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lunes, 16 de agosto de 2010

La muerte: El heroísmo de Bloy

Siempre voy tras los pasos de mi admirado Pepe Deapié, unas veces por envidia de su talento y otras por afán de superación. El caso es que intento emular su capacidad de mantenernos despiertos e inducir nuestros intereses hacia nuevos campos del saber. Pero resulta que él inaugura un apartado y le llama "Cosas de Pepe", dedicado a "cosas de carácter heterogéneo", es decir a ¡todo lo que hay en la vida! Pepe me quiere dejar sin temas para mis entradas, sin el placer de que leáis mis chorradas y poder yo disfrutar con esos comentarios tan cariñosos. Como no hay que darse por vencido he estado estrujándome el cerebro (he acabado enseguida) y voy a abrir un nuevo apartado, como Pepe hablará de todo de la vida, yo escribiré sobre la muerte. Al fin y al cabo no deja de ser la otra cara de la moneda y complemento la decisión de Pepe. Si no resulta tan brillante o tan instructivo, al menos será misterioso, y por qué no, romántico.
Textos entre la realidad y la literatura. Textos que nos hagan sonreír, reír, pensar y, a veces, quizá soltar una lágrima.
Reflexiones, epitafios, mitos, leyendas; visión filosófica, humorística, realista; muertes en la ficción, o de grandes personajes, o sus últimas palabras... Un sinfín de cosas relacionadas con la Parca tomarán el camino de este blog hasta que la muerte (literaria) nos separe.
¿Me acompañan?
Comenzaremos con el heroísmo de Bloy, que ante la pregunta de qué sentía en el lecho de muerte respondió: "Una inmensa curiosidad".

8 comentarios:

  1. Uff, yo quería hacer la tesis sobre la muerte en las diferentes sociedades. Es un tema rarito. Tan natural como la vida, pero percibido por los occidentales de una forma muy poco natural. Con respecto a este tema, he tenido difrentes etapas: miedo sobrenatural, pánico y sólo miedo jajajaja. Durante años he estado investigando y eso me ha hecho llegar al estado actual: miedito.
    A ver qué nos cuentas sobre el tema Pitt

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  2. Tendría curiosidad, no lo discuto, pero que no me diga que era lo único que sentía.

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  3. Muy interesante.
    Y si a alguien le sirve, el miedo a la muerte, es inútil y evitable.

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  4. Curioso coincidir en este tema rarito, Yolanda, me alegraría que os interese.
    Bien por Kassandra. Si piensas en la muerte, estás vivo y la muerte no está en tí y si la muerte ha llegado, ya nada importa.
    Mi intención es desdramatizar.

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  5. Bueno Pitt, siempre me sorprendes, en tanto que tienes mejor opinión de mi que yo mismo. Quiero aclarar (igual hasta en una entrada) que lo de las Cosas de Pepe es para no extender demasiado el índice temático. La mayor parte de las entradas de este tipo irán referidas a cosas de tipo matemático o relacionadas con la informática y alguna marcianada variada.

    Por cierto, me he echado unas risas con el principio de tu entrada. Sólo espero que si me tienes que comunicar alguna defunción, no lo hagas con ese salero que te caracteriza, porque soy capaz de echarme a reir.

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  6. ¡Oh la muerte! Misteriosa, oscura, etc. Son tantos los temas que derivan de algo tan simple. Yo, cuando pienso que algún día cesará mi existencia, se me revuelven las tripas, luego pienso "¡y qué le vamos a hacer!, llegar, llegará y punto", entonces me da un poquito más igual.

    Coincido con la amiga Kassandra en que el miedo a la muerte es algo inútil, pero sin embargo, muchas veces resulta inevitable.

    De todas formas, me encantan los cementerios, si son tranquilos y elegantes (no como el de Zaragoza, que quitando 4 criptas es una patata). Si tuviera un cementerio bonito cerca de casa, me dedicaría a pasear por sus andadores, quizá me buscaría un rincón agradable y, armado de mi pipa, buen tabaco y un libro, o quizá el simple volar de la imaginación, podría dedicarme a ver pasar las horas alejado del mundanal ruido... o a que me echara un empleado municipal, lo que primero ocurriera.

    Un saludo.

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  7. aquí pepe. Tfno móvil. Conexión chunga. ¿Si nos preocupa la muerte, por qué no nos preocupa no haber estado vivos desde el big bang hasta que nacimos?
    Perdonad que suplante al gran anónimo, autor del lazarillo de tormes y otras grandes obras. Es que si me autentico el móvil entra en éxtasis místico. Será que internet por móvil es algo sagrado, divino, o algo asi

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  8. Sois magníficos. Guerrero, de acuerdo en todo, ese sentimiento benefactor me despiertan cementerios modernistas como el de Comillas, con su ángel de piedra en una esquina. Los veo más como un sitio de recogimiento (no por lo religioso), de reflexión, de paz..
    Por otro lado, la muerte: miedo, cierta ansiedad, tristeza, no es lo que me interesa, estoy con Eduard Punset, que dice: "me interesa no lo que hay después de la muerte, si no, si hay vida antes de la muerte".

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