Parece que la gula se ha visto baqueteada por las inercias de una moda plástica que se inclina por la estilización física, cuando no por la delgadez extrema. La posible reivindicación del buen -o del mucho- comer se asocia a un "bovivantismo" intelectual, algo sibarita y no poco desencantado con las realidades del presente.
(Foto: Pitt Tristán)
Si tú lo dices...
ResponderEliminarComo noto cierto retintín y te quiero tanto quisiera explicar que estaba pensando no en mi persona -pues no llego a intelectual ni a gran comedor- sino en personas, por citar a las más cercanas como Alex de la Iglesia, Santiago Segura, Plácido Domingo, Fernando Savater o José Antonio Marina... por no hacer la lista interminable; a eso me refería, nunca a mi humilde persona, aunque para no pecar de desagradecido con mi suerte ni de falsa modestia añadiré que se ve tras la paella el carrito de servicio sobre el césped, y no se ve tras el carrito, la piscina del chalet y, un poco más allá, el mar... no seré un intelectual pero soy un aprendiz de "bonvivant". Besazo, Tracy, ya ves que aprendo de tus entradas para dar a conocer aspectos más lúdicos de mi devenir cotidiano. Gracias por todo ello.
EliminarMira bendita entrada que ha servido para que me digas "te quiero tanto:::"
EliminarTodos los que me has nombrado, a los que admiro, juntos no te llegan ni a la altura del zapato.
Me dejas anonadado.
EliminarA todo esto ¿Me invitas a la paella o no? Porque no me importarían unos gramos más de cartuchera o barriguita a cambio de ese plato.
ResponderEliminarUn beso
Eso está hecho.
EliminarUn beso.
Baquetear/zarandear.
ResponderEliminarYo me centro en la fotografía, te diré que la paella no es de mi total agrado, la siento algo grasosa y nunca me han gustado los platillos en los que los animalitos que andan por ahí tengan aún sus ojitos, patitas o colita, alguna vez la preparé, pero con camarón limpio, la moda plástica no lo sé, cada quien, creo más en el ejercicio y comer para vivir, no vivir para comer.
Un beso Pitt, me agradó verte por el blog, te cuidas.
Creo que mi propia misantropía me aleja de las modas, a veces sólo de una manera dialéctica, pero me vale Odio el ejercicio, los gimnasios, esas caminatas a ninguna parte y prefiero el paseo hasta la biblioteca o el bar, casi a partes iguales. De los bichitos con ojitos, patitas y cola te diré que me encantan: los bogavantes, las cigalas, la gamba roja, la gamba de Huelva, el camarón, el buey de mar, la centolla... sí, tienes razón, es una asquerosidad pero hay que darle caña al cuerpo y hago un esfuerzo por comerlos, no todo va a ser disfrutar...
EliminarBesos.
No se si tengo que hacerme socia, o formar una sociedad, o pertenecer a una, pero yo soy una “bonvivant”, me gusta comer y que la comida esté buena y bien servida y mantel blanco y platos redondos, no me gustan los que tienen esquinas. Esa moda plástica inclinada a la estilización física esta en mi escalafón por debajo de el disfrute de comer, (que también puede ser un bocadillo)
ResponderEliminarEn mi blog hay paella el viernes.
Personalmente disfruto de los cambios de estilo e igual me gusta la tarde de bocatería, como unos platos más sofisticados (esos servidos en vajilla cuadrada, jajajaja), disfruto de la cerveza, del vino y del gin tónic, que le vamos a hacer y, sobre todo, de compartirlo.
EliminarYo no sé si es intelectual o no, y me la sopla, pero viva el buen comer y el buen beber, y la buena tertulia durante y después, ya sea para hablar de que "la existencia precede a la esencia" o sobre si Nadal es estupendo o cuan hijoputas son nuestros políticos.
ResponderEliminarBesitos
Cuando comencé el blog pensaba ser más cañero pero la amabilidad y el respeto de los seguidores con sus comentarios tan correctos me hizo rectificar; esto viene a cuento de que a mí me la sopla casi todo -no te digo ya la inmensa legión de gilipollas que hay sueltos por ahí- así que elijo y me apunto a ese gusto tuyo por el comer y beber en ese deseada compañía, quizá sea un poco simple pero no sabes lo que disfruto. Casi todos los días.
EliminarBesitos.
Jaja, lo siento, yo muy correcta no suelo ser, espero que no te moleste.
EliminarDe repente ahora algo tan sencillo como disfrutar de los sabores sin más y chuparse los dedos, se ha convertido en una especie de ritual para iniciados en el que no se come, sino que se orgasmea con los 5 sentidos con un menú degustación de cincuenta cucharillas rellenas de humo en deconstrucción al ároma de nitrógeno trufado, y entonces eres guay ¿La paella y el cocido? Una vulgaridad para gente ordinaria sin paladar.
En la cocina todo cuenta pero nadie que entienda un poco rechaza como "vulgar" ni un cocido ni una paella, la diferencia está en el resultado de los sabores, también un cocido puede estar malísimo.
EliminarNo sólo no me molestas sino que me encantas.
Gracias por estar.
O sea que pasar hambre es como de intelectual???
ResponderEliminarYo como de todo, nunca me he privado de nada y jamás he pasado de una talla 36, suerte que tengo.
Y sí, me gusta la comida de toda la vida, lo de la espuma de queso sobre crujiente de morcilla con crema de langostinos, no me mola, más bien no me llena....
No me he explicado. Más bien lo contrario. Ahora la moda es comer poco, "sano", que quiere decir "poco sabroso"; sólo desde otro tipo de vida menos sujeta a las modas se pueden saborear los placeres de la gastronomía.
EliminarA mi la comida ni fú ni fá, lo que me gusta no se puede comer todos los días o no llego a final de mes, bogavante, langosta, etc, es lo que me produce verdadero placer. Además de los postres, que por supuesto como de ciento a viento por no engordar.
ResponderEliminarMe deleito más con otro tipo de placeres.
El marisco no se puede comer todos los días porque, además de la cuestión económica, no apetece. En cuanto a tus deleitosos placeres, no están al alcance de todos...
EliminarYo era más de la lujuria y ahora ni eso me llena lo suficiente, los temas intelectuales me motivan más. De todos modos nunca renunciaré a una buena comida aunque lo que me guste sea caro como le ocurre a Marikosan y no pueda, no pueda... Por otro lado no me cuesta mantenerme estilizado así que al paladar le sigo dando gusto sin salirme de la tónica que marcan los tiempos.
ResponderEliminarA mí tampoco me cuesta vivir y no engordar, será por eso que no me preocupa, o no será por eso, ya lo contaré cuando los kilos sobrepasen lo razonable, mientras tanto, comamos, bebamos y ¡vivamos!
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