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miércoles, 6 de agosto de 2025

Morante y un cuento de hadas. Editorial del 04.08.2025 de Mundotoro

 


Morante y un cuento de hadas

(Lo que sucedió en El Puerto y no se ha contado)

Lo de Morante no se recuerda y, por tanto, lo de Morante en El Puerto tiene mucho de cuento de hadas. Capaz de unir dos faenas de profundo calado a toros tan distintos de El Freixo, el de La Puebla es, hoy por hoy, el puto amo. Sería un error tratar de competir con un cuento de hadas. Pero el toreo es más allá de Morante. Más allá están los nombres de Talavante y Pablo Aguado, y los triunfos de Roca Rey y Manzanares. Uno que torea sin complejos y otro que ha crecido de forma evidente. Al lado de ellos, una corrida de El Juli que se pareció mucho a una corrida de las buenas de Justo Hernández.

Competir con un cuento de hadas o con la mitología de carne y hueso es, además de imposible, un error y hasta un defecto. Anunciados solos, Roca Rey alcanzó los tres cuartos, más o menos, y Morante puso el ‘no hay billetes’. Es un dato real, pero más una consecuencia que una causa. Eso era algo predecible. Y como la realidad es la que es, o se admite y se lee bien o se patina.

A ver, hoy por hoy, torear con Morante supone dos cosas. Una, que es difícil superar el secuestro emocional que provoca Morante. Por eso, las dos faenas de Talavante, mejor quizá, en una parte de la del primer toro, tuvieron el valor añadido de no competir y, sin embargo, hallar su eco y su propio sitio al lado de ese cuento de hadas.

Para ello, hay que disfrutar del toreo de Morante y del propio. Y torear al lado de él y pegarle ‘olés’ cuando luego has de salir a parar al siguiente toro es difícil. Pero es para toreros, y para toreros listos. Es así o no es nada. No acomplejarse es la clave. Y ser gran torero y gran aficionado. Aguado tampoco se propuso competir con Roca Rey. El peruano, que no se quitó con decencia después de lo de Huelva, se arrimó muchísimo. Con un lote escaso de bravura, tampoco compitió con Manzanares, que es más marca que realidad, dicho sea con todo el respeto.

Aguado ha remontado una barbaridad. El Aguado de su segundo toro hacía tiempo que no estaba. Ese toro que exige y calibra, pero con fondo, es el toro que te hace pasar la prueba. Lástima que con la espada el sitio sea otro. En cuanto a las corridas, terciadita la de Matilla y de más cuajo y caras toreras la de El Freixo, que echó cuatro toros buenos de verdad.

No hay explicación al suceso Morante. Y como no la hay, lo más inteligente y saludable es disfrutarlo

El primero de Morante, el más definido. El segundo de Talavante, de buen pitón derecho y con matices. El cuarto, una incógnita desordenada y exigente, poco predecible y que se descarta como bueno hasta que alguien echa la moneda al aire y apuesta: Morante. Bueno el segundo de Talavante y escasos los de Ortega. Pero los dos malos lo fueron no por malas ideas, sino por no servir para triunfar, por escaso fondo o por manejo errado, o lo que sea, pero sin perder embroque.

No hay explicación al suceso Morante. Y como no la hay, lo más inteligente y saludable es disfrutarlo. Y sacar provecho. Como torero, como empresario y como ganadero. Y, por supuesto, como aficionado y como público. Morante se explica, quizá, desde dos pilares: desde un contexto del toreo y del propio país, y desde el contenido propio como torero y persona. El país, España, anda más a la deriva, y más mentido, saqueado y engañado que nunca. El toreo caminaba hacia un rumbo de impostación de esencias, de referencias de escaso poso y peso. País y toreo van de la mano: queremos recordar y pedir la lectura de Ortega y Gasset.

Que nadie olvide que Morante lideró VOX y, lejos de ser hoy el torero fascista, es el torero más del pueblo y más transversal; es ídolo en la cuna de la izquierda abertzale, Azpeitia, en la polifonía social de Madrid, en el chauvinismo con aristas de Sevilla, en la orgía humana de Pamplona y en cada rincón que se mencione. Morante decidió ponerse al frente, tomar el timón que nunca tomaron ‘los toreros de arte’.

No lo tomaban porque no podían. Y porque tampoco hacía falta: el toreo iba bien cuidado con las figuras de más regularidad y tirón del momento. Pero esos toreros de buen rumbo, como El Juli, pues ya no están. La decisión de liderar de Morante es tan histórica como necesaria. En lo social y en lo taurino.

Además, tiene alrededor grandes toreros. Emilio de Justo explica la determinación. Juan Ortega cuida y mima lo que hay que cuidar. Aguado es centrado y muy sentido. Talavante es largo y puro. Y el margen de crecimiento de la gran figura que es Roca Rey, es grande y es necesario y, seguro que sucederá. No lo olvidemos: este torero es necesario sí o sí. Y que nos dure mucho tiempo. El toreo suma. Puede competir cuando ha de competir. Pero, en un caso o en otro, sumar.

El toreo no es propiedad de los toreros. Ellos son los que lo dejan mejor o peor implementado en la sociedad, en una dirección u otra

Sumar en una dirección que no es otra que dar con la clave de prolongar el toreo hacia adelante. El toreo no es propiedad de los toreros. Ellos son los que lo dejan mejor o peor implementado en la sociedad, en una dirección u otra. Morante, justo cuando ya debía de estar al otro lado del río, cuando la angustia o la velocidad no le existen ni le exigen, se echa el rumbo del toreo a la espalda. El de sus prioridades y raíces. El que compartimos tantos y, visto lo visto, comparte la gran mayoría.

Los primeros años de los grandes toreros no suelen ser los de mejor toreo. Hay urgencia por llegar arriba y el fin, ser número uno, justifica los medios, torear por lo civil y lo criminal. Morante hace tiempo que no tiene prisa. Y, como tiene más de una vida a causa de su vida, como que ha nacido de nuevo para pegar un giro al rumbo del toreo. Para decir: esto no se puede perder. Esto es por este camino.

Cuando se vea con la lejanía de los tiempos y no haya árbol que impida ver el bosque, se percibirá mejor. Mejor por más visible. No deja de ser una no coincidencia ese hilo nuevo de rumbo nuevo: Morante / el toro de Justo Hernández / El Juli. Lo de El Puerto, es justamente, seguir ese hilo. Porque hay rumbos que no se ven, por muchas cualidades que un torero o un apoderado o un empresario tenga. Hay cosas que sólo ven los talentosos. No es crítica, sino descripción. El talento es cosa de elegidos. Y no todos pueden serlo.

No ver lo que ven los que sí tienen talento para verlo, no es indecoroso. Ni siquiera una falla. No. Lo que es caminar hacia la torpeza es no verlo e insistir en no verlo y, cuando se ve, actuar como si no se viera. Estamos ante un suceso casi antinatural y negado por todas las estadísticas: un torero en edad más que madura, que debería ser uno que abriera carteles de lujo, resulta que rompe esquemas y mete más gente que los nuevos y que él cuando era novedad. Y el toreo vive de la novedad.

Es más. Es tan antihistoria que Morante es el ídolo más transversal en edad de sus seguidores. Lo es por eliminar barreras geosociales. Por ser algo parecido a lo que el toreo necesitaba y casi lo que necesita este país. Algo que se parezca a la verdad. Algo que no esté contaminado. Algo que no parezca buscar su momento y su interés. Algo o alguien que dé esperanza.

Alguien al mando que no mande o que parezca no mandar. Con poder, y que se perciba generoso. Que sirva para alimentar al que chanela mucho y al que debuta. Alguien que no imponga su liderato y poder, sino que busque una legitimación casi humana para su mandato. Algo que diga que la belleza no son los parámetros externos de cánones de Photoshop. Alguien que se pueda contar como un cuento de hadas sin empezar por el ‘érase una vez’, sino con un ‘existe ahora mismo’.

martes, 17 de junio de 2025

¿Qué es la corrida de toros?



Dicen que la filosofía se esfuerza por responder a dos preguntas fundamentales: la pregunta “¿qué es?” (la esencia, concebida como la realidad metafísica de las cosas, su verdadera identidad independiente de la experiencia sensible) y la pregunta “¿por qué?” (fundamento). Ahora bien. ¿Qué es la corrida de toros? Nadie lo sabe. Nadie puede responder a esa pregunta, y la filosofía aún menos. Pero quizá se puede filosofar sobre este mismo hecho: la corrida de toros no puede ser definida. Se puede hacer su historia, describir sus fases, determinar sus reglas, pero no se puede decir lo que es. ¿Por qué? Porque no encaja en ninguna categoría definida. De hecho, la fiesta no es ni un deporte, ni un juego, ni un sacrificio, y no es exactamente un arte ni verdaderamente un rito; toma algo de todas esas prácticas, que son la cultura misma, y hace de todo eso una creación original y, por así decirlo, única. Con un poco de todas las grandes prácticas humanas, por más superficial que sea ese “poco”, hace su propia profundidad.

Imagen: "La corrida de toros". Ramón Casas i Carbó (1866-1932)

domingo, 8 de junio de 2025

Histórica Puerta Grande de Morante en Madrid


La histórica Puerta Grande de Morante en Madrid a gritos de ¡José Antonio, Morante de la Puebla!


El 8 de junio quedará para la historia. Morante de la Puebla ha abierto la Puerta Grande de Las Ventas después de tantas y tantas tardes a punto de tocar el cielo de Madrid. Hoy, lo ha conseguido. Morante de la Puebla ha sido aupado y llevado a hombros por la calle Alcalá. Un día que se quedará para la historia del toreo y de España. 


La escena se ha vuelto aún más vibrante, e imposible para los fotógrafos, cuando la Policía ha tenido que introducir caballos en la Puerta Grande para intentar controlar a la multitud. Pero el delirio era imparable. Morante, emocionado, ha sido llevado en volandas por una marea humana que ha abarrotado la calle de Alcalá.

Lo extraordinario ha llegado al prolongarse la celebración más allá de Las Ventas. Los aficionados, entregados, han cortado el tráfico de varias calles del centro de Madrid para acompañar al torero, que ha seguido y sigue en hombros camino del hotel Wellington, en plena calle Velázquez. Un trayecto convertido en una triunfal marcha popular.

Morante ha desatado la locura en una ciudad rendida a su arte y a una de esas tardes que quedan para siempre en la memoria de la afición.

martes, 3 de junio de 2025

El brindis de Juan Ortega a El Juli en Aranjuez el 01.06.2025

 

Lo que no sabes del brindis de Juan Ortega a El Juli en Aranjuez


martes 3 junio, 2025

Juan Ortega no pudo elegir mejor escenario para rendirle homenaje a El Juli el pasado domingo


Juan Ortega brindó este domingo la muerte del sexto toro de la corrida de San Fernando de Aranjuez a Julián López El Juli. Hasta ahí todo normal, dialogo íntimo entre dos toreros, un reconocimiento personal del sevillano hacia una figura de la talla del madrileño.

Lo que sucede, es que Ortega no pudo elegir mejor escenario para rendirle homenaje, pues El Juli ostenta el récord de paseíllos en este coso, más que bicentenario (concretamente 227, pues fue inaugurado en 1797) por el que han dejado su huella maestros de la trascendencia de Domingo Ortega, Marcial Lalanda, Manolo Bienvenida, Pepe Luis Vázquez, Paco Camino, El Cordobés, Paquirri o Joselito.

El Juli ha participado en un total de 17 festejos en el coso del Real Sitio y Villa, en el que se presentó como matador un ya lejano 30 de mayo de 1999 junto a Miguel Báez Litri y Enrique Ponce para lidiar un encierro de Victoriano del Río, mientras que su último paseíllo en esta plaza data del 30 de mayo de 2023, cuando actuó junto a Morante de la Puebla y Roca Rey para dar cuenta de un encierro de Núñez del Cuvillo.

Además, El Juli debutó en esta plaza como ganadero en el festejo San Fernando del pasado año cuando sus reses de El Freixo fueron lidiadas por Juan OrtegaRoca Rey y Ginés Marín. Precisamente la lidia del primer toro de El Juli en esta plaza (Aparejo -58), corrió a cargo de Juan Ortega.

Luego Ortega honró al homenajeado con una faena inmensa a “Perdicero”, el castaño lucero, calzado y coletero de Cuvillo al que toreó con una delicadeza propia de los elegidos en una faena al compás de los sones de Caridad del Guadalquivir. Una obra que fue premiada con las dos orejas y el rabo, que sirvió para cerrar de la mejor manera uno de los festejos que van a marcar este 2025 y que entró de inmediato a formar parte de la historia de esta plaza.

sábado, 31 de mayo de 2025

El fracaso de todos. Editorial de Mundotoro

 

El fracaso de todos

Editorial del sábado 31 de mayo de 2025. Mundotoro


Marco Pérez estuvo muy bien y el resto, todos, muy mal. El fracaso de Madrid es un fracaso absoluto del toreo y la comunicación del toreo. Y la certificación notarial de la existencia de crueldad. No es el fracaso de un adolescente de 17 años. Puedo gustar más o menos Marco Pérez, pero es objetivamente innegable que un niño de 17 años hizo algo inalcanzable para el 99,99999999 de los españoles. Que tiró de raza, de hombría (hombría exigida a un niño) y que él solo resolvió como pudo algo para lo que nadie puso medios, cuidado, atención y comunicación. Algo le pesa al toreo cuando el fracaso de un niño es la razón con la que tratamos de salvar el fracaso de todos. Y, en el fondo, la crueldad de todos.

Estamos, aunque el toreo y sus gentes lo olvidemos, en 2025, siglo XXI avanzado, a los pies de la IA, en un mundo de valores fracasados y de cambios sustanciales de fondo en la sociedad. Y el toreo no da la talla y no encaja en este mundo cuya mutación es casi diaria. La empresa anunció como algo extraordinario (fue el primer cartel cerrado) un suceso inusual. Una acción positiva, una apuesta. (¿Qué no había necesidad de ello? No es cierto, el toreo necesita estos sucesos). La respuesta a este hecho inusual de un niño tuvo tintes de crueldad. De inmediato, pareciera que se le estaba dando trato de favor a alguien en base a intereses inimaginables y calenturientos. No hay nada peor que la cobardía de los mediocres vertida en ese mundo de maldad anónima llamado redes sociales.

Por tanto, la primera reacción no fue loar y cantar un suceso inusual de alguien cuya precocidad en el toreo era un bien común, un bien del toreo, por y para el toreo. Inmediatamente se creó un cordón sanitario contra ¡¡¡un niño!!! acusado de un trato de favor. Eso se llama crueldad. Admitida por todos de forma torpe. Pensemos en la era del gatito y del perrito, ponemos a un niño frente a 23.000 personas a lidiar seis novillos que son toros de muchas plazas. Podría la sociedad, por este simple hecho, ponernos el crotal del maltrato. Y, sin embargo, fuimos nosotros quienes permitimos el maltrato dentro de nuestro mundo. A veces no necesitamos la maldad ajena, nos bastamos nosotros mismos.

Sigamos así y Madrid será un despeñadero de niños. Ni Madrid, ni el toreo son así. El toreo es grandeza

Parte del público batió palmas para animar el gesto de Marco, y, de inmediato, surgieron los vigilantes del honor para marcar la pauta de una tarde cruel. ¡¡¡No querían que saludara tras el paseíllo!!! ¿Eso es ser buen aficionado? Eso es crueldad. Quien diga lo contrario, miente. La exigencia con un niño torero de 17 años no es eso. Ese instante marcó la pauta de una tarde en la que, o Marco volaba por los aires, o la tarde iba a ser de despeñadero. De una parte, la gran mayoría asistió a un partido de tenis y una minoría se lo pasó excepcionalmente bien midiendo, gritando, acosando a un niño. No es nuevo, hubo acoso a El Mene, a Palacios, a la mayoría de los jóvenes novilleros que llegan con cierto nombre. Sigamos así y Madrid será un despeñadero de niños. Ni Madrid, ni el toreo son así. El toreo es grandeza.

No puede serlo en tiempos en donde los valores intrínsecos al toreo (juventud, sacrificio, madurez temprana, esfuerzo, educación…) se están desinstalando en la sociedad. Si queremos lanzar el mensaje de que el toreo sigue siendo esos valores, tratar a casi niños de esa forma es escupir sobre lo que es el toreo. Nadie exige nada gritando, haciendo gestos, insultando… Nadie habla a un niño así en la España de 2025. Y dirán que esto es el toreo, claro. Pues si el toreo es esto y la grandeza y el honor del toreo es este comportamiento, vayamos al psiquiatra o que nos quiten el carnet de seres humanos. No pedimos eliminar la exigencia. Pedimos cordura.

Fácil es, a toro pasado, criticar las lagunas profesionales que rodearon a Marco Pérez. Pero, de la misma forma que tenemos que tomar medidas en contra del trato inhumano hacia adolescentes que quieren ser el relevo del toreo (y que el toreo necesita) los profesionales han de pensar que hay que trabajar de otra forma.

En lo taurino, los novillos salieron al ruedo en el juego del tamaño, como si se tratara de un festejo de terna. Los más chicos por delante. Un error de bulto. Porque se expuso al torero a tres protestas continuadas sin necesidad. No eran tres toreros, era un torero. Alternar tamaños era leer la tarde. Y nunca (miremos el historial de lidias en solitario) echar el más fuerte como quinto. Y, de ir a la puerta de chiqueros, ir a los más chicos porque, a portagayola, el chico se hace grande o la tensión del momento lo hace grande. Así ha sido toda la vida en el toreo. Se pudo planificar mejor lo que se tenía y lo que había. Y lo anotamos con todo el respeto, sabiendo que, toro pasado, es más fácil.

Pero resulta que el que fracasó fue Marco Pérez. Una gran mentira. Este viernes fracasó el toreo entero. Está fracasando el toreo con los más nuevos que tienen condiciones. Porque damos por buena y por aceptada esa ira en contra de los que pueden ser, puestos en la picota y en la diana por esa condena: Porque pueden ser. Sólo un mundo de mediocres puede aceptar que los que tienen condiciones hayan de ser sospechosos de no sabemos qué cosa malvada. O se reflexiona con lo que está pasando o el toreo caminará muy ajeno a un mundo que nos sobrepasa. Que nos puede ignorar.

Un tenista de 17 años que despunta en España y en Madrid es motivo de alegría y de esperanza. Así se vende. En el toreo y para esa minoría de Las Ventas, uno de 17 años es lo contrario. Dirán que el toreo no es el tenis. Les diremos que, en ambos lugares, es un niño. Y si el toreo es el maltrato de un niño porque apunta a ser gente, que el toreo se lo piense. Pongamos a mediocres a ser examinados por mediocres: fin de la crueldad. Pero también, fin del toreo.

sábado, 24 de mayo de 2025

Efemérides taurinas. Tal día como hoy, en 1976, Paco Camino abre la duodécima Puerta Grande de Madrid

 El maestro Paco Camino abre su última Puerta Grande en Las Ventas el 24 de mayo de 1976, compartiendo cartel con Ángel Teruel y Sebastián Cortés Amador. Toro de Baltasar Ibán.


Video:

https://x.com/i/status/1818383247102845263

El récord de Paco Camino: diez años consecutivos de Puerta Grande en Las Ventas


El sevillano tiene doce salidas a hombros del coso madrileño, once de ellas entre 1967 y 1976

miércoles, 21 de mayo de 2025

El Mene o porqué el toreo es la fiera que no cabe en jaula alguna. Editorial de Mundotoro

 

El Mene o porqué el toreo es la fiera que no cabe en jaula alguna

Editorial del 21 de mayo de 2025

Mundotoro




Etoreo también son gestos. El de Iker Fernández, El Mene, al dar la vuelta al ruedo entre protestas de un sector de la plaza y vítores de la otra parte, es una respuesta proporcionada a la desproporción del maltrato que recibió durante sus dos actuaciones como novillero en Las Ventas. No se sabe que sucede a esta plaza, fría como congelador en la actitud de la mayoría y hasta censura y agresivos en la de una minoría que trató a una terna de buenos novilleros como si algo personal hubiera sucedido entre las partes. Hablamos de maltrato porque es expresión muy correcta aplicada a los gritos, imperativos, órdenes verbales y gestuales que se dirigieron a tres chavales como si éstos fueran futbolistas estrellas de un equipo rival que gana de penalti injusto.

La mayoría de los que protestaron tuvieron una posición de abuso. La mayoría silenciosa, una postura de desamparo. Ambas censurables y, si reflexionamos, injustas y sobre todo, impropias de una plaza de toros de la categoría de Las Ventas. Porque si el trato expresado de forma continuada hacia El Mene fuera dirigido a una figura consolidada, la figura sabe que eso va en su caché. Y, por otra parte, la reacción de la mayoría silenciosa habría sido más rápida, ruidosa y partidaria hacia la figura. Un ‘déjá vu’ que, cuando llegan las novilladas, no sucede, y convierte a Las Ventas en una especie de enterradora de niños. Porque, taurinamente y casi en edad, son lo que son. Un poco más que adolescentes.

Incluso dando por buena que la novillada de Mayalde fuera como se percibió (la movilidad no es igual a bravura), incluso si aceptamos que los errores de los novilleros sí hubieran sido de una grosería inaceptable, la desproporción del trato hacia el maltrato sería la misma. Esto es el toreo, no la intifada. Esto es el toreo, cabal siempre en el reproche, hasta agudo e hiriente en la protesta. Censura. Vinicius no torea. No era el del capote ese central que derribó al nuestro delantero. El Mene no es Roca Rey. Pero, se da la circunstancia de que, además, los tres hicieron cosas de toreros esperanzadores. El Mene, muchas.

Todo partió de una visión inoperante del toro y del toreo, sobre la que pretendió justificarse la agresividad y la frialdad. De tal forma, que la desproporción fue de un tamaño que roza la crueldad. Pocas mentes de 18 años están hechas o maduras, para soportar sin caer en la desazón humillante del miedo escénico que es impropio del toreo en Madrid. Madrid no es así, ni frío ni agresivo. Madrid ha de ser tan duro como justo, tan exigente como proporcionado. Y Madrid, y cualquier plaza, ha de ser indulgente con el débil y usar la espuela con los de boca dura y agria.

La reacción que vino tras una lógica derivada de la petición de oreja no mayoritaria seguida de un saludo desde el tercio como moneda de cambio (las protestas a ese gesto de El Mene son las que se hacen contra un ladrón de ancianas) fue de estudio psicológico. Pero nadie contaba con que algunos adolescentes llevan dentro un torero o alguien que quiere serlo. Y, avalado por lo que había hecho, no sólo no se metió para adentro tras el conato de recoger la ovación, sino que dio la vuelta al ruedo.

Si un chaval tiene el valor de torear como toreó, de reponerse a la cogida fea y de matar como mató, los sabios y los silenciosos habrían de pensar que es un hombre en camino de serlo. Y que los hombres reaccionan. Y tiran para adelante. Y no se dejan ni amedrentar, ni secuestrar y que el fracaso lo es cuando se fracasa de verdad. No debemos subestimar la personalidad ni el coraje ni los bemoles de quienes los tienen para estar delante de un toro. Subestimarlo es creer que nuestro poder desde el tendido es un absoluto en verdad, criterio y en manejo de voluntades humanas y toreras.

Y un torero ha de ser, siempre que lo sea, la fiera para la que no se ha logrado construir jaula alguna que lo encierre. Esa es una las razones poderosas por las que el toreo es esa fiera que no cabe en jaula alguna. No hay jaula política prohibicionista que nos acabe, porque los toreros no caben en una jaula. El toreo es eso que hace que niños de la sociedad más de confort, más pusilánime y más contaminados de sesteo de la historia, quieran ser toreros. Si son capaces de depreciar confort y vida de relax y se ponen delante, ¿de verdad pretendemos hacer de ellos una banda de sumisos? Se es torero, entre otras cosas, porque se es libre. No lo olvidemos o habremos olvidado que es el toreo.