¡Muy simpática la nota humorística! Cada cual tiene su modo. En mi país llamamos guaguas a los niños de brazos, es palabra quechua muy entrañablemente ligada a nuestra primera infancia. Los niños de pocos meses lloran por hambre, o porque le molesta un pañal ya sucio o porque necesitan botar gases y no lo logran. Se puede suponer que, si esas necesidades están satisfechas, lo harían por mala costumbre, al menos si ya es hora de dormir. Dicen que las guaguas en orfanatos no acostumbran llorar. Hace años, supe de una jovencita que quedó cuidando una criatura de pocos meses, sobrina o sobrino de ella. Fue bien por un tiempo, no supe cuánto. Después de la muda, la criatura empezó a llorar tan desesperadamente que la llevó a un servicio de urgencia, sin que dejara de llorar cada vez más desesperada. Cuando la atendieron, le abrieron el pañal y la guagua se calló inmediatamente. Le dijeron que lloraba porque la muda había quedado muy apretada. Mis niños no fueron llorones, salvo un poquito por regalones, un lloriqueo suave y gracias a Dios, no me tocaron esos llantos desesperados y desesperantes de los que he sabido en otras criaturas. Eso sí, algo que vi en un sobrino mío, poco antes que naciera mi hijo mayor fue curioso, muestra de la astucia humana, incluso desde recién nacidos. Este sobrinito tenía pocos meses de nacido, de madre chilena y padre de otro continente, había nacido en un tercer país, estaba de paso acá, yendo al país de origen de su padre. Estuve con él que estaba muy contento por un tiempo y con otras personas, mientras mi prima había salido; cuando se dio cuenta que había llegado su mamá, empezó a hacer gestos tristes y a lloriquear suavemente. Después, mis hijos acostumbraron a hacer lo mismo cuando eran muy pequeños. También supe antes de nacer mis hijos, tanto de parte de damas chilenas como españolas avecindadas en mi país, que jamás debía pasearse a los niños de noche a la hora en que necesita dormir la madre quien ya amamanta cada hora y media, durante dieciséis horas diarias, en esos primeros meses; suponiendo que la criatura ya tiene satisfechas esas necesidades básicas. Que, si llora una noche completa por lo que se supone un capricho, a la segunda será poco rato y a la tercera noche ya no lo hará. Y me lo ilustraron con ejemplos concretos de personas que yo conocía y nacieron antes que yo.
Interesante este vídeo jjjj . La posición de la mano izquierda entre sus piernas seguro que tiene algo que ver además del balanceo jejejej. Besos Pitt. Puri
Vásároljon igazi magyar jogosítványt Después, mis hijos acostumbraron a hacer lo mismo cuando eran muy pequeños. También supe antes de nacer mis hijos, tanto de parte de damas chilenas como españolas avecindadas en mi país, que jamás debía pasearse a los niños de noche a la hora en que necesita dormir la madre quien ya amamanta cada hora y media, durante dieciséis horas diarias, en esos primeros meses; suponiendo que la criatura ya tiene satisfechas esas necesidades básicas. Koop echt Nederlands rijbewijs
😱 😱 😱 Esto también se puede aplicar a los adultos¿?... 😲 Aunque bueno, las lágrimas a veces, es mejor dejarlas correr...
ResponderEliminarEl sentido del humor que no falte, mi querido Pitt!!
Bsoss miles, y feliz noche de domingo!
Caray!
ResponderEliminarLo que hubiese dado yo por saber esto cuando lloraban mis hijos!!!
:)
Besos.
¡Muy simpática la nota humorística!
ResponderEliminarCada cual tiene su modo.
En mi país llamamos guaguas a los niños de brazos, es palabra quechua muy entrañablemente ligada a nuestra primera infancia. Los niños de pocos meses lloran por hambre, o porque le molesta un pañal ya sucio o porque necesitan botar gases y no lo logran.
Se puede suponer que, si esas necesidades están satisfechas, lo harían por mala costumbre, al menos si ya es hora de dormir.
Dicen que las guaguas en orfanatos no acostumbran llorar.
Hace años, supe de una jovencita que quedó cuidando una criatura de pocos meses, sobrina o sobrino de ella. Fue bien por un tiempo, no supe cuánto. Después de la muda, la criatura empezó a llorar tan desesperadamente que la llevó a un servicio de urgencia, sin que dejara de llorar cada vez más desesperada. Cuando la atendieron, le abrieron el pañal y la guagua se calló inmediatamente. Le dijeron que lloraba porque la muda había quedado muy apretada.
Mis niños no fueron llorones, salvo un poquito por regalones, un lloriqueo suave y gracias a Dios, no me tocaron esos llantos desesperados y desesperantes de los que he sabido en otras criaturas. Eso sí, algo que vi en un sobrino mío, poco antes que naciera mi hijo mayor fue curioso, muestra de la astucia humana, incluso desde recién nacidos. Este sobrinito tenía pocos meses de nacido, de madre chilena y padre de otro continente, había nacido en un tercer país, estaba de paso acá, yendo al país de origen de su padre. Estuve con él que estaba muy contento por un tiempo y con otras personas, mientras mi prima había salido; cuando se dio cuenta que había llegado su mamá, empezó a hacer gestos tristes y a lloriquear suavemente. Después, mis hijos acostumbraron a hacer lo mismo cuando eran muy pequeños.
También supe antes de nacer mis hijos, tanto de parte de damas chilenas como españolas avecindadas en mi país, que jamás debía pasearse a los niños de noche a la hora en que necesita dormir la madre quien ya amamanta cada hora y media, durante dieciséis horas diarias, en esos primeros meses; suponiendo que la criatura ya tiene satisfechas esas necesidades básicas. Que, si llora una noche completa por lo que se supone un capricho, a la segunda será poco rato y a la tercera noche ya no lo hará. Y me lo ilustraron con ejemplos concretos de personas que yo conocía y nacieron antes que yo.
Un cariñoso saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn niño para de llorar con cuando se le demuestra amor. :)
ResponderEliminar¡Hola Pitt! Jajajaja me he reído mucho con el vídeo que has compartido.
ResponderEliminarGracias por dejarme unas palabras en mi pequeño desván. Por aquí me quedo que se está agustico.
Besos :)
Interesante este vídeo jjjj . La posición de la mano izquierda entre sus piernas seguro que tiene algo que ver además del balanceo jejejej.
ResponderEliminarBesos Pitt.
Puri
Vásároljon igazi magyar jogosítványt Después, mis hijos acostumbraron a hacer lo mismo cuando eran muy pequeños.
ResponderEliminarTambién supe antes de nacer mis hijos, tanto de parte de damas chilenas como españolas avecindadas en mi país, que jamás debía pasearse a los niños de noche a la hora en que necesita dormir la madre quien ya amamanta cada hora y media, durante dieciséis horas diarias, en esos primeros meses; suponiendo que la criatura ya tiene satisfechas esas necesidades básicas.
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