Aunque se viaja durante todo el año parece que septiembre abre la época postvacacional y es buen momento para plantearse algunas cuestiones.
Plinio el Joven hizo notar que la gente viaja a grandes distancias para ver cosas que, si las tuvieran frente a sus narices, permanecerían olvidadas y descuidadas. Esto sugiere que uno debe habitar la propia vida como si fuera un viajero, curioso y alerta, en busca de lo extraño de las cosas, para poder verlas siempre como nuevas. Para sobrevivir a los anestesiantes efectos del tiempo y la costumbre sobre nuestra sensibilidad, haríamos bien en recordar las clamorosas afirmaciones de Carlyle, quien decía que el objeto más nimio es una ventana al infinito, y de Rilke, que en su notable "Cartas a un joven poeta" decía que si el mundo no parece mágico, "échate la culpa a ti mismo; di que no eres poeta suficiente para evocar sus riquezas".
Me encanta la frase de "échate la culpa a ti mismo", llena de significado
ResponderEliminarBesos
Lourdes
Muy interesante lo que transmite esta entrada. Ir por el mundo con el alma de niños, niños turistas que con su mirada buscan arrancar del mundo, de su más profunda cotidianidad aquello sorprendente y único,
ResponderEliminarpor ese camino deben andar los poetas, abrazo.
Pero para ese viaje no se encuentran agencias
ResponderEliminarespecializadas.
¡Qué razón tenía Rilke!, únicamente hay que pensar en qué haríamos si no pudiéramos mirar por una ventana para ver el sol o si fuera la última vez que pudiéramos ver la formay el color de las nubes.
ResponderEliminarHay que saber disfrutar cada momento de la vida a tope.
Besos y feliz domingo.
Hola Pitt! Graias por llegar a mi casita y por tu comentario, he andado deambulando por tu sitio y me encanta, muy versátil y me parece que no tan misántropo, jejeje.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo de anís. Y me quedo en ese butacón, para seguir leyéndote cada día, un poco al aire libre.
Buena reflexión. Muchas veces parece que no podamos disfrutar de la vida si no es a miles de kilómetros de nuestra rutina, y es una pena, pero también demasiado dificil el hecho de intentar encontrar algún tipo de magia en algo que hemos visto miles de veces.
ResponderEliminarAdemás de esa mirada de viajero, tener un espíritu de "niño" nos hace también descubrir cosas que aparentemente parecen no "ser" nada.
ResponderEliminarMe confieso culpable cien por cien. A veces descubrimos bellezas que tenemos cada día al alcance de la mano... y ni las miramos, tienen que venir de fuera para hacernos admirarlas.
ResponderEliminarComo dice Anne, tener un espíritu de niño sería el primer paso.
Mil besitos.