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miércoles, 10 de marzo de 2021

Un cerebro en formol


 La vida y la muerte no se meditan en una mesa de disección. Los estudiantes me previnieron que iban a extraer el cerebro. Permanecí con ellos: a veces soporto lo siniestro sin perturbarme demasiado. No hay sofisticación instrumental para retirar un cerebro, una modesta sierra de carpintero cortó el cráneo a la altura de las sienes, luego sumergieron el órgano mítico en un frasco lleno de formol. Yo me dediqué a observarlos, solo, en otra mesa mientras los estudiantes seguían cotejando su denso libro con el muerto. Sorpresivamente una burbuja brillante brotó del interior del cerebro como un mensaje venido de la otra margen, y no había boca que lo pronunciaría. No había boca. La burbuja, muda, se deshizo en ese aire levemente podrido.

10 comentarios:

  1. Hola Pitt , el cerebro dijo su última palabra
    y nadie la vio ni oyó , te deseo una feliz tarde
    besos de flor.

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  2. Hola Pitt, vaya, vamos de cerebritos. Seguro que de ahí salió un buen médico o cirujano, evidentemente no del cerebro, si no, de esos estudiantes. El cerebro dio su ultima bocanada en un suspiro y se formó una burbuja silenciosa.
    A mí antes me gustaban los sesos de los corderos y cabritos, pero tienen mucha grasa. Ya no me gustan, se ve que cogí empacho.
    Abrazos

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  3. Interesante, menos mal que no tenía boca el cerebro sino no para de hablar
    ajjajaj.
    El cerebro es increíble en él está el alma de las personas. Un abrazo

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    Respuestas
    1. Vaya usted a saber, siempre ha sido misteriosa la existencia del alma.
      Un abrazo.

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  4. Hola.
    Está claro que esta vez la última palabra la tuvo el cerebro.
    Feliz jueves.

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  5. Genial relato!!
    Un último estertor, una idea "brillante" que quedó pendiente. El escalofrío de la misma muerte sobre los tejidos que se retuercen exhalando cualquier resquicio de vida.

    Algún estudiante graciosillo pudiera ver en ello un pedo indeciso. De esos que confundiendo el camino se fue para arriba 😜

    Espera que me recompongo. Repito... genial tu relato!

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