Tomar el té mientras se cae de la nada a la nada sin que nos angustie es un privilegio del sombrerero loco. Eternizar el tiempo. Detenerlo entre las cinco y las seis de la tarde. Eso quiero. Esa serenidad de la insensatez del sombrerero, al que Lewis Carroll nunca llamó loco.
Siempre he dicho que muchos locos están más cuerdos que aquellos que dicen estarlo. Besos :)
ResponderEliminarLas personas necesitamos de la locura, de lo contrario nunca se es libre.
EliminarBesos.
Comparto tu pensamiento
ResponderEliminarSalut
Muchas gracias.
EliminarSalut.
Si se detuviesen todos los relojes y pudiésemos vivir sin medir el tiempo, tomar el té o cualquier cosa que nos apeteciera hacer, sería una gozada, menuda liberación.
ResponderEliminarLa pintura me encanta, no he podido evitar buscar a su autor, Michael Cheval, un artista que no te deja indiferente, me lo apunto, gracias.
¡Buenas noches Pitt!
Es bonito eso que dices, es difícil encontrar el equilibrio entre lo urgente y lo importante. Y diferenciarlo.
EliminarBuenas noches.
A veces sería bueno pararlo; otras, acelerarlo.
ResponderEliminarSalu2, Tristán.
Era por no ser muy exigente...
EliminarSaludos.
También lo quiero, aunque en otro horario.
ResponderEliminarBesos, Pitt.
Por lo menos fuera del horario de trabajo, jajajajajaja.
EliminarBesos.
Me encanta. Ensoñador.
ResponderEliminarBss
Mmmmmmmm...
EliminarBesos.