jueves, 17 de enero de 2019
Relatos jueveros: Collages temáticos
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La caja de la nostalgia.
Casi todos los días escapo de mi vida cotidiana abriendo alguna de las cajas que guardo desde hace años, como la de la imagen, en un deseo de romper el orden de las cosas, durante unos instantes, como si fuera un personaje de Paul Auster conocedor que está sometido a un encierro del que difícilmente podrá salir.
En este caso, recorro con mis dedos el motorista de chapa, con sus dos perfiles simétricos unidos y sus ruedecillas acopladas a un pequeño motor a cuerda, la textura de las fichas de dominó cuya caja siempre me fascinaba, las fotos de ese niño de entonces... pero la memoria, hada maléfica, altera nuestros sentidos y nos hace dudar si hemos sido protagonistas o sólo meros reflejos del espejo en el que un día nos miramos. Nos devuelve con detalle sucesos nimios pero nos hace olvidar las voces que amamos.
Sin embargo sigo abriendo esas cajas que me recuerdan mi infancia en tierras gallegas, allí donde la niebla confunde los perfiles, el verde transforma los prados en esmeraldas y el rumor continuo de la lluvia convierte la inquietud en dulce melancolía.
Buenos días ..me gusto mucho como nos cuentas tus recuerdos en ese collage ..que vas descifrando pieza por pieza y llenando tu memoria con bellos recuerdos aún nostálgicos pero sin duda gratificantes por el sentir y soñar de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Gracias, siempre tan amable.
EliminarUn abrazo.
Qué belleza este texto, Pitt, cargado de nostálgica inocencia. Muchas gracias por participar. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, por este comentario.
EliminarUn abrazo.
Un precioso texto. La caja de galletas, o baúl de los buenos recuerdos, puede que acoja los reflejos de los recuerdos que no llegaron a existir.
ResponderEliminarMe ha gustado. Un abrazo
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Precioso abrir esas cajas con recuerdos...
ResponderEliminarUn beso Pitt.
Gracias, amiga.
EliminarUn beso.
El tiempo magnifica nuestros recuerdos, pero es bonito recordar todos aquellos momentos que nos hicieron felices.
ResponderEliminarAl abrir esas cajas parece que hemos retrocedido en el tiempo y nos encontramos de nuevo con aquel niño que un día fuimos y que siempre llevamos dentro.
Besos
Así es, muchas gracias por pasar.
EliminarBesos.
Una canción despierta el recuerdo de un amor del pasado; el olor de galletas transporta a la infancia porque recuerda a las que preparaba la abuela. Ese collage te inspira lo que llevas en el corazón lleno de añoranzas felices.
ResponderEliminarSaludo
Es un collage muy inspirador, es cierto, así como todo lo que apuntas en tu comentario.
EliminarSaludos.
La morriña se alimenta de imágenes y evocaciones, ¿recuerdos? o construcciones oníricas que nos transportan al país de nunca jamás en el que nos sentimos seguros porque allí somos nosotros y siempre somos igual. Ay nostalgia palanca del cambio camino al desembarco al embarrancamiento definitivo. ¡Quien sabe!
ResponderEliminarUn abrazo y te espero en mi diván... allí te dejo lectura mientras nos vemos..
Gracias por estas palabras.
EliminarSeguimos con nuestras lecturas de diván.
Un abrazo.
El último párrafo, espectacular. Me encantó.
ResponderEliminarCuántas emociones se desatan al desempolvar recuerdos!
Bss.
Gracias, Mar, por tus amables palabras.
EliminarBesos.
La nostalgia de los viejos tiempos, bello texto. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarMuchas gracias, artista.
EliminarSaludos.
La vida me coloco en una familia nómada...continuos cambios de países y ciudades cargando maletas y dejando lastres...perdidas de equipaje e incluso hasta de memoria...
ResponderEliminarCómo hubiera querido conservar alguna caja con cosas de mi niñez...la mano esquelética que salía a guardar la moneda...la novia que se quedó vestida y alborotada...mi yo-yo ganador de sueños...La verdad, todo se perdió en cada mudanza pero tengo aún los recuerdos...
Tú relato me hizo viajar en el tiempo....gracias por ello
Solo una cosita más...la esposa desaparecida no tenía que ser reinvindicada...era la mala...mato a su esposo obeso para irse con su amante el inspector y culpó al tonto de turno..
Un beso....nos leemos la próxima semana
DivaGaciones Nocturnas
Gracias. n cuanto a tu relato, Mirella, el comentario era irónico, jajajajaja, claro que queda entendida tu intención en el texto que me parece magnífico.
EliminarUn beso. Nos leemos.
Un bello texto que evoca recuerdos de vidas distintas a la tuya... Debido a la Segunda Guerra Mundial mis padres tuvieron que dejar atrás todo lo que podría habernos transmitido de un modo físico los recuerdos de las familias de los abuelos. Para remediarlo nos narraron una y otra vez lo que hubo, el pueblo, los parientes... De modo que recordamos lo que nos contaron pero nos encantaría tener una caja con cositas y fotos de aquel entonces. Gracias por despertar del casi olvido las voces de seres queridos desaparecidos. Un beso
ResponderEliminarNo hace flta algo físico. Para eso esta la literatura, la escrita y la oral, como las de tu familia.
EliminarMuchas gracias y un beso.
Esas cajas de metal que me encantan, recibi una como unico legado de mi madrina y no veas las horas que me he tirado observando cada objeto. Tu relato es de una calidez unica con gusto a regaliz y bolitas de anis. Besos.
ResponderEliminarJajajajaja, las bolitas a anís, sí, y los caramelos de café con leche, esos que se pegaban a los dientes.
EliminarBesos.
Es en esas escapadas donde solemos encontrarnos… Donde sí somos protagonistas del viaje, volviendo a sentir esas raíces que tiran de nosotros recordándonos que nunca debemos cerrar del todo esas cajas de latón que albergan tanto…
ResponderEliminarBsoss, Pitt.
Y eso que no soy mucho de valorar acordarse de todo lo pasado, jajajajaja.
EliminarBesos.
Todos tenemos una caja de recuerdos , unas veces real y otras ficticia, tú has traído las mías y las has puesto ante mí,haciendo nacer la nostalgia a medida que te iba leyendo.
ResponderEliminarAdemas, son unos collages de lo más sugerentes.
EliminarMe alegra provocar sentimientos con los relatos.
Gracias.
Somos propicios a olvidar nuestra infancia, o al menos solo nos quedan retazos de lo que fuimos y es lo que le pasó a tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por tus palabras, Carmen, y por leerme.
EliminarUn abrazo.
Creo que todos tenemos esas cajas que hacen las veces de "baules de los recuerdos". Fue un relato muy bonito, Pitt.
ResponderEliminar¡Besos jueveros!
Muchas gracias, Dafne.
EliminarBesos.
A mí me parece ideal el aroma de la nostalgia... me niego a dejar de abrirlas (aunque me digan que no siempre es bueno)
ResponderEliminarMuy bonito,Bss
Gracias, Sylvia.
EliminarUn cierto aroma nostálgico, sin pasarse, resulta acogedor.
Besos.
Recuerdos con aroma de poesía. Solo puedo decirte que me he perdido entre tus letras hasta percibir la niebla que cubre la tierra.
ResponderEliminarTantos recuerdos: Tanta vida.
Un beso enorme.
Un bellisimo comentario también con aroma poético.
EliminarMuchas gracias.
Un beso.
Una belleza de relato!
ResponderEliminar"Nos devuelve con detalle sucesos nimios pero nos hace olvidar las voces que amamos."
Con pinceladas de alto vuelo.
Me encanta.
Abrazo
Con el tiempo los recuerdos se distorsionan, se magnifican, eso tiene nuestro cerebro, los vuelve de fácil digestión, pero olvidamos otros quizás mas importantes
ResponderEliminarBesitos