Bilbao despide a uno de los suyos y nombra hijo adoptivo a Juan Ortega
Sorprendió que Bilbao regresara a su media vital, poco público, con un cartel que incluía la despedida de Hermoso de Mendoza, el debut de Juan Ortega y con Urdiales, torero de Bilbao. Esa ausencia de la llamada masa dejó que el aficionado disfrutara a lo grande y hasta quedara sugestionado por el toreo Juan Ortega, jaleado como mesías del arte y tan echado de menos por años, que conquistó Bilbao con lo que dos toros justos de todo le dejaron hacer. Con una torería que secuestró a la afición. Urdiales, que hubo de pagar cuatro toros por lesiones de dos de ellos, sexto o con un imposible sin raza y genio. Hermoso de Mendoza salió en hombros en reconocimiento a partes iguales de una notable faena y una trayectoria impecable.
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