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domingo, 22 de julio de 2018

Barcelona, 1934. Gloriosos tiempos de la República



Muestra de un precioso cartel de un festejo de 1934, en la plaza de las Arenas de Barcelona, otra de las que comentaba nuestro amigo Tot Barcelona. La idea de construir Las Arenas se debe a que la antigua plaza de toros de la Barceloneta, construida en 1834, se había quedado pequeña ante el aumento de la población y de la afición catalana. Por ello, se decidió acometer la construcción de una gran plaza a la altura de la importancia de la capital barcelonesa.


Durante los siglos XIX y XX, la tauromquia contó con un alto respaldo por parte de intelectuales catalanes, tales como Mariano Fortuny, Ramón Casas, Lluís Companys, Francesc Macià, Salvador Dalí o Joan Miró. Hoy día siguen existiendo personalidades taurinas dentro de la sociedad catalana, como Joan Manuel Serrat, del cual es conocida su afición, Antoni Tàpies, que colaboró en el libro El toreo de José Bergamín,​ o Jordi Pujol, que aún declararse no aficionado, inauguró la Federación Taurina de Catalunya diciendo que "Hemos de ser capaces de conseguir que la lengua y la cultura catalana se recuperen, pero sin disminuir nada de lo que actualmente hay en nuestro país", refiriéndose a la Fiesta.​ El académico Pere Gimferrer, que incluso recibió el Premio Paquiro por su defensa de la tauromaquia con motivo de su prohibición en 2010, ha manifestado en diversas ocasiones su incomodidad hacia esta decisión afirmando que "Prohibir toros [es] la más grave agresión cultural desde la Transición".

Fuente: Internete, donde todo aparecete.

Frases célebres:
"Las corridas de toros van a desaparecer".
Francesc Franc i Puigde. 14 de Abril de 2931.

12 comentarios:

  1. Hola Pitt, bueno las plazas serán muy bonitas pero estoy en contra de las corridas de toros, no veo que diversión hay en ver como matan un toro poco a poco sin poder defenderse.

    Besos.

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    1. Lo comprendo. Te contaré algo. Hay mucha gente que vive en grandes mansiones, que limpian personal malpagado; con carísimos coches, cuya fabricación esclaviza a muchas personas por sueldos miserables; piscinas enormes y jardines con el gasto de agua que se sabe un bien escaso; gastándose en excesos de una noche lo que necesitan cuatro familias deurante un año para vivir; esta gente, con nombres y apellidos, muchos de ellos defraudadores de los fiscos de sus repectivos países, encuentran una gran diversión en ver como matan poco a poco a un semejante sin poder defenderse. No se puede ni siquiera de palabra porque necesita su miserable salario, eso el que tiene suerte, para mantener a su familia. Me comprometo totalmente en serio que cuando haya la misma reacción social, el mismo movimiento contra esta lacra social de chupadores de sangre, que el que suscitan los taurinos, de pongo al lado de todos los que defienden a los animales, si hay que defender a los animales, a los primeros que hay que defender son a los animales de nuestra especie.
      Y ahora un par de preguntitas, ¿cómo se defienden los pollos?, ¿las hamburguesas -qué asco- crecen en los árboles?

      Besos.

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    2. Aunque estoy de paso, tengo que decir que en parte de su comentario tiene razón. Otra cosa no, pero el ser humano es muy hábil a la hora de hacer sufrir a los demás, ya sean sus semejantes o aquellos que considera están por debajo de él y esos vienen a ser los animales. Que alguien meta a un toro en una plaza a donde acuden cientos de personas con la idea de ver y oler la sangre del animal y que luego, si este se defiende y ataca a quien lo está torturando, se eche las manos a la cabeza, es un tanto incongruente. Si vas a ver sangre, debería importarte poco si es la del toro o la del torero, ¿no? Por ponernos en esos términos de igualdad que usted menciona. Honestamente, no veo diferencia entre aquellos que aman los toros y aquellos que acudían al Coliseo romano a ver las luchas entre gladiadores. Solo falta el pan.
      Creo que, en una sociedad evolucionada como se supone que es la nuestra, CUALQUIER tipo de fiesta que incluya el sufrimiento de animales debería ser erradicada ya. Quizá si empezamos a respetar a aquellos que están en una situación menos ventajosa que la nuestra (desde nuestra perspectiva egocentrista), lleguemos a respetar a nuestros semejantes. Como decía mi abuela: «un grano no hace granero, pero ayuda al compañero».

      Si a mí me va a contestar del mismo modo que a la bloguera de arriba, le responderé que ni los pollos, ni los peces, ni los conejos, ni las vacas pueden defenderse y que, obviamente, sufren mucho por nuestra culpa, que somos devoradores de vidas. Pero, es que una sociedad que llama «fiesta nacional» a la tortura y muerte de un toro, que se agolpa en las plazas clamando por el desmembramiento del animal (orejas, rabo), mal puede buscar una forma de alimentarse que no incluya el sufrimiento del animal, ¿verdad? Y me remito al refrán que he utilizado antes, porque mi abuela es una mujer muy sabia, aunque ahora haya abandonado la costumbre de usar el refranero español.

      Sé que hay mucha gente que de cara a la galería dice que respeta a quienes les gustan los toros, pero permítame ser un poco más honesta que ellos, ya que yo no puedo respetar a quien disfruta de ver semejante atrocidad.

      Al parecer, la sociedad no evoluciona en la medida que lo hace su entorno, ¿verdad? Siguen existiendo esclavos (¡ah, no! Trabajadores libres con un mísero salario), ricos, pobres, traficantes de seres humanos, guerras y todo eso que, al parecer, tenemos tan asimilado que no queremos soltar. Por ejemplo, la idea de acudir un día a una plaza para gritarle al torero que le ofrezca a la multitud sangre. Fíjese usted, nos falta el organizador de turno con el pulgar hacia arriba o hacia abajo en función de los deseos de la muchedumbre.
      Un saludo.

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  2. Yo estoy a favor de la fiesta nacional y de vez en cuando también voy a una corrida aunque la verdad no entiendo mucho. El valor de un hombre frente a un toro es algo muy superior. Hace tiempo escribí este texto. A ver que te parece.



    El dolor nunca se podrá evitar. Nada mas nacer según parece, lloramos y creo que nos sienta bién....Crecemos a pesar de nuestros protectores y también toca el sufrir que a veces nos hace crecer. Pienso mucho en la reglas para evitar el dolor y las prohibiciones sobre cosas que son necesarias si no se prohibieran. Una persona debe de ser demasiado inteligente para tomar el tacto a cosas que tan sólo se experimentan cuando se pasan y nada más. En estos momentos, calibrar y valorar todo aquello que debe de ser prohibido me resultaría dificilísimo pero en estos tiempos con estas leyes, si todo se afina, se prohibiría el dolor en toda su extensión...

    Madurar no es cuestión de aprender mas bién es cuestión de experimentar y eso le gusta a muchísima gente. El ser humano tiene una extensión infinita como persona en su pensar. Existe una cosa que se llama conciencia a la hora de rectificar y cuando digo rectificar, puede hacerlo por alguna cosa imperdonable ( conste que todos hacemos cosas imperdonables y hasta son desapercibidas )...La libertad no consiste en que Obama o Rajoy digan que vivimos en una sociedad libre cuando es todo lo contrario.

    El secreto de vivir no se basa en calibrar leyes aunque reconozco que es harto difícil saber donde está el límite. Sin embargo defiendo cosas que están muy en boga pero según cual, la sensibilidad de mucha gente, dirían que soy un animal sin sentimientos...Pero nada más lejos.

    En plenos encierros de San Fermínes y reciente muerte de un torero, puedo decir que soy taurino. Cuando una persona se expone con su vida para calibrar su valor, me parece algo noble. La educación no es nada de almohadones para que caigas bién y el ser humano les garantizo que según la vida que lleva, además de sus aptitudes mentales, puede ser muchas cosas sin ser torero; y cosas mucho peores...

    No soy quién para prohibir o aceptar. Prefiero que me escuchen y saquen sus conclusiones pero no olviden que el conocimiento del dolor no hace personas y hasta me atrevería a decir, que la persona lo busca por naturaleza y hasta sin ser torero, expone su vida quizá con más riesgo para otros seres vivos...

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    1. Qué me va a parecer. Un texto de una persona madura, sincera, observadora, reflexiva, inteligente y socialmente adaptable. Hay milloones de cosas, de cositas, de detalles, de grandes problemas, que requieren solución pero que no la tienen, porque lo nuestro en esta vida, es decir en la única vida que tenemos es, como apuntas, sufrir, a veces más otras menos, unos con mejor vida y otro con un poco menos de suerte pero todos con sufrimiento y, lo que es peor, con memoria de ese sufrimiento cosa que no tienen, al nivel humano, los animales, o los toros si es el caso, así como tampoco tiene la misma sensación de dolro que los humanos.
      Lo tuyo es una reflexión filosófica que va más a allá de los topicazos antitaurinos, que no deja de ser una moda, y lo que más me jode, una moda en la que se sienten superiores por ser animalistas cuando sabe Dios de que maldades serán capaces en otros ámbitos de la vida.
      Gracias por tu presencia y un fuerte abrazo.

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  3. Buenas noches.
    Hace unos días mantenía la misma discusión con mi hija, que como buena veinteañera posee rebeldía ante ciertos temas sociales.
    En dicha discusión argumentaba lo mismo que aquí se expone, pero...
    Haciendo de abogado del diablo,(me) planteo lo siguiente:
    ¿No será un argumento excusatorio? Por el hecho que en nuestro plantea haya cosas que no van o no están bien, significa que justifiquemos los errores (error en mi opinión,soy del pensamiento que mi criterio no es absoluto) particulares.
    No se si me he hecho entender.
    Saludos a todos.

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    1. Claro que te hace entender. Sí que es exculpatorio, como el contrario, el de ataque a la tauromaquia, también es exculpatorio, de todas las maldades que cometemos y queremos corregir con una (supuesta) buena acción. Los taurinos también buscamos razones que nos exculpen de esa maldad que cometemos. Tendría argumentos para defender la postura contraria a la mía pero, sin acudir a la violencia, al menos verbal, serían tan poco sólidos como los que argumentan -muchas veces ni eso- en contra de la tauromaquia. Y son poco sólidos sus argumentos porque no conocen nada de la fiesta, nada de la crianza del toro, nada de su morfología, de lo que siente el toro como dolor físico, también estudiado en las universidades, no conocen nada de teoría, ni de los toros en el arte, no les preocupa, curiosamente, aquello que defienden con tanta vehemencia. Y eso es lo más importante que los descalifica, añadiendo que su irrespetuosidad con las personas involucradas, toreros, ganaderos, espectadores, empresas, es de tal magnitud que también les descalifica por ese lado. Ha encontrado unssector político en esta descalificación y ataque a la fiesta de los toros una especie de simulacro de revolución incruenta para el que la practica, les parece que socavan un sistema político, una ideología trasnochada, unos rasgos antiguos, sin mirar siquiera a tantos intelectuales que la defienden, pero ¿qué saben de intelectuales estas personas? Lo mismo que de toros.
      Millones de cosas no van bien, como la bolsa, el colesterol, la marcha de Ronaldo del Real Madrid, los hijos vagos, la cocaína, el bulling, y un largo etcétera y todos, cada uno en la parte que le toca, se exculpa: parecía el momeneto de invertir, lo decía Expansión; pero si no como grasas y tomo sacarina; ya no jugaba como antes que se vaya donde qauiera, otro mejor vendrá; el chico es muy listo pero lo matan las compañías, la madre del otro dice lo mismo del tuyo; una rayita para la fiesta, no pasa nada, yo soy de los que controlan; mi hijo en el colegio sólo hace estudiar y ayudar a sus compañeros, y es el mayor hijoputa y bien lo saben los padres; en fin, lo cotidiano, como es cotidiano que nadie aporta datos, argumentos, estudios sereios y contrastables y lo que es peor, si se los aportan, entonces ya se ponen como fieras: ¡asesinos, salvajes, trogloditas...! y no saben ni lo que eran los troglodits ni la etimología de la palabra, y es de las sencillas, pero si uno de estos chavales le dijo a su padre que había mirado su nombre en Wikipedia y significaba: "gigantesco monumento de piedra de una sola pieza", a lo que el padre le repuso: Tú eres tonto, Manolito.

      En fin hasta es probable que ni siquiera sepan que otro troglodita, Rainer Maria Rilke, uno de los poetas más importantes de la literatura universal, dedico una Oda al matador de toros Francisco Montes Paquiro.

      Yo no quiero que le gusten a nadie los toros, lo que deseo es que me respeten y rspeten la tauromaquia como tengo que respetar tantas y tantas gilipolleces.

      Perdona la brevedad en un tema tan interesante.

      No sé si me explico.

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  4. No son los toros una fiesta que me agrade, pero no soy de prohibir nada.
    No yendo el asunto está arreglado por mi parte, sin necesidad de que a los demás les cierren las puertas porque a mi me desagrada.
    Todo funciona por ley de oferta/demanda. Hace 100 años habían tres. Hace 50, dos. Hace 25, una. Y eso sin prohibiciones.
    Pero como siempre, salieron las almas cándidas, las que salvan a la humanidad diciendo que los animales no han de sufrir...Y se disfrazaron de eco-bio-ecologistas.

    Vinieron con sus móviles a filmar, moviles que cargan energía de las nucleares; con sus coches a tocar la bocina, coches que llenan de gasolina de las petroleras que contaminan los mares; con su bocadillo de pollo, de franfurt, de beicon, de chorizo y de salami a aguantar las duras jornadas de increpaciones a los toreros, pollos y cerdos que son animales como los toros, por cierto; y se olvidaron de que allí había una industria con una contrata y muchas familias trabajando detrás, desde el empresario (Balañá), hasta el último acomodador; desde el que vende las entradas hasta el transportista del ganado; desde el ganadero hasta los matarifes; desde los encargados de mantenimiento hasta las señoras de la limpieza.

    Todo muy ecológico desde el punto de vista ecologista, pero muy parco de visión para el resto de la comunidad.

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    1. Como siempre, brillante. Una justa exposición de una realidad manifiesta.
      Estos post también quieren visualizar (como se dice ahora) la realidad de la reciente historia catalana, unida al toreo desde el siglo XIV, y que nada tiene que ver con una imposición dictatorial, otra cosa es que ahora no quiera ir la gente a los toros, o que la carestia de un ganado como el bravo no compense a una demanda cada vez más exigente por otro lado o mil cosas por las que las plazas de toros, como las iglesias, no se llenen como antes, pero quede constancia de la raigambre histórica de la tauromaquia en Cataluña en general, y en Barcelona en particular. En realidad el post trata de eso.

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  5. Gracias por tu aportacion, los toros nunca como las sevillanas han sido catalanes ni de Catalunya es una mas impuesta por el otro que nos odian tanto.

    Besos

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  6. La plaza de toros de las Arenas ya la conocí abandonada, con gente viviendo dentro, en chabolas, así que, sin dudar de la majestuosidad de la obra, no puedo opinar. Ahora, recuperado el interior para un centro comercial, me sigue asombrando la ingeniería usada para no tocar el ruedo exterior.

    Los taurinos dicen que es una tradición, un arte, cantado por muchos pintores y escritores, pero yo no veo arte en martirizarlo con banderillas para luego matarlo con una estocada. No sé, será que la única vez que asistí a una corrida era muy pequeña, como ocho años, y me quedó sólo el olor, el calor y el color rojo del animal.

    Un saludo

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