
Lo prometido es deuda (Berlusconi).
Como veréis la sinceridad es otra de mis virtudes, de aquellas que dejé ayer en el tintero, y mi apuesto físico está acorde con mi inteligencia, ingenio, sensibilidad y pureza de espíritu. Por algo la cara es el espejo del alma (la madastra de Blancanieves).
Lector y estudioso de Panofsky, basado en mis profundos conocimientos de la iconología e iconografía como rama de la simbología y la semiología, dudaba con cual de mis más preciadas propiedades retratarme, el Mercedes, mi raqueta de paddel, las tablas que uso en Chamonix, un volumen del Aranzadi, mi caballo de jugar al polo... pero me he decidido por la que veis en la imagen.
Creo que esta dignificación de mi persona será un punto culminante en esta brillante carrera blogística y personal; espero que haya satisfecho tanto vuestra curiosidad como lo ha hecho a mi autoestima.
Pitt el Cuerpo.