A veces un viento negro nos sorprende en la puerta, entonces, un soplo como venido del reverso del mundo recoge y apila nuestros fragmentos; nos reponemos y seguimos caminando. Nada es nunca como lo concebimos, pero también la vida sabe ganar la espalda a sus peores augurios.
¿Y si tuvieras razón? ¿Y si de verdad quedara un hálito de esperanza...?
ResponderEliminarPero tenemos que poner de nuestra parte, nada te lo llevan a casa si exceptuamos la compra de El Corte Inglés.
EliminarY porque cobran, que si no, ni eso.
EliminarPondremos, pues, de nuestra parte. Seguiremos tu consejo (sólo por esta vez...).
Belén, sólo por esta vez, seguir mis consejos sería poner en peligro tu carácter recto y bondadoso.
EliminarY a partir de ahora firmo como Sor Belén, ¿no?...
EliminarNo, no temas, bien puedo estar equivocado pues poco entiendo del carácter recto y bondadoso.
EliminarPero como me ha hecho gracia tu ocurrencia es posible que te llame Sor Belén. Veremos.
Ni se le ocurra, caballero!
EliminarGrandioso texto, me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por este maravilloso halago.
EliminarMuy bueno!!!
ResponderEliminarLa esperanza jamas debe morir en nosotros.
Cariños...
Ves como hay esperanza, hasta tú, exótica Lady, me envías cariños.
EliminarGenial y soberbio texto, con un poco de colaboración la esperanza se cuela por la rendija. Abrazos
ResponderEliminarEso teniendo en cuenta que lo tuyo es natural y lo mío me trabajo me cuesta. Podríamos llamarlo un valor añadido.
EliminarAbrazos.
Cooooorrecto. Como dice el proverbio ruso "caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio".
ResponderEliminarMuy buena la entrada Pitt.
Y fíjate en que momentazo se me ocurre abogar por la esperanza. Si es que no tengo talento.
ResponderEliminarGracias, Pepe.
Pitt, si a ti te falta talento escribiendo lo que has escrito, a mí, y por lo que veo a unos cuantos más(¿o debiera decir unas cuantas?), nos falta criterio. Demuestra un poquito más de confianza en tus seguidores,anda... y sigue escribiendo tan bonito.
EliminarPor cierto, aprovecho para presentarme, y saludar formalmente a Pepe. Creo que hasta ahora sólo conoces mis despistes. Prometo enmendarlo (y según tu amigo poeta, soy una mujer de carácter firme y recto, ja ja ja).
Saludos para los dos.
La esperanza nunca se pierde hombre!! siempre hay algo o alguien que nos impulsa a seguir. Hale... parriba!!
ResponderEliminarLa vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... (Pedro Navaja).
Buenas noches Pitt!!
Espero con ansiedad esas sorpresas.
EliminarMe gusta... gracias por esas palabras!
ResponderEliminarSaludos color esperanza...
Creo que soy yo el que debe agradecer tus comentarios.
EliminarUn cálido saludo.
Muy cierto. Muchas gracias por esta entrada, tan sabia, oportunamente alentadora y tan bien diagramada con esa peculiar ilustración.
ResponderEliminarEspero en Dios, de todo corazón que ese momentazo al que aludes, al dirigirte a Pepe Deapié, sea o se transforme en algo muy bueno.
Un cariñoso saludo.
Querida Eugenia Cristina, nombras mucho a Dios. Es delicada la postura de Dios. Si hace demasiado los fieles se vuelven dependientes, y si no hace nada pierden la esperanza. Hay que ser sutil.
EliminarUn cariñoso saludo.
Con todo respeto, nunca critico las ideas de otras personas, sólo he objetado datos concretos biomédicos que no son juicios de valor y cuando me constaba que lo que dijo alguien que comentó, no era cierto y podía ser perjudicial para la salud de algunas personas si lo creían. O he expresado mi opinión sin negar el derecho de cada cual a tener la suya. Considero muy importante el respeto a la conciencia de cada cual. Para quienes tenemos fe como la he entendido, es legítimo nombrar a Dios, también podría decir el Padre, el Amado, el Señor, la Santísima Trinidad, Yahvé, etc.; es más simple y más natural para mí, decir Dios, salvo que cite algo textualmente. Lo que dices muestra conceptos diferentes a los míos, son los tuyos. Encuentro que como creyente, es natural vivir consciente de nuestra dependencia de Dios, no hay mal en ello, ni nos vuelve inactivos; al contrario, nos hace vivir “ocupados pero no preocupados” o menos preocupados que si no confiásemos en Dios; se desperdicia menos energía. Si estamos agobiados, no llegamos a estar aniquilados; así se vive la dependencia de Dios, incluso el dolor se transforma y estando presente, se siente menos. Naturalmente, como somos humanos, nos reconforta la solidaridad humana o de las creaturas de Dios. Se vive lo que dijo Nuestro Señor: “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón y encontrarán su descanso porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. Desde luego, agradecemos a Dios por las alegrías y encontramos más lo grato en las pequeñas cosas. Agradeciendo la fe que es gracia.
EliminarTampoco perdemos la esperanza si lo que sucede es ingrato, sino que como comprendemos que el mal es sólo ausencia de bien, resultado de la libertad humana mal usada; si Dios permite el mal en nuestra vida, es con vistas a un bien mayor, como se dice en Romanos 8, 28 b: “Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los que le aman”. Sin saber como ni cuando se realizará ese bien, confiando en el Amor de Dios.
Un cariñoso saludo.
Es cierto que aquello que vemos más negro, cuando llega, suele ser menos de lo que habíamos imaginado. Te acompaño en este momento tuyo de esperanza. A ver si se contagia al resto de la península.
ResponderEliminarSiempre ando con una de cal y otra de arena. Te aseguro que soy partidario de la esperanza pero a veces...
EliminarYo siempre digo que vivimos entre cales y arenas...
ResponderEliminar:)
Besos.
Perdona la copia en la respuesta a S. pero no puedo estar más de acuerdo.
EliminarBesos, interesante Marinel.
El soplo que viene del reverso ayuda...pero el esfuerzo para reponernos y reunir los fragmentos es intensamente nuestro.
ResponderEliminarEstá bien que te esfuerces pero, en tu juventud, no sabes todavía el alto porcentaje que tiene la suerte en esta vida.
EliminarUn beso a la chica más guapa del barrio.
Quillo... cierra la puerta que no entre el viento negro.
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