Una antológica obra de Enrique Ponce y la raza indómita de Pepín Liria enloquecen Murcia
Una tarde para el recuerdo. El toro de Juan Pedro que hacía de quinto de la tarde fue premiado con al vuelta al ruedo
Tarde para el recuerdo en La Condomina. Se han reverdecido laureles en un adiós cargado de emoción y toreo caro de Enrique Ponce, con un gran toro de Juan Pedro Domecq, premiado con la vuelta al ruedo, con el que apareció la versión más magistral, armónica y torera del maestro valenciano. Tres orejas en un emotivo adiós a una de las plazas más triunfales de su trayectoria. En frente, su amigo Pepín Liria. Con 54 años, se ha vuelto a vestir de torero para reencontrase con una afición que lo ha idolatrado desde sus inicios. Lo dio todo, no se dejó guardado nada. Una tarde de raza, compromiso y determinación. Tres orejas arrancadas con el alma. El final de fiesta, apoteósico. Tres orejas para cada uno y una puerta grande triunfal que Murcia ha aclamado: Enrique Ponce y Pepín Liria.
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