Consultorio sentimental de Pitt el loco.
En una entrada reciente ya hablaba sobre las diferentes palabras que los griegos antiguos empleaban para designar el amor. No es de extrañar que sea en nuestro blog un tema recurrente ya que su amplitud mal puede ser tratada en unas pocas entradas intencionadamente cortas.
Los griegos ya entendían el amor en dos dimensiones: ágape y eros. La primera representaba el amor elevado, desprendido y puro que cabe suponer a los dioses, mientras la segunda se refería a la mera atracción carnal y al disfrute de sus placeres. De modo semejante, aunque mucho antes, los hindúes, maestros inconfesos de los grandes filósofos helenos, distinguían cabalmente entre kama, o el sentimiento pasional y prema, el amor cósmico e irrestricto propio de las criaturas superiores. En la actualidad nos hemos quedado sólo con un verbo romo, funcional y multiuso que sirve para designar del mismo modo sentimientos y actitudes no sólo distintos, sino, a menudo, contradictorios y opuestos. Sí, amar puede que sea hoy el verbo peor conjugado y más manipulado de cuantos existen en cualquier idioma.
El verdadero amor no es cosa de dos, sino de uno. Es la actitud natural de la persona plena, sin carencias, que desprende en derredor una energía desbordante, un afán cooperativo, una simpatía incontenible que le lleva a procurar el bien en su entorno sin ninguna discriminación. Jamás puede este amor centrarse en una persona, pues ésta se convertiría de inmediato en objeto de deseo. No; el auténtico amor no espera reciprocidad. Es la manera de ofrecerse de las frutas del árbol, desplegando sus mejores colores y aromas para deleite del paladar; de las aguas del río que no buscan sino saciar la sed del caminante y vivificar la tierra para entregarse, finalmente, al mar. Quien realmente ama no pide cuentas, no espera nada a cambio de sus dones. Es más, el amor no proviene de un acto consciente de la voluntad, sino que emana espontáneamente del corazón ahíto, del mismo modo que se derrama el líquido de una copa llena sobre la que se sigue escanciando.
Qué pocos saben amar así, querido Pitt, comparto totalmente tu reflexión sobre el amor y además te felicito por ella.
ResponderEliminarBesos.
Hay de todo, idiotas más, pero hay de todo.
EliminarMuchísimas gracias. Besos.
Creo que ese es el error: pensar que el amor es de dos y no de uno,pero para conseguir eso hace falta ser tannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnngeneroso
ResponderEliminarPero siempre quedamos de esos generosos que no nos importa amar a muchas mujeres. Desprendido que es uno, diría yo. La verdad es que sólo soy yo el que os ama pero por algo se empieza.
EliminarEl verdadero amor es cosa de uno pero si amas en solitario no vas hacia ningún lugar y sólo es la idealización fantasiosa de una persona respecto a otra. Se han hecho muchas barbaridades por culpa de este tipo de amor. Desde luego es un amor que difícilmente te hará feliz(salvo si eres masoquista). Me gusta el amor del que se ama a sí mismo y ya luego se permite querer a los demás de un modo natural y esperanzado(y finalmente se hace querer).
ResponderEliminarEn el fondo, sabes de verdad que ocurre mi estimado S., que a mí no me quiere ninguna mujer. Por eso esta melancolía, esa afición al romanticismo, esa tendencia hacia la aflicción y este corazón desgarrado, ya pronto marchito.
EliminarY yo que pensé, oh tonto de mí, oh infelice, que una foto de mi persona ayudaría en algo.
Pues fíjate que hoy discrepo contigo, mi querido Pitt. Tal vez sea ése el "verdadero" amor, pero yo prefiero el loco, el ciego, el amor que da pero exige, que se muerde los puños si no es correspondido, que te llena el pensamiento y el corazón y te tortura. Lo otro, lo que tú describes, es hermoso y deseable, pero me hace pensar más en el amor de Dios que en el amor de pareja.
ResponderEliminarIgual estoy desvariando, es domingo por la noche y me he tomado dos copitas de vino blanco, fresquito, delicioso...
Jana lo mejor para amar como tu deseas es beber vino. Si te corresponde para celebrarlo, si no, para olvidarlo.
EliminarConfirmas la confusión que suele producirse al traducir o agrupar conceptos, según se siga a diferentes teóricos. Hace poco decías que los griegos usaban seis palabras diferentes para las formas amatorias, ahora las reduces a dos y en cualquiera de los dos casos, falta Philos o Philia que es de otro punto de vista.
ResponderEliminarVerdaderamente, amor viene a ser entonces como una palabra comodín, por los diferentes significados que se le asignan. Lo que describes ahora corresponde mejor a Charitas, tal como se describe en el capítulo 13 de la primera carta a los Corintios. Charitas se puede traducir como caridad o amor al prójimo. A mi juicio, traducirlo como amor, a secas, es una pésima traducción.
Estoy muy soñolienta, las frases quizás no sean las más adecuadas; eso sí, estoy segura de lo que digo respecto a Charitas, ya que lo he pensado otras veces. También se dice que cuando Jesús le pregunta tres veces a Xefas (o Pedro o Simón) si lo ama, lo hace con un verbo en el texto griego y Xefas le responde las dos primeras veces con otro verbo; y sólo la tercera con el mismo verbo que le preguntó, habría que confirmarlo viendo el texto griego.
Un cariñoso saludo.
Si algo es el amor es confusión.
EliminarSaludos.
Quiero a muchas personas, hombres y mujeres, mayores o menores. pero a ninguna del mismo modo y con la misma entrega... Todas me quieren, pero no todas me corresponden y yo me conformo... porque los sentimientos no son obligatorios... y porque al fin y al cabo, sentir amor, es algo bello,
ResponderEliminaraunque duela.