martes, 14 de febrero de 2012
Silencio
Hay un silencio activo y un silencio pasivo. Un silencio por imposición y un silencio voluntario. Un silencio sabio y un silencio ignorante. Un silencio sublime y un silencio miserable. Un silencio vacío y un silencio lleno. Un silencio de esperanza y un silencio de desesperación. Un silencio de amistad y un silencio de rencor. Un silencio de llegada y un silencio de despedida. En pocas situaciones se refleja tan completamente la dualidad humana, la dualidad de la existencia, como en las situaciones de silencio. Nada hay que atemorice más al timorato, al débil de carácter, al ignorante que el silencio, y nada hay que aprecie más el sabio, el discreto y el prudente que el silencio. El silencio activo es la más madura de las decisiones, mientras que el silencio pasivo refleja el abandono, la pusilaminidad y la inercia.
Las dos caras de la moneda, siempre está presente en todas partes y en muchas circunstancias.
ResponderEliminarAbrazos alados, amiguito.
Prefiero ser dueña de mis silencios que esclava de mis palabras.
ResponderEliminarYo estoy con Marikosan...y como diría Manolo García "si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir..."
ResponderEliminarSi hablar es plata, el silencio es oro. Hasta la palabra "silencio" es hermosa, ¿verdad?, evocadora.
ResponderEliminarCuanta verdad en esta entrada...Hoy me ha encantado como has volcado esa verdad en las dos formas de silencio, creo que en pocos sitios he visto diferenciar el silencio a nadie mejor que en esta entrada...Touché, Pitt...Enhorabuena
ResponderEliminarBesos desde la admiración.
Cuanto silencio y cuanto puede llegar a decir y eso que no se le escucha.
ResponderEliminarManejar el silencio es más difícil que manejar la palabra.
Saludos
Se puede hablar tanto del silencio! Y tú lo has hecho muy bien, mirándolo desde todos los puntos de vista.
ResponderEliminarTambién está el silencio mudo, que no dice nada y es silencio en toda su esencia, y el silencio que grita, que habla por sí solo.
Besoss
Curioso, irremediablemente, los silencios nos definen, nos inculpan, nos excluyen y ...... tristemente, y sin que lo podamos evitar se vuelven eternos.
ResponderEliminarDemasiados silencios... Muy combinables también. Cada sujeto con su propia combinación de silencios.
ResponderEliminarA mí me dan yuyu a veces. Por tanto (por lo que dices), soy timorata, débil de carácter e ignorante. Salvo que se trate de una falacia y se vaya tu teoría al traste...
Me ha gustado mucho esta reflexión. Claro que, como también me gustas tú, es normal que me guste lo que escribes.
Besos, Pitt.
Yo hoy tengo un silencio más que forzado... ¡Vaya! que no siempre las cosas son del colorcito que queramos y eso cuesta un rato entenderlo.
ResponderEliminarTodo un arte y virtud: el silencio.
Besos Pitt Tristán.
¡ Vaya !, quería dejar un comentario en blanco, como una metáfora del silencio, pero Blogger me dice "el comentario no puede estar vacío".
ResponderEliminarSnif.
No sé como expresaros mi agradecimiento asi que guardaré silencio.
ResponderEliminarY, por favor, que nadie intente jamás rellenar un silencio con palabras vacías.
ResponderEliminarBesos
Está bien tu entrada. Mis silencios hace ya tiempo que van en la línea: Si lo que diga, por más que pueda tener razón, no va a servir para nada, mejor lo dejo estar. Muchas veces no merece la pena, así que es mejor guardar silencio. Silencio éste, con sabor a desesperanza y a veces a sarcasmo (silencioso).
ResponderEliminarA veces me llega a sorprender la cantidad de veces que elijo guardar este tipo de silencio. En fin, será que me estoy volviendo viejo...
También hay otro silencio que tiene su punto: El que guardas a fin de que aquel o aquellos por quien lo guardas, experimenten en primera persona, las consecuencias de lo que lo que llevan en mente o de su forma de actuar. Silencio, con sabor didáctico y algo divertido (en mi caso sin mala leche) a posteriori para quien lo guarda. La variante con mala leche es conocida como "darle soga para que se ahorque".
Qué bien sienta el silencio, es tan necesario, sin él nos volveríamos locos.
ResponderEliminarBesos.
Sí los silencios hablaran… cuantas cosas nos dirían,que paradoja :)
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