mis musas. Algún día hablaré de vosotras. Claro que te lo tomo en cuenta, por eso, gracias.
ResponderEliminarLa boca no sólo está para decir palabras. También hay bocas que hablan más callando que hablando.
ResponderEliminarA mí se me nota en la boca cuando estoy enfadada.
Besoss
El secreto está en pintarlos sin ver. MB.
ResponderEliminarQue buen párrafo, de uno de mis predilectos... Ahora lo estoy leyendo.
ResponderEliminarBesos.
hermosa elección...
ResponderEliminarVaya, no me lo esperaba...
ResponderEliminarYo me he fijado en esos dientes tan blancos.
ResponderEliminar