domingo, 18 de diciembre de 2022

Curro Romero: En la Real Maestranza

 


Como confiesa el propio Curro Romero, «en la plaza de toros de Sevilla he hecho de todo, menos la Primera Comunión». Nos reunimos en el Oriza de la calle San Fernando Antonio Burgos, Pío Halcón y el que firma este texto invitados a comer por don Francisco Romero. Le pregunté si en la plaza se oían los comentarios de los espectadores, y nos contó una vivencia. «Toreaba una corrida cómoda de Juan Pedro (Domecq). Cinco toros muy parecidos, y un sexto que parecía un búfalo africano. Enorme, con dos pitones astifinos como dos velas, y en el sorteo me tocó torear al búfalo. Le ordené a Luis, mi picador, que le diera leña. Y el búfalo se arrancó de lejos al caballo, y el público se puso de parte del toro. Pero Luis cumplía con creces mis órdenes. Dale, dale que te dale. El público comenzó a irritarse, y aquello terminó en una bronca al picador. Yo representé la farsa, gritándole a Luis que dejara en paz al toro, pero Luis sabía que tenía que seguir dándole fuerte. ¡Déjalo, Luis! ¡Para, Luis! ¡déjalo, déjalo! le gritaba. Pero Luis seguía. ¡Que lo dejes, Luis!, y Luis no me hacía caso. El público, indignado. Y en esas estábamos, cuando una señora en barrera le comentó a su acompañante 'no se debe de llamar Luis'».

Alfonso Ussía.

4 comentarios:

  1. De Curro Romero se ha dicho de todo, bueno y malo. Quizas lo unico que no me gusta de el es que no pudo o no supo retirarse a tiempo.
    Un saludo

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    1. Siempre ocurre con aquellos que destacan en cualquier profesión mediática. Todos tienen luces y sombras, aquí solo trato el tema artístico e histórico. Curro alargó su tiempo delante el toro y protagonizó numerosos escándalos en la plaza, como algunos toreros de los llamados "de arte", cuajando también faenas para la historia del toreo. En mi caso, reconociendo ese pellizco inigualable de su toreo, no soy uno de los acérrimos y me pasaba igual con Rafael de Paula y ahora con Morante.
      Gracias por tus opiniones. Saludos.

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  2. A Dios gracias, tenemos la potestad del jucio, dicha potestad se nos otorga . desde el momento que pasamos por taquilla.

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  3. Así es. A veces los profesionales del toro, los empresarios, los ganaderos y los aficionados más sabios y puristas olvidan que es el espectador, ese que paga en la taquilla, y no todos los que entran con pases y por la jeta, que son esos espectadores los que mantienen la Fiesta.
    Gracias por comentar.

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