Viva por la entrada de Pepe Deapié. No había caído en esto del saber y el conocimiento (ya me empieza a cargar el conocimiento); en cuanto al saber, maravilloso, me ha recordado un satírico párrafo del argentino Oliveiro Girondo de su obra Espantapájaros, que encierra el amor por aprender, por la experiencia, sin lucro, por el capricho de saber:
Por eso -aunque me creas completamente chocha- nunca me cansaré de repetirte que no debes renunciar ni a tu derecho a renunciar. El dolor de muelas, las estadísticas muncipales, la ultilización del aserrín, de la viruta y otros desperdicios, pueden proporcionarnos una satisfacción insospechada. Abre los brazos y no te niegues al clarinete, ni a las faltas de ortografía.
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