Breves apuntes sobre cultura y pasión taurina
lunes, 8 de agosto de 2011
Sed de oro
Un hombre con sed de oro se dirigió una mañana al puesto de un comerciante de oro. Iba bien vestido y, tras contemplar el brillo del metal, robó una pieza y salió huyendo. No llegó muy lejos, pues era día de mercado y la plaza estaba atestada de gente. Cuando un oficial le preguntó por qué había robado el oro en presencia de tanto gentío, el ladrón respondió: “Porque cuando cogí el oro, no vi a nadie. No vi más que oro”.
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Ni la pobreza obliga a robar ni la riqueza lo evita.
ResponderEliminarLa codicia ciega el entendimiento.
ResponderEliminarDebe de haber mucha codicia, Jana, pues poco es el entendimiento.
ResponderEliminarPues pensaría que si ve sexo en lugar de oro todavía vería menos. Esa es otra cosa que deslumbra. Dicen que más a los hombres que a las mujeres pero sobre ellas no opino que no soy quién. Saludos.
ResponderEliminarEs muy posible que deslumbre a los hombres pero pienso que temen más al sexo que las mujeres.
ResponderEliminarAdemás de eso, estimado Hou, el sexo es un arte. El arte del sexo es el arte de controlar el descontrol.
"No vi más que oro". Magnífica síntesis.
ResponderEliminarEsplédido blog, me quedaré por aquí para ir leyendo despacio hacia atrás y, evidentemente, hacia delante.
Un saludo
Yo que no soy de oros , pues no puedo entender la codicia de los adinerados, puedo entender mas lo de robar para comer. Los políticos son buen ejemplo de no ver nada mas que el oro.
ResponderEliminarSobre el sexo, cierto que el hombre se ciega antes pero si da con una mujer experta en el tema, además, se enchocha, será por eso lo del miedo.
Besos
Que triste a veces la condición del hombre que se ciega por ilusiones que en verdad no necesita...poder, dinero, belleza...
ResponderEliminarY se olvida de ver lo que realmente importa...