Artículo de: Toros en la Misericordia. Los toros vistos por un aficionado del Tendido 1 de la plaza de Zaragoza

 

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Toros en la Misericordia

Los toros vistos por un aficionado del Tendido 1 de la plaza de Zaragoza.

Sonrojante Feria del Pilar 2022

Un mazazo. Uno de los que quitan la ilusión, las ganas y la afición. Un bochorno y una estafa. Y lo peor… Un pastiche que se veía venir y que aún así se nos ha llevado por delante.

Este es el desolador escenario que ha dejado la presentación de los carteles de la Feria del Pilar 2022 montada por Zúñiga y Toros.

Se venía anunciando la tragicomedia, pero ha superado los peores augurios. Saldos, ausencias, amiguismos, vetos, escaqueos… Y con la DPZ haciendo de don Tancredo.

Hay tal cúmulo de elementos disonantes qué es imposible detenerse en todos. Empezamos «por el protagonista de la fiesta. ¡El toro!» (vaya tipografía la escogida en el cartel para la tan manida como grandilocuente frase). Coleguismo al poder, como se ve en las confianzas para anunciar (de nuevo en el cartel) la de José Vázquez como Pepe Vázquez. O en ver 13 animales de López Gibaja en un año. O los hierros de la concurso…

Juan Pedro, cargando de nubarrones la tarde estrella, es otro detallazo para el aficionado. De El Pilar se escucha que viene con un corridón. Si arrea, que ojalá, Ferrera, Fandi y Escribano. Del resto, para no extenderme, me paro en Los Maños. Que vienen por ser aragoneses, está claro. Que si no fuera así deberían venir igualmente, también. Pero es ver la combinación completa, más en el día grande…

Vamos entonces a las cifras y nombres. Son 11 festejos. 1 sin picadores, 3 novilladas, 1 de rejones, 1 concurso y 5 corridas de toros. Que si la que no se dío aquí se da ahora, que si la que faltó allí es la que hay que meter… Que sí, que sí. Que una sin caballos y una novillada más que en 2019 y ya que estamos y con estos mimbres me doy el lujazo de subir precios. ¡Fantástico!

¿Y por quién vamos a pagar más entonces? (bueno, un servidor cometió el error de sacar la temporada entera ya en abril). Pues no quiero lanzar piedras a los que están, así que no los nombraré directamente. Pero, de nuevo, por amiguetes y compromisos. Por otro puñado de toreros que ya han pasado por La Misericordia sin dejar poso alguno. Los hay que se han dejado toros de triunfo gordo y aún ponían caras al palco. Y también hay alguno que vino hace poco y se ganó un descanso largo.

¿Por quién no vamos a pagar? Por el núcleo que viene tirando del carro de la temporada. Por Roca Rey, El Juli, Luque o Rufo. Por la segunda fila que te eleva la categoría de las combinaciones. Perera, De Justo, Ureña, Manzanares… Por los dos hologramas, que dicen por ahí que son dos genios: Juan Ortega y Pablo Aguado. Dice la leyenda que son de verdad. Hasta que no se dignen a venir, no me atrevo a afirmarlo con rotundidad… Tampoco pagaremos por ver a toreros que están en el banquillo, pero que saben torear, como Gómez del Pilar, Uceda Leal, López Chaves…

Se viene mascando una teoría de la conspiración. Se oye hablar de vetos. Y seguro que los ha habido. Pero, oiga usted. Un buen empresario debe sortear las dificultades. Odio el «no ha querido venir». Lo que se debe decir es «no he sabido traerlos». Al menos, denota algo de autocrítica. Y no. No todo lo que falta se escuda en vetos.

Como me estoy extendiendo, y lo que falta daría para mucho, solo voy a enumerar otras cuestiones en las que merecería la pena detenerse: la presentación de carteles a 18 días del primer festejo; la mejorable elaboración del cartel anunciador; la presumible pretérita campaña de comunicación que se nos viene; el denigrante trato que figuras y figurines dispensan con sus recurrentes ausencias de Zaragoza; las hienas que viven de la fiesta, sin importarles la fiesta; la sombra de un nuevo Serolazo que ponga contra las cuerdas nuevamente a la plaza; la visible consecuencia de un pliego/subasta al mejor postor, y el nulo interés que muestra la DPZ para defender al aficionado.

Para no aburrir, recomiendo la lectura del hilo que ayer publicaba en Twitter @eltorodelajota. Una acertadísima visión de lo que ha acontecido en La Misericordia en los últimos años y, para mí, una compartida advertencia de lo que nos puede esperar.