martes, 2 de julio de 2024

Albiol es tonto (Retrato de una mula asomada a una tapia). Editorial de Mundotoro

 

Albiol es tonto (Retrato de una mula asomada a una tapia)

Editorial del martes 2 de julio de 2024


El alcalde de Badalona (Barcelona) se llama Xavier García Albiol, y es tonto. Tonto en la acepción número cinco del diccionario de la RAE y flirtea con las demás acepciones. Al tonto número cinco no se le ocurre otra cosa que negar los permisos que la empresa Feria Toro le ha pedido para levantar una portátil para dar toros. Es decir, para que se celebre un espectáculo legal en España y en Cataluña, en donde hubo de pronunciarse el Tribunal Constitucional para dejar a la ley y a los derechos de los ciudadanos libres de la prohibición sectaria del Parlament. Eso es de tonto número cinco. Pero afirmar que no concede el permiso porque el toreo es maltrato animal es de tonto de babero, de tonto cum laude, anotando que esa afirmación, de nula neurona política e histriónico razonamiento legal lo retrata como una nula asomada a una tapia.

Resulta que el PP, su partido, mal y bien se parte el pecho por el toreo asumiendo la constitucionalidad y legalidad de la tauromaquia y él se pone a meses fuera de tiesto. El puede pensar y opinar lo que quiera. Es libre en un país libre. Pero siendo alcalde por un partido, el PP , hace declaraciones como tal y actúa en función de alcalde. Y esta actuación lo auto expulsa del PP, que es lo que deben de hacer ya mismo. No por pensar así o tener esa opinión. Le puede gustar al señor Albiol el sexo tántrico y o simbólico, y comer lo que comen los koalas, hojas de eucalipto, y dedicarse a pintar rayas de picar en el mar…. Es su privacidad. Pero lo que hace y dice como alcalde lo retrata como un tonto político y es responsable ante los votantes de su partido.

‘Albiol no se sabe la ley. Ni las del Estado ni las leyes catalanas. Es decir, no puede ser político’

Pero hay algo más grave. Mucho más grave. Lo que le califica de generalísimo de los tontos. Albiol no se sabe la ley. Ni las del Estado ni las leyes catalanas. Es decir, no puede ser político. Al PP le sucede que tiene gente de dudosa calidad, y porteros muy malos que no solo no paran una que va entre los tres palos, sino que te meten dentro las que van fuera. No sirven. Mire usted, tonto: resulta que en Cataluña ya están prohibidas las portátiles. La ley de bienestar animal (Ley 3/1988 de 4 de marzo, artículo 4.1), ya prohibía las plazas portátiles en una medida inconstitucional, como primera piedra de la estrategia prohibicionista.

Como en 1988 no se atrevieron a prohibir el toreo en Cataluña , delimitaron su celebración en las plazas levantadas de obra, prohibiendo así las portátiles. Luego no sacaron a concurso las de obra y luego se cargaron la Monumental, de propiedad privada, comprando a Balaña a través del negocio del cine.

‘Usted podría decir que le dan asco los toros pero, a renglón seguido, cumplir su obligación como político que cumple la ley y la Constitución’

Ya están prohibidas, tonto. Usted no puede dar un permiso sin incumplir la ley. Y como político y del PP, y por tanto, constitucionalista, su obligación es llevar ante los tribunales esta petición legal y acabar con esa norma ilegal e inconstitucional. Que oportunidad pierde usted, pierden los ciudadanos y pierde su partido. Le decimos cómo.

Usted podría decir que le dan asco los toros pero, a renglón seguido, cumplir su obligación como político que cumple la ley y la Constitución y afirmar que iba a luchar por ese derecho constitucional de los ciudadanos. El derecho a celebrar y acceder a un Patrimonio Cultural de los Españoles. Su aversión contra los toros es una cuestión personal que no lo puede condicionar ni echar bromuro en su lívida política. Una cosa es cómo vea usted a la tauromaquia desde su prisma, y otra es que es incompatible que no cumpla con su obligación como político y como alcalde.

Es muy mal político y un pésimo alcalde. A la que se le exige media neurona política, es tonto. El PP tiene una colección de tontos del tamaño de un álbum de fútbol. Pero este es de nota. Y además, es una inutilidad política con certificado de garantía que atenta contra principios constitucionales y legales. El asunto es demasiado serio para dejarlo en manos de tontos.

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