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lunes, 3 de febrero de 2025

Joselito el Gallo

 


El secreto de los toros, dijo siempre Foxá, reside en que es un espectáculo anacrónico, y el anacronismo, como se sabe, es la ley de toda creación popular. “Cuatro arcángeles bajaban / y, abriendo surcos de flores, / al rey de los matadores / en hombros se lo llevaban”, cantó el pueblo para el entierro de "Joselito".

domingo, 19 de enero de 2025

Alejandro Talavante (Badajoz, 1987) Mi torero

 


‘La afición de Madrid quiere a Talavante ¿Por qué? Porque va con todo. Tres o cuatro veces al año: las veces que haga falta y con las ganaderías que haga falta. No se puede ir a San Isidro un día… Para eso, no vayas’

Paco Camino.




sábado, 28 de septiembre de 2024

Efemérides taurinas. Tal día como hoy, de 1919, tomaba la alternativa "Chicuelo".

 Tal día como hoy, el domingo 28 de septiembre de 1919, tomaba la alternativa Manuel Jiménez Moreno , conocido como «Chicuelo», (Sevilla, 1902-1967). La Real Maestranza fue testigo de cómo con Juan Belmonte , que hizo las veces de padrino, le cedía los trastos al genial torero de la Alameda de Hércules, en presencia de Manuel Belmonte. «Vidriero», un toro del conde de Santa Coloma, fue el primero de la exitosa y larga carrera profesional del menudo y valiente diestro.


Chicuelo fue un torero excepcional, imprescindible para entender el toreo moderno que logró sobrevivir a la Edad de Plata, a la Guerra Civil y hasta el toreo de Manolete, al que le dio la alternativa en Sevilla 2 de julio de 1939. Manuel Jiménez nació en la trianera calle Betis y se inició pronto en el oficio.

Se presentó en público en Tejares, el 24 de junio de 1917, con ganado de José Manuel García. Le acompañaron Juan Luis de la Rosa y Bernardo González. Se anunció por vez primera como matador de novillos en Zaragoza, el 1 de septiembre de 1918, con ganado de Terrones, mano a mano con Antonio Márquez.

Genial con el capote, fue el inventor de la chicuelina y líder del escalafón en los años 20. Su extensa vida profesional le permitió torear entre tres etapas distintas del toreo sin perder vigencia, apoyado en una extraordinaria capacidad para adaptarse y sacar partido al toro de cada época.

Confirmó en Las Ventas el 18 de junio de 1920 con Rafael el Gallo como padrino y Juan Belmonte y Fortuna como testigos ante reses del duque de Veragua en una tarde en la que salió a hombros por la puerta grande.

Su faena más famosa fue la del toro «Corchaíto» de Pérez Tabernero , en Madrid el 24 de mayo de 1928. Gozó de máximo cartel en México, donde debutó en 1924 donde se erige un monumento en su memoria, y se retiró el 1 de noviembre de 1951, en Utrera (Sevilla).

Un torero fundamental

Manuel Jiménez «Chicuelo» es un torero fundamental, el eslabón sin el que no se puede entender el toreo moderno y quien culmina la revolución iniciada por Joselito el Gallo, y sin embargo no tiene el reconocimiento que merece. Recuperar y valorar como merece su figura es una de las asignaturas pendientes de la historia de la tauromaquia .

miércoles, 8 de mayo de 2024

Efemérides taurinas. Tal día como hoy, en 1895, nace José Gómez "Gallito", más tarde conocido como Joselito el Gallo.


 

Retrato de José Gómez “Gallito III”, realizado por el fotógrafo Biedma, posiblemente en su estudio en la calle Alcalá, 23 de Madrid. La fotografía está adherida a una cartulina con el anagrama del fotógrafo y está dedicada por Gallito a D. Luis Felipe Reina: “Al Sr. D. Luis Felipe Reina. / recuerdo de. / Jose Gomez Gallito”.

José Gómez Ortega “Gallito”, nació en Gelves, (Sevilla) el 8 de mayo de 1895 y falleció como consecuencia de una cornada en Talavera de la Reina, el 16 de mayo de 1920. Revolucionó la tauromaquia con su toreo ligado en redondo. Está considerado como el torero más completo y dominador de la historia de la tauromaquia. Protagonizó junto a Juan Belmonte, con el que mantuvo una rivalidad y al mismo tiempo una amistad entrañable, la llamada “Edad de Oro” del toreo durante la década de 1910. Su muerte prematura e inesperada en la plaza de toros de Talavera, en la cúspide de su carrera profesional, no hizo sino engrosar su leyenda.

La fotografía está realizada en 1917, la quinta temporada completa como matador de toros de “Gallito”, en plena competencia con Juan Belmonte, momento de máximo esplendor de su carrera. Esa temporada había superado los 100 festejos toreados. El 19 de Marzo de 1917 realizó en la Monumental de Barcelona una de sus más grandiosas faenas con un toro de Saltillo, llamado Mesonero, quinto de la tarde. El crítico "Don Quijote” señaló lo siguiente en su crónica "dio tres naturales en redondo, tan clásicos, tan prodigiosos, que no puede pedirse más. Uno de ellos, sobre todo, fue tan largo, tan completo, que el toro describió casi un círculo entero en torno a torero, erguido, inmóvil, majestuoso. Y nada más. ¿Para qué más?"

El retratado se encuentra en posición de tres cuartos, sentado en una silla y mirando a la cámara. Lleva vestido con traje oscuro, pañuelo blanco en el bolsillo de la chaqueta y camisa blanca.

Video sobre el Gallo editado en 2020, en el Centenario de su muerte (1920-2020):



jueves, 5 de octubre de 2023

Efemérides taurinas. Tal día como hoy, en 1974, Antonio Bienvenida se despide de los ruedos

 


El video está censurado por su contenido, en la época que parecía vencida la censura. Ha venido con más fuerza de la mano de unas ideologías cada vez más cercanas a las dictaduras.

PARA PODER DISFRUTAR DEL VIDEO PULSAR EN: VER EN YOUTUBE

Tal día como hoy en Vista Alegre el 5 de octubre de 1974

Antonio Bienvenida se despide de los ruedos. Alternó con Curro Romero y Rafael De Paula.

Brindó a su hermano Ángel Luis. "Te brindo ese toro porque es el último toro que mataré en mi vida. Te doy mi palabra de honor que no te haré sufrir más."

Video despedida:



sábado, 24 de junio de 2023

Efemérides taurinas. Tal día como hoy, en 1932, nace en Madrid, Antonio Chenel "Antoñete", un torero para la historia.


 Antonio Chenel Albadalejo, conocido profesional y popularmente como Antoñete (Madrid, 24 de junio de 1932 - Majadahonda, Madrid, 22 de octubre de 2011), fue un matador de toros español


Nacido muy cerca de Las Ventas, pasó los años de la Guerra Civil Española en Castellón y, una vez finalizada la contienda, en 1940, regresó a Madrid. Cuñado del mayoral de la Plaza de Las Ventas de Madrid, Paco Parejo, amigo y consejero, pudo presenciar desde temprana edad corridas de toros con los grandes diestros de los años cuarenta, a quienes consideraba sus héroes, sobre todo a Manolete. Durante su infancia y adolescencia, pasaba su tiempo en el patio de caballos, las cuadras y los corrales de Las Ventas, ayudando a entrenarse (haciendo de toro) a diestros como Agustín Parra "Parrita", Paquito Muñoz y Manolo Navarro.

Se vistió de luces en 1946 y se forjó en capeas por los pueblos. Novillero entre 1949 y 1952, tomó la alternativa el 8 de marzo de 1953 en la propia Castellón, apadrinado por Julio Aparicio, y la confirmó en Madrid, el 13 de mayo del mismo año, de la mano de Rafael Ortega,1​ donde demostró un estilo ortodoxo y clásico aunque de temple, arrojo y mucho valor,2​ razón por la cual sufrió varias heridas de gravedad al principio de su carrera.

Su larguísima carrera de torero se prolongó a lo largo de más de cuarenta años, con muchos altibajos, retiradas y reapariciones. Es uno de los toreros más grandes de historia. Siu faena a Cantinero de Garzón en 1985 será recordada por todos los aficionados

jueves, 25 de mayo de 2023

Efemérides. Muerte de Rafael el Gallo, 25 de mayo de 1.960

 


ROSARIO PÉREZ

28/05/2020

1

«Ayer, sobre las siete y media de la tarde, entregó su alma a Dios el más genial de los toreros habidos». Así se leía en ABC el 26 de mayo de 1960. Había muerto Rafael el Gallo . Rodeado de «sus hermanas Trini y Lola, la señora de José Ignacio Sánchez Mejías y las hijas de este».

 

La parca llegaba «contra todo pronóstico médico», pues cuentan que el torero había experimentado una mejoría y los últimos análisis eran esperanzadores, pero el Gallo apenas comía... Aquel 25 de mayo de hace sesenta años se acababa la vida del singular torero, pero no su eterna leyenda.

 

Tan pintoresca fue su trayectoria como su propio nacimiento. Único hasta para eso, pues vino al mundo a las doce de la noche del ¿17? ¿18? de julio de 1882 y no todos se ponen de acuerdo en su fecha de nacimiento. Vio la luz en la calle de la Greda, la actual de los Madrazo, de manera circunstancial, pues su familia vivía en Sevilla. Pero su padre, Fernando el Gallo , estaba anunciado en el abono de Madrid, junto a Lagartijo y Frascuelo, y en aquella época «los toreros contratados no podían desplazarse a provincias sin la previa autorización de la empresa». Precisamente, el entonces empresario de Madrid, Rafael Menéndez de Vega, fue el padrino de su bautismo, en la parroquia de San Sebastián.

Su sangre torera, por los cuatro costados, hervía ya desde la cuna que mecía la «señá» Gabriela. Con nueve años se las vio con una becerra de Pérez de la Concha, que lo pisó y cayó a la arena. Cuentan que cuando su padre lo recogió en brazos le dijo: «Un buen torero nunca llora de miedo» , a lo que el niño replicó: «Yo no lloro por eso. Es que me da vergüenza».

 

Con trece años banderilleó un toro de manera formidable en Alcalá del Río y formó parte de la cuadrilla de los niños sevillanos. Tomó la alternativa en 1902 en la Maestranza, de manos de Bombita, y la confirmó en 1904 con «Barbero», del duque de Veragua. Siete años después se casó con Pastora Imperio. Fantástico conversador y muy aficionado al campo y al caballo, su «mayor vicio» era fumar los cigarros de Vuelta-Abajo.

 


Entre sus faenas, se recuerdan las de «Jerezano» «Peluquero», al que cortó su primera oreja en Madrid. Con tardes de luces y sombras, nunca dejó indiferente a nadie. «En el toreo a una mano no tuvo rival», se asegura en el «Diccionario de Toreros» de Espasa. Destacaba también su gracia en banderillas, sus bellas inspiraciones en la muleta, «sus adornos, improvisación siempre, variadísimos, artísticos, del mejor gusto...»

viernes, 12 de mayo de 2023

Efemérides taurinas. José Mari Manzanares en Las Ventas el 12 de mayo de 1993

"Ha sido la faena de mi vida"

 Así describió el añorado José María Manzanares la obra que cuajó, el 12 de mayo de 1993, al toro Fulanillo de Sánchez Dalp en Las Ventas.

Cortó dos orejas y abrió su 3ª Puerta Grande como matador.


Video José Mari Manzanares en Madrid:

https://twitter.com/i/status/1657087422033715206

miércoles, 26 de abril de 2023

Morante, Puerta del Príncipe. El día que se acabó el mundo pero sin acabarse del tó. Por Mundotoro.

El día que se acabó el mundo pero sin acabarse del tó

Mundotoro



 Lo de Sevilla de este miércoles, que es ya el único miércoles de todos los calendarios, no es historia del toreo sino historia del mundo mundial. Ya se puede acabar el mundo mañana mismo que lo bailao no nos lo quita nadie. Porque cuando se extinga en mundo por gastaito o por hecatombe de estupidez, la última voz humana que se escuche entre el quejío roto de sus viejos huesos, serán esos olés desgarrados, locos, acompasados, apasionados, olés salidos de la garganta del alma de esas miles de personas que estaban contemplando la creación del mundo el día que se debía de acabar. Porque luego de este seísmo de toreo de Morante si no se acaba el mundo es que es no se acaba nunca. O es que Morante no quiere que se acabe del .

Todos los restos del naufragio del toreo, olvidados en cada orilla de cada época, los rescató Morante. Uno a uno. Todos los barcos que navegaron por el toreo sobre las piernas, sobre los brazos, todas las suertes y estilos fosilizados en las orillas del olvido. Para hacer, pieza a pieza, alamar a alamar, lo que el toreo jamás ha sido. Porque estamos viendo al más único y mejor de la historia del toreo.

José Antonio es José. Membresía de Gallito. Y es Belmonte y es toro y es vaca y es todo lo que roza al toreo. Es lo que nunca antes fue posible, porque no estaba Morante. Es poner a compás, verdad y engaño, desgarro y seda, alma rota y caricia. Olvidar el cuerpo para dar protagonismo al alma. Eso sólo es posible con la torería natural, libre de escuelas, alimentada con el sueño incompleto de todos los toreros olvidados en cada naufragio de la historia. Nunca antes fue posible, y después, intuyo que tampoco.

Todas las artes se entrenan pero no se aprenden entrenando. Todas se ven, se oyen y se tocan y hasta se huelen. Se entrenan de día pero se hace arte de noche. El toreo, como el cante, también es de noche. Es de ver y de escuchar. Y es para adelante, pero desde atrás, porque el humo del cigarro siempre te llevaba a su querencia: un lugar interminable en donde alguien había hecho un suceso de leyenda. Que si fulano le hizo así a uno de santacoloma, que si mengano hizo lo otro a uno de núñez, que si no cabía un alma, que si se acabó el agua en el quinto toro y se bebieron la fuente…

La evolución del toreo se desprendió de su memoria, lo que hay en la foto alrededor del personaje. La gente. Al mismo tiempo, el toreo se entrena mucho y se hace escuela o fábrica quizá porque se cría un toro entrenado para el toreo entrenado. Una especie de círculo que deriva en la excelsa monotonía de un tercio de muleta recién planchado. Eliminamos el folklore, olor, color, para que no nos llamaran arcaicos o rancios. O catetos cavernícolas. Sacamos nuestras raíces de la tierra para ser un esqueje metido en un tarro con agua. Pero ¿quién quiere vivir dentro de un jarrón con agua?

El toreo es el perfecto matrimonio entre incompatibles. De una parte, el toreo no puede ser predecible o sabido, sino inspiración del momento. Y, al mismo tiempo, es un arte con suertes artísticas ya inventadas. Como en la pintura, donde el pincel tiene la edad de los siglos, pero lo acuna el alma de un artista diferente. El lance a la verónica tiene la edad del hilo negro, pero deja la posibilidad de que alguien la realice como si se acabara de inventar. Tan vieja como el tiempo viejo, pero que, a veces, hecha por alguno, parece recién inventada. Un mundo nuevo para un óle recién estrenado.

Uno de los que hace estrenar olés nuevos desde el mundo viejo, es Morante y su vieja nueva verónica o media, o su nuevo y viejo toreo a dos manos, o su molinete avejentado y de estreno, y es caminar para ir y pasa salir de las reuniones con el toro. Un toreo así, tarde o temprano se tenía que rebelar. Y toda rebelión pasa por el pueblo, por los pueblos, por el público. Lugares viejos abandonados por el toreo por los que Morante ha caminado de nuevo en 2022.

El toreo ha de portar consigo lo que es y lo que crea, el mundo al que pertenece, el mundo del que salió para durar siglos. Un toreo libre de prejuicios escolásticos, menos esclavo del tercio de muleta, más generoso en detalles toreros, de naturalidad a modo del toro y con la llamada torería que lleva la escena con el muy malo, el medio malo y el bueno. Un toreo no aprendido y que, por muy entrenado, jamás se aprenda en el entreno. Un toreo radicalmente distinto al que tenemos: que, cuanto más entreno y escuela tenga, sea menos toreo.

La escolástica insiste en aplicar el toreo entrenado a un toro “entrenado”. Una tauromaquia previsible. Liberar al toro y liberar al toreo de lo sabido es la clave. Meter el toreo ahí donde estaba, y donde estaba bien, parece ser la idea de Morante. Un torero que torea superior y que ahora mismo es un torero largo, de torería, suertes y repertorio innatos, aprendidos a la luz de brasa del puro, siguiendo las querencias que tiene el humo tras una calada bien pegada.

Lo de Sevilla de este miércoles, que es ya el único miércoles de todos los calendarios, no es historia del toreo sino historia del mundo mundial. Ya se puede acabar el mundo mañana mismo que lo bailao no nos lo quita nadie. Porque cuando se extinga en mundo por gastaito o por hecatombe de estupidez, la última voz humana que se escuche entre el quejío roto de sus viejos huesos, serán esos olés desgarrados, locos, acompasados, olés salidos de la garganta del alma de esas miles de personas que estaban contemplando la creación del mundo el día que se debía de acabar. Porque luego de este seísmo de toreo de Morante si no se acaba el mundo es que es no se acaba nunca.

Sevilla. 26.04.2023. Histórico Morante de la Puebla cortando un rabo en La Maestranza. Artículo de Zabala de la Serna

 Dos orejas y rabo, Puerta del Príncipe: Morante se encarama en lo más alto de la Historia con una tarde de leyenda en Sevilla

·         ZABALA DE LA SERNA

@zabaladelaserna

Sevilla

Actualizado Miércoles, 26 abril 2023 - 21:52

El diestro ha cortado un rabo 52 años después en Sevilla

 


Julio MunozEFE

Caía el sol por la espalda del Guadalquivir, pasaban las 21.00 y Morante de la Puebla se encaramaba en los más alto de la Historia. Una procesión mecía por la Puerta del Príncipe la figura mágica que se cimbreaba sobre una marea de gritos: "¡to-re-ro, to-re-ro, to-re-ro!". Allí se lo llevaban, después de cortar un rabo, como si le fueran a tirar al río. Cuando en verdad le querían levantar estatuas por el paseo Colón, camino del hotel donde descansaría el torero que acababa de saldar con Sevilla las deudas de toda una vida.

Ha venido abril pidiendo guayaberas como Morante poetas y una plaza que le quiera. Una lengua de fuego subía por toda la cuenca del Guadalquivir y desembocaba en Sevilla, haciendo de la Maestranza un anillo en llamas. Mordió el sol de nuevo sus tendidos y, por segundo día consecutivo, la entrada no alcanzó el lleno con carteles de "no hay billetes". No falló en ninguna de las seis citas del torero de La Puebla en 2022, cuando la primavera lo era de verdad y no quemaba este ferragosto la ciudad.

A las 18.41 el aire condensado se paró como el tiempo y el toro en el capote de MdlP, que levantó un mausoleo de verónicas, una cadena de lances marmóreos, a cada cual más lento y eterno. Desde las mismas tablas brotó el manantial de empaque y compás, y fluyó como un río de agua clara. A mitad de camino pareció detenerse, aún más, el toreo. La fotografía de una verónica por el pitón derecho encontró su negativo por el izquierdo, y las dos adquirieron el pasaporte de la eternidad. Morante le dio al play y siguió el portentoso viaje, tan ceñido, más allá de las rayas, donde el fulgor de una media reunió en su cadera todas las gargantas de arena.

El toro de Domingo Hernández, propiedad como toda la corrida de Concha Hernández, a diferencia del día anterior, había humillado con ese son que anuncia un fondo derretido, un fuelle en vías de extinción. Duró apenas algo más. Ya en el quite inconcluso del genio -un par de desarmes- venía entregando el alma. Del principio de faena cayó la pintura un pase de la firma, y luego una serie de derechazos hermosos quedándose el toro, y después todo se difuminó.

Entre las 19.04 y las 19.19 no pasó nada con un manso desencelado y en fuga de la fijeza con el que Diego Urdiales gastó mucho tiempo para robar un ronda estimable. Cazó una estocada en huida tras un pinchazo.

Y entonces, a las 19.23, apareció Juan Ortega en el ruedo vestido de Manolete y oro como una escultura de la verónica. Un bronce que desplegó el capote, su vuelo etéreo, y lo posó en el albero. De la gavilla de lances, casi en el mismo sitio, uno, esa escultura, trajo una luz vieja, las manos bajas, más abierto el embroque, un eco de los años 30. De pronto la nómina de Cagancho, Curro Puya, La Serna, vagó en aquellos lances de pereza. Sonó la música como campanas de gloria para abrir un capítulo para los anales del toreo de capa. Ortega volando delantales, a cámara lenta, meciéndose hacia el caballo. El toro de DH derramaba almíbar. Morante quiso catarlo y se apretó por chicuelinas que desembocaron en una maravilla de media que salvó el quite. JO volvió a la carga, apurando al toro, y esbozó verónicas ingrávidas antes de una media enfrontilada y belmontina. No se daba cuenta de que estaba despertando a la bestia mientras se dormía el toro. Que se fue apagando en su temple en una faena -brindada a Curro- de apuntes lindos mal rematada con la espada.

A las 19.45 saltó Morante de la Puebla enfebrecido, convulso, agitando faroles y largas. Ligerito sólo fue el nombre del toro en la catarata de verónicas que se precipitó coagulada de lentitudes. Morante le volcaba el pecho, barroco, hundiendo el mentón, hundiéndose todo él. Como un Dios que emergiera de la tierra. Cada verónica era un rugido en su faja, por donde latía el lomo del toro, su corazón excelso. Ahora sí sonó la música, pendejos, para MdlP. Que explotó con un tsunami de tafalleras como molde de tijerilla, vaciando al toro por la hombrera, a velocidad de pasmo, yéndose como una ola hasta la larga cordobesa. Un estruendo loco trepó hasta por los tendidos que ardían. Y no era sol. Se le ocurrió a Urdiales intervenir a la verónica. Y para qué más. El genio ascendió de nuevo desde la lámpara y por la barriga donde hervían los gatos se apretó un mezcal de gaoneras con la suerte cargada, entre el azul turquesa del vestido, los azabaches y el verde de los vuelos. Qué escandalera.

A esto el fondo Ligerito, hecho en el molde de la perfección, como émulo de Orgullito, el toro indultado por el Juli en 2018, brotaba a borbotones de lujo.