Cronos amaba a Fílira, y era además su tío, ya que era hija de Océano. Rea, esposa de Cronos les sorprendió y, para escapar a su vista y a su cólera, Cronos se transformó en caballo y se unió a Fílira con ese aspecto anter de huir al galope. De su unión nació un ser, mitad hombre y mitad caballo, el centauro, Quirón.
Presa de un profundo disgusto y una repulsión irresistible hacia el monstruo al que acababa de dar a luz y al que tenía que amamantar, Fílira imploró a su padre que la liberara de esta adversidad. Entonces, Océano, cediendo a las súplicas de su hija, la transformó en un tilo. Y Quirón, alimentándose de ese tilo, su madre, aprendió y conoció mejor que nadie, no sólo las virtudes medicinales calmantes y perfumadas de este árbol, sino también las de todas las plantas y frutos y llegó a convertirse en un famoso médico, sabio y adivino, utilizando sus conocimientos para bien y salvaguarda de la humanidad.