La mano izquierda de Ginés Marín en un nuevo ridículo presidencial en Zaragoza
El extremeño da una vuelta al ruedo en una tarde en la que también destaca Fernando Adrián
La entrega de Fernando Adrián, también en Zaragoza
El público pide una oreja que el presidente no le concedió
Es Zaragoza una plaza de continuos ridículos presidenciales tanto a las doce de la mañana como luego en el ruedo. Una batalla entre influencias que deja a una plaza de primera sin criterio en un continuo rezo por parte de todos para tocar con el palco ‘menos desafortunado’. Así, la mano izquierda de Ginés Marín se quedó, bajo la sorpresa de todos, sin una oreja ganada a ley. Otra faena destacada de Fernando Adrián, sin premio por el acero, mientras que Paco Ureña es silenciado con una corrida deslucida de Villamarta.
Muy serio fue el sexto, bajo de hechuras, pero cuajado y con mucha expresión. Ginés Marín aprovechó la inercia del toro en las primeras series, para dejar naturales de buen trazo y de mano baja. En la corta distancia, le costó más al toro que empezó a rajarse y buscar excusas para no repetir en sus embestidas. El extremeño remató la actuación de una gran estocada, merecedora ya de por sí de premio. Sin embargo, el presidente no concedió la oreja, bajo la sorpresa de los espectadores. Dio una vuelta al ruedo.
De bella lámina y ovacionado de salida fue el tercero, un toro de Villamarta que tuvo una embestida desrazada y algo descompuesta en la muleta. Ginés Marín intentó ordenar una embestida que sí tuvo buen embroque, pero le faltó siempre el motor suficiente para los finales. Además, se vino abajo. Remató la faena en terrenos de cercanías antes de dejar una media estocada bien colocada que resultó efectiva.
Con un afarolado de rodillas recibió Fernando Adrián al segundo, un toro que Villamarta que, aunque embistió recto, fue a más en su entrega a lo largo de la faena. Comenzó el madrileño con pases cambiados en el centro del ruedo, para continuar sobre la diestra con varias series a media altura. Fue a más el poder y la exigencia de Fernando Adrián en una faena de tono siempre ascendente hasta terminar con series importantes al natural y sobre la diestra. Remató por bernadinas, antes de dejar una estocada al segundo intento. El público pidió la oreja, pero el presidente no lo vio oportuno. Ovación.
Muy agresivo por delante fue el castaño quinto. Un trapío que sin embargo no estuvo acompañado por la fuerza. Tuvo que ser devuelto, pero el presidente lo mantuvo en el ruedo y la faena de Fernando Adrián estuvo condicionada por la continuas perdidas de manos del astado. Lo intentó el madrileño por ambos pitones en un ambiente alborotado por la decisión del presidente. Estocada al segundo intento.
Serio, cuajado, amplio de sienes y acapachado fue el primero, un toro con expresión al que le faltó mayor poder y bravura para desarrollar su condición, pues se fue viniendo a menos a lo largo de la lidia. Muy firme estuvo Paco Ureña en los terrenos del tercio, aunque sin poder ligar los muletazos, porque el toro acusaba la exigencia con una embestida a la defensiva y tardeando ante de los embroques. El de Villamarta acabó en los terrenos de toriles. La espada se fue baja.
Serio, rematado y acodado de pitones fue el cuarto, un toro deslucido por su escaso celo. De mejor embroque siempre que finales y viniendo por dentro en ocasiones. Paco Ureña busca en una faena de largo metraje siempre la ligazón, ganando un paso hacia el pitón contrario. Lo más destacado llega por el pitón derecho. Estocada al segundo intento desprendida. Silencio.
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