domingo, 22 de enero de 2012

Un día feliz

Llego de pasar un día feliz. ¿Cabe ser feliz e ignorante a un tiempo?, ¿se puede dar el bienestar sin conocer? La ignorancia es un alivio que libera a las personas de elucubrar, pero no es el estado ideal. Además habría que hacer una distinción. Hay una ignorancia voluntaria, en la que uno renuncia, y otra frustrante, cuando alguien te prohíbe. La primera es un acto de decisión personal y tiene algo de heroísmo. Contra la segunda, impedir el acceso al Libro de la sabiduría, me rebelo.

7 comentarios:

  1. Hay una ignorancia y tecnología a la que voluntariamente renuncio y la evito.... me hace feliz no conocerla, pese a quedar fuera de la moda.... hay una cierta sabiduría en saber que conocimientos son superfluos y prescindibles y, hoy en día, campana a sus anchas en el consumo....

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  2. Es posible ser feliz y sabio pero se necesita una sabiduría más allá de los conocimientos culturales o técnicos. Los sabios gruñones son sabios a medias.
    De todos modos creo que hay que evitar siempre la ignorancia. Al menos desde un cierto conocimiento eres libre para elegir si frustrarte o no.

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  3. La ignorancia voluntaria es buenísima para la salud, e incluso, necesaria díría yo.
    Besitos de domingo.

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  4. La ignorancia voluntaria hay que escogerla de vez en cuando para resetearnos un poco.No es más feliz quien más sabe. Por eso los niños son tan felices.
    Besoss

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  5. Alguna vez he comentado que, a veces, saber más no nos hace más felices. El problema es que cuando te das cuenta es cuando ya "sabes más". La curiosidad del primate nos puede.

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  6. "La ignorancia es un alivio que libera a las personas de elucubrar, pero no es el estado ideal."

    Con su permiso Sr. Pitt le voy a robar esa frase para mi colección, sólo que yo la voy a cortar en la , pues no tengo tan claro si es o no el estado ideal.
    En cuanto a la ignorancia voluntaria, también dudo si puede llegar a conseguirse.

    Un saludo Sr. Tristan.

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  7. Gracias a todos por completar este post con agudas observaciones, como siempre. Doña Eva, puede usted descuartizar lo que quiera, dónde quiera y como quiera; muy adecuado en su blog quedaría también esto que le dice el doctor James Mortimer a Sherlock Holmes en "El sabueso de los Baskerville" y que hago extensivo a su persona si tiene, aún remotamente, los labios de su nick: "...le confieso que anhelo poseer su cráneo".

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