jueves, 14 de noviembre de 2024

México progresa. Editorial Mundotoro

 

México progresa: el bienestar del zopilote en un ecosistema de casi 100 asesinatos diarios

Editorial del miércoles 13 de noviembre de 2024




No hay nada más hipócrita que la naturalización de la hipocresía. El blanquearla. Ocultar lo que nos desangra como seres humanos incapacitados para detener ese horror. Y hacerlo bajo el manto de una supuesta bondad avanzada. México continúa desangrándose de forma literal, sumando con naturalidad cotidiana los muertos por violencia con estadísticas de homicidios que achican datos de cualquier guerra. Incapaces de detener ese río atroz, cómplices todos de un manto de natural silencio, los electos mexicanos votan a coro juramentarse contra una supuesta violencia contra “el animal”. Pretenden, con este giro de artificio los electos, demostrar su lado más humano y progresista y civilizado. México, esa revolución jamás terminada, dicta sentencia sobre el hombre: no somos animales. Ya no es el mexicano animal racional. No lo es porque los 450 electos son incapaces de dedicar todo y más en la pelea contra el crimen perpetrado contra el animal racional mexicano (hombres, mujeres, niños) y ocultan su incapacidad bajo el parabién de un progreso hipócrita animalista. Enhorabuena, México.

Ahí les van los datos no negociables a los electos que acaban de conjurarse para el bien de los animales, excepto los animales humanos con nacionalidad mexicana. No negociables. En el primer día de gobierno de actual presidenta, Claudia Sheinbaum, se registraron 80 homicidios en México. En un día. En el último día de gobierno de López Obrador, según datos de la SSPC (Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana), se registraron 91 homicidios. En un día. La misma fuente oficial que mama de los electos progresistas mexicanos informó de una brutal cuantía de muertes por homicidios de todo tipo, gran parte de ellos imposibles de narrar en su crueldad, con el fin del sexenio de AMLO: 199.619 crímenes con resultados de muerte desde el primer día del anterior gobierno hasta el mes de septiembre, superando la vergüenza del horror de masacres humanas del anterior sexenio. Hacen bien los electos en eliminar al ser humano de la lista de animales. El mexicano no es un animal racional. Los electos le retiran esa clasificación por su incapacidad para procurarle vida y bienestar.

Separar al ser humano de las otras especies de animales, es una medida inteligente

Hacen bien en eliminarlo de la lista de especies de animales censados en México país pues, de otra forma, legislar sobre la protección y bienestar de los animales sería, además de una mentira ilegítima e irreversible, cruel y claudicante como país, un imposible. Separar al ser humano de las otras especies de animales es una medida inteligente. Lo es. Una medida inevitable a causa de la incapacidad de estos electos y los anteriores electos del anterior y los anteriores gobiernos que no han sido humanamente capaces de velar por el bienestar del animal racional mexicano.

Que un parlamento o congreso o institución de la nomenclatura que sea trate de advertir a sus iguales la necesidad de un bienestar animal en medio del brutal ecosistema del animal humano, es de una hipocresía impropia de un país noble como México. El ecosistema animal mexicano consiste en que los iguales a los 450 electos son pasto de balas, fuego, descabezamientos, torturas y de una larga lista de forma de muerte cruel y vejatoria. Y de los feminicidios y desapariciones forzadas no contabilizadas en esta contaduría que, sin saber su final, sabemos si ven o están tan muertos como los nuestros contables y que superan los 200.000.

El interés común de los electos de tantos gobiernos para tapar su derrota contra el crimen dirigiendo la mirada hacia otra parte

Esto es la más vil definición de hipocresía. La más antimexicana definición de hipocresía. Es el certificado de la claudicación de todo un sistema que trata de vestir con la ropa de la dignidad (voy a cuidar del animal) las vergüenzas de su incapacidad para elevar a digna la condición del ser humano animal racional mexicano. Es así. Y tan es así que este medio, que se siente más mexicano que el nopal, se avergüenza de que en México, país de bravos, país de palabra, país de vamos palante, país de riqueza, país de culturas, país de encuentros, país de Juan Rulfo y de Pedro Páramo, se admita el truco de blanquear una hipocresía del tamaño del Zócalo de CDMX.

Tan grande y tan evidente. Es como si existiera una un nuevo imaginario mágico terrible: el interés común de los electos de tantos gobiernos para tapar su derrota contra el crimen dirigiendo la mirada hacia otra parte. El cuidado del animal, luego de decidir que el ser humano, en México, no es ningún animal racional que siente y que padece y que merece el consenso de cuidado y de protección de su vida y de su dignidad.

Claudicar desde dentro del toreo, admitiendo que la brutalidad del mismo ha de adecuarse a los tiempos actuales es otra derrota humana. Señores ¿adecuarse a qué tiempos? ¿A los tiempos actuales de cerca de 200.000 crímenes por año? Señora presidenta y señores electos: no sería absurdo que en esas legislaciones futuras y presentes para salvaguardar el bienestar animal se incluyera al animal humano mexicano. Pero corren tiempos donde la sangre del perro o del zopilote tiene un valor progresista humano, superior a la sangre del ser humano real, madre, padre, hijo, hermano… El cuidado del zopilote posee ya un valor de voto y de rédito político superior al del ciudadano humano animal. Y esto es tan así como que contar muertos humanos en México es sólo aritmética para el bienestar del carroñero. Nomás purita contaduría de muertos a los que pedir que no anden chingando y se queden quietecitos en sus tumbas ilocalizables.

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