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miércoles, 22 de julio de 2020
La inscripción del anillo
Cuenta la leyenda que el soberano de un lejano país (en los cuentos siempre hay monarquía y es en un lugar lejano) se encontraba bajo una fuerte depresión por los acontecimientos negativos que ocurrían en su reino, ninguno de los médicos de la corte era capaz de sacarle de ese trance y el consejo decidió buscar algún sabio fuera de sus fronteras para sanar al rey. Tampoco consiguieron encontrar de esa manera la solución a su deprimente estado. Sin embargo, un anciano joyero de la villa se ofreció a entregar al soberano un anillo con una inscripción que le sacaría de la ansiedad que provocaba la pesadumbre. Una vez en su poder el anillo, el anciano le dijo: "Majestad, léedlo sólo cuando no encuentres salida en una situación”. El rey angustiado como estaba valoró que ese era un momento adecuado para leer lo grabado en tan poco espacio que no era otro que este mensaje: "También esto pasará". El rey comenzó a encontrar una paz y un sosiego que hacía mucho tiempo que no gozaba y su ánimo se fue recomponiendo hasta comenzar a tomar soluciones para todos los problemas, antes insolubles, de su pueblo. Así comenzó un periodo de prosperidad y en el que aumentó la popularidad del rey ante sus súbditos hasta niveles impensables poco tiempo atrás. El rey se encontraba henchido de satisfacción y cada vez más orgulloso de sí mismo. Entonces volvió a encontrarse con el anciano y después de agradecerle aquel maravilloso tesoro que tanto bien le había hecho, escuchó del hombre: "Majestad, este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando te sientes derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es sólo para cuando eres el último, sino también para cuando eres el primero”.
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Anillo aguafiestas si los hay...
ResponderEliminarPero sí, es muy común eso de anotarse las cosas que deberían importarnos.
Saludos,
J.
Como ya parafraseara Álvaro de Laiglesia, los extremeños se tocan.
EliminarSaludos.
Espero que ese pobre soberano no quedara en shock después oír al anciano la segunda vez y volviese a caer en la tristeza. La verdad es que como dice el refranero “no hay mal que cien años dure...ni cuerpo que lo resista “
ResponderEliminarBendita mortallidad, sería incapaz de resistir cien años más a muchas personas...
EliminarAbrazo.
Me quedo con la leyenda del anillo el bien que hizo al soberano, pero podría utilizarlo para dar al pueblo tan bien algún que otra satisfacción. ..Me encantan las leyendas. Un besote grande.
ResponderEliminarEstoy preparando algo para ti, no es una leyenda exactamente pero es algo que transgrede lo coridiano.
EliminarBesos.
Necesitaba escucharlo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Pitt
Me alegro porque es algo ineludible.
EliminarGracias a ti.
Me cae bien ese sabio. Todo es efímero, aunque no lo parezca, y la felicidad, ni te digo.
ResponderEliminarBesos, Pitt.
Así es, para lo bueno y para lo malo. También creo que tiene que ver la actitud y la aceptación y no ser demasiado niquitoso.
EliminarBesos.
Una sabia lección la del anillo, o mejor dicho, la que le dió el anciano al rey. En esta vida, como dijo el poeta " todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar". Hay momentos buenos y momentos malos, por eso hay que saber estar a la altura en cada situación. Me ha gustado mucho la leyenda.
ResponderEliminarUn abrazo, Pitt
Sabia lección. Muchas gracias, me alegro que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
El problema le vendrá cuando le roben el anillo , muy buen consejo le dio
ResponderEliminarel anciano sabio , me a gustado mucho la leyenda , te deseo una feliz noche besos de V...flor.
Muchas gracias, feliz finde.
EliminarBesos.
Cierto. Todo pasa. También pasaremos nosotros mejor vida :-)
ResponderEliminarAbrazos
Esperemos que se diga por algo lo de "mejor vida".
EliminarAbrazos.
Solo voy a decir, que lei esto "siempre hay monarquía y es en un lugar lejano" y estalle de risas, no se como leer lo demas, perdon jajaja
ResponderEliminarJajajajaajaja, todo tiene su intención, sin faltar a la verdad, jajajajaja.
EliminarGracias Pitt Tristan por pasar por mi blog.
ResponderEliminarBueno, tal vez esto le viene bien saberlo al Rey Emérito de España. Que esta situación que tiene tambien pasará.
Lo bueno de la vida es que lo malo no dura para siempre, y que Tampoco se es feliz en todos los minutos del día. Vamos que al anciano le gustaba tocar un poco las pelotillas :-)
Saludos
Todo pasa. La única diferencia es que algunas cosas se nos hacen largas y otras se nos quedan cortas, independientemente de su duración real.
ResponderEliminarMil besos, Pitt.
Gran verdad.
EliminarMil besos.
Qué cabrón el anciano, se podía haber callado, con lo feliz que estaba el monarca. Es mejor vivir en la ignorancia ;-P
ResponderEliminarEra un hombre sabio, incluso en los desfiles militares del triunfo romano había un hombre con túnica púrpura que sostenía una corona de hojas de roble doradas sobre la cabeza del César y de vez en cuando entonaba la adventencia que se daba a todos los triunfadores: "Respice post te hominem te mement" (Vuelve la vista atrás, recuerda que eres mortal)
EliminarEso no quita que lo de la ignorancia sea cierto, jajajajajaja.
Es muy buena la historia, en esa monarquía lejana, y está bien aplicarse el cuento, en los malos y en los buenos momentos. Un saludo.
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