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jueves, 10 de octubre de 2013
De la sinceridad
Se habla mucho de la sinceridad, como si a todo el mundo le gustara. Está claro que normalmente no se dice lo que realmente se piensa, porque los mortales merecen un respeto y no se puede revelar, ni de palabra ni de letra, los secretos de nuestra común miseria. Pero también añado que decir la verdad constituye una prueba de libertad y que la mentira evidencia el sometimiento.
(Foto: Pitt Tristán)
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Hay que pensar siempre lo que se dice, una cosa es la sinceridad y otra la falta de tacto, la grosería o la poca diplomacia. Decir siempre lo que se piensa no es inteligente ni generoso.
ResponderEliminarUn beso
Por supuesto, el método más seguro de permanecer pobre es, sin duda, ser una persona franca.
EliminarUn beso.
No creo que sea esa la cuestión, no al menos a la que yo me refiero.
EliminarUn beso
Claro que no Nena Kosta, siempre medio bromeo, si quieres una respuesta más seria te diré que en este asunto siempre hablo de la existencia de un nivel de veracidad, algo muy distinto a la sinceridad.
EliminarDecir la verdad sobre nosotros sin faltarle el respeto a nadie es no tener que defender mentiras ni esclavizarse a ellas. Efectivamente la verdad ofrece más libertad que la mentira.
ResponderEliminarEsa es la idea, diciendo la verdad sobre uno mismo no se transgrede ninguna norma, pero parece que estamos tan acostumbrados a mentir que ni eso nos lo permitimos.
EliminarSi ser sincero es decir siempre la verdad es bastante absurdo, pues todos sabemos que la verdad no existe. Besos!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Y menos la de aquellos que insisten en tenerla.
EliminarBesos.
Prefiero la sinceridad en vena siempre y si vas a hacer daño mejor callas, los silencios son evidentes, pero nunca mentir, me sentiría mal conmigo misma.
ResponderEliminarVale, entonces mañana daré mi opinión sobre muchos de los blogs con lo que me encuentro, así no me sentiré mal conmigo (yo, mi, me, contigo).
EliminarSupongo que la sinceridad nos gusta poder decirla pero no escucharla...Así que por mucho escozor que produzca, es preferible la verdad -dicha y escuchada-... (aunque luego se tenga la sensación de haber metido la pata)
ResponderEliminarBesos ;)
Tienes mucha razón, no podemos desesperarnos por los errores y los pecados que hemos cometido, porque el futuro no está cerrado, sino que su sentido se construirá a partir de los actos que perpetremos en adelante.
EliminarBesos.
Yo prefiero la verdad al silencio, pero una mentira a tiempo, evita muchos disgustos. La mentira, el peligro, desdoble de personalidades, tiene un chispazo como el del martini, y el que diga lo contrario, falta a la verdad!!!
ResponderEliminarMañana espero esas opiniones de lo blogs, jajajaja
Decía Jean Cocteau (sólo para mentes como la de seguidores de este blog): Soy una mentira que siempre dice la verdad.
Eliminar¿Por qué te ríes por la entrada sobre blogs? Con lo Cocteau que estoy hecho.
(P.D: Ten en cuenta que no voy a hablar de los blog-enigma como el tuyo, que no sé si decirte que, a lo peor, a quien va dirigido ni te lee)
O a lo mejor lo lee y no se da por enterado.... Ahí reside el enigma...
EliminarO no quiere pecar de presuntuoso, o no se da por aludido, vamos, digo yo.
EliminarMejor se explicaba Baltasar Gracián: Aunque muchos son sabios en latín, suelen ser grandes necios en romance.
(Yo no tengo ese problema pues ni soy sabio en latín ni en romance)
Es que la libertad no es lo que todos pensamos que es, estamos cohibidos por las convenciones sociales, aunque admito que son necesarias. No sé, es un dilema en el que pensar... Biquiños!
ResponderEliminarA que es más profundo de lo que parece.
EliminarTe quiero siempre por aquí, y te lo agradezco.
Besos.
No se me ocurre nada inteligente. Abrazos estos son verdaderos
ResponderEliminarEso no debería ser un problema, querida Ester, a mí tampoco se me ocurre nunca nada inteligente y escribo casi todos los días.
EliminarAbrazos.
Le he dado a publicar antes de añadir lo que has puesto tu, sabía que tu lo harías por mi. Un abrazo
EliminarJajajajajaja.
EliminarComplementarios.
Un abrazo.
Me dicen constantemente que no sé mentir ni en broma,porque si es en broma, me parto de risa antes de acabar la mentirilla,así que ya ves lo tontísima que soy.
ResponderEliminarPero oye, es que la mentira ata, asfixia hasta matar muchas sensaciones y sentimientos.
O esa es mi opinión, claro...
:)
Besos.
Lo siento pero no te creo. ¿No le has dicho a ninguna madre de su recién nacido: ¡Pero que niño tan guapo!?
Eliminar:P
Besos.
Primeramente, decirte que coincido totalmente en tu conclusión. La sinceridad creo yo que consiste en saber decir, cuando, a quien y en que momento, aunque eso implica el factor " seguridad aunado a sinceridad.
ResponderEliminarDecía el periodista Juan Cruz en un ensayo que publico´sobre la sinceridad, que quien te dice aquello de " te voy a ser sincero " , esta resultando en ocasiones, cruel y grosero, con lo cual creo que la sinceridad siempre con formas y sabiendo lo que se quiere y como se quiere decir
Saludos, Pitt
Es lo que he contestado, más en serio a Kosta, yo le llamo nivel de veracidad, algo muy distinto a la sinceridad.
EliminarSaludos, David.
Completamente de acuerdo, aunque pienso que también hay que distinguir entre la sinceridad y la mala educación, que a veces hay maleducados/as que van de sinceros por la vida. Buena reflexión, saludos!!
ResponderEliminarNo es exclusivo ni excluyente, se puede ser "no sincero" y maleducado, por el mismo hecho de que la verdad es difícil que se encuentre en la razón de una sola persona.
EliminarDe acuerdo con lo que dices, pero... La verdad se puede decir, sin cargarla de crudeza, haciéndola un poco más suave, si sabemos que hará daño.
ResponderEliminarLa mentira, cuando se descubre, produce un daño irreparable.
Muchos besos :)
Qué imagen tan preciosa...
Por eso trato de que "mis verdades" parezcan mentiras y, seguramente, al revés, como cuando digo una verdad hablando de la Puerta del Infierno.
EliminarBesos.
(Gracias, eres la única que aprecia mi arte fotográfico, jajajajajaja)
"Dime que te caigo mal, pero dímelo con gracia".
ResponderEliminarCon los años he aprendido que quiero ser libre y que, para ser libre, debo ser sincera conmigo misma. ¿Duele? Sí, pero cada vez menos. Estoy aprendiendo a romper con todo lo que no me hace feliz. Eso significa decir muchas verdades guardadas y escondidas, ser sincera también con los otros. Puedo asegurar que me siento bastante mejor y que he procurado no dañar mucho.
Para mi, siempre mejor una verdad que un silencio o una mentira.¡¡Donde va a parar!!
Un beso sincero.
Trataré de decírtelo con gracia: "Me caes de puta madre, eres más chula que un ocho".
EliminarParece que esto no tiene que ver con caerme mal pero ya sabes que soy una fuente de contradicciones, en lo único que he avanzado es que si algo o alguien me gusta se lo digo -todavía no he dado el paso siguiente-
Todo se andará.
Un beso sincero.
Yo soy sincera genéticamente, lo único que con el tiempo he logrado callarme y sólo serlo cuando me piden mi opinión sobre un tema o en una charla distendida donde no hay fanáticos ni personas con hipertensión. No puedo evitarlo, no puedo mentir. Prefiero callar, antes que decir que algo me gusta si no me gusta. Es un defecto-virtud, según la ocasión.
ResponderEliminarYo sólo soy "genético", sincero sólo con vosotros a los que, al fin y al cabo, no puedo perjudicaros. Por eso hace días que te digo que eres una mujer fantástica, algo que en otro contexto daría lugar a malos rollos.
EliminarBesazo, guapa.
No sé que te da esa percepción de que soy fantástica, pero yo acepto humildemente el cumplido. Gracias Pitt
EliminarNO estamos preparados para la sinceridad, la verdad y las cosas propiamente dichas a la cara...
ResponderEliminarBesos
Ni para decirla ni para escucharla.
EliminarBesos.
Soy pro sinceridad y anti sincericidio. Creo que la verdad está sobrevalorada y a veces hace tanto daño! (Y creo que esta idea la saqué de un taller de risoterapia que me llegó muy hondo, jajajaja)
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