Bésame, amor, en esta noche triste.
Te diré las palabras que mis labios,
de tanto amor, mi amor, no se atrevieron.
Amor mío, amor mío, es tu cabeza
de oro tendido junto a mí, su ardiente
bosque largo de otoño quien me escucha.
Óyeme, que te llamo. Vida mía,
sí, vida mía, vida mía sola.
Rafael Alberti
Que se cumpla ese beso y que sea perpetuo en el tiempo.
ResponderEliminarMuy lindo, saludos,
Diana
Y a la llamada acude la princesa rauda y veloz, con la espera de ese beso eterno.
ResponderEliminarMariko
Alberti... A veces el amor paraliza y no s hace enmudecer.
ResponderEliminarQue preociosos versos. Gracias Pitt.
Abrazo anisado