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lunes, 4 de noviembre de 2013
La luz moderna
La época moderna nos ha traído, sobre todo, la luz. Hoy todo se encuentra iluminado y así nos parece ver la realidad incluso de noche. Cuando las imágenes de nuestro alrededor eran sólo patrimonio del día, al llegar la noche todo quedaba bajo los auspicios de la imaginación, oíamos un murmullo y teníamos que imaginar a que correspondía, más aún, la luz que provenía de velas y lumbre no hacía sino distorsionar, con sombras ominosas, lo que permanecía ante nuestros ojos, así la imaginación y los sentidos se encontraban en permanente alerta.
(Foto: Pitt Tristán)
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ya no queda ningún rincón para los sueños que no ilumine una farola...
ResponderEliminarComentario digno de una poeta.
EliminarGracias.
Pues yo sigo viendo un montón de gente sin luces todavía.
ResponderEliminarJajajajajajaja.
EliminarPues yo, que soy un misántropo.
Por desgracia ya no quedan mas lugares como los de la bella imagen que elegiste.
ResponderEliminarEs difícil soñar con tanta luz.
Cariños....
Mi querida Oriana, la imagen está tomada muy recientemente y se trata de una calle de mi ciudad, era de noche, hacía frio y por eso se ve desierta -también porque esperé un poco para captar la imagen-, buscando, buscando, podemos encontrar nuestro lugar ideado, ese pequeño sueño, por su brevedad, que nos hace sentirnos felices aunque sea unos pocos minutos.
EliminarCariños...
Tienes toda la razón, Pitt...hemos perdido por la vista lo que antes ganábamos en imaginación (Y quizá tambien en inseguridad ...¿No crees?
ResponderEliminarMagnífica fotografía.
besos,
Parece que todo debemos verlo con "claridad" y "realismo", con mucha luz, cuando la verdadera luz se halla en nuestra mente, en nuestra imaginación como dices y eso nos lleva a la inseguridad que nombras, no estamos seguros de lo que vemos porque no lo sabemos interpretar, no hay tiempo para la reflexión, no hay tiempo para perder el tiempo.
EliminarQue sepas que soy un entusiasta de perder el tiempo, es decir, del ocio.
Besos.
Siempre nos quedará cerrar los ojos, para alejarnos del mundo, para ganar intensidad al resto de sentidos, o sencillamente para no ver la cara de tu vecino ;). Preciosa la foto, como todas las que haces. Un beso!!
ResponderEliminarTienes razón, y siempre nos quedará París; yo llevo media vida con los ojos cerrados por lo mismo que dices, con el tiempo esa dependencia social y material ha ido disminuyendo pudiendo ir abriendo los ojos para ver sólo aquello que deseo.
EliminarGracias.
Un beso.
Y ya que estoy aquí..
ResponderEliminarTe diré que yo no he conocido la época de velas a no ser que una tormenta haya robado la modernidad, pero lo cierto es que en esos casos, todo se transfigura, se distorsiona y ya ves, yo además de poder ver algo fantasmagórico, que también, lo veo con tintes románticos.
Rarita que es una, qué le vamos a hacer.
:)
Besos
No, no es ser raro, ese romanticismo también me parece adecuado y yo lo siento así.
EliminarBesos.
Estoy tan acostumbrada a vivir con luz que no me lo imagino de otra forma la verdad. Biquiños!
ResponderEliminarTodos lo estamos, pero debes reconocerme que un ambiente más íntimo, relajado y cordial se asocia a una tenue luz...
EliminarBesos.
¿Aprenderíamos a vivir sin luz? Porque una vez pasado el momento romántico buscamos el interruptor.
ResponderEliminarLa fotografía es preciosa
Sólo por necesidad extrema, desde luego nunca renunciaríamos en aras del romanticismo, jajajajajaja.
EliminarGracias.
Pasear por la noche por calles desiertas es muy armónico.
ResponderEliminarUn beso
Nos devuelve parte de la paz perdida en la ciudades.
EliminarUn beso.
Lo malo de esas luces, es que no nos dejan ver las estrellas con la misma claridad.
ResponderEliminarBesos de noche negra, mi querido Pitt.
Ya no se puede ver la noche estrellada en la ciudad, así es.
EliminarBesos, querida Sara.
Mi querido profe de latín de los 50 diría que es una de esas fotos que te hacen cinco minutos antes de que te atraquen o te atraquen, por uno o una, depende. La noche, afortunadamente, nos hace vulnerables.
ResponderEliminarJajajajajaja. Tu profe era un hombre práctico.
EliminarY, sí, afortunadamente nos recuerda nuestra vulnerabilidad.
A qué hora está la calle Alfonso tan vacía??
ResponderEliminarpreciosa la foto...
Besos ;)
Como buenos fumadores, en invierno, solemos ir de noche a las terrazas del pasaje El Ciclón, que tienen sus estufitas y se puede fumar y beber que es lo suyo, cuando salimos ya suele ser tarde y, sumado al frío, la gente ya está resguardada en los pubs del casco.
EliminarBesos.
No me gusta la oscuridad, pero cierro los ojos ante muchas situaciones incómodas y me ilumino con luz tenue en otras bastante más gratas.
ResponderEliminarMe gusta tu ciudad vista a través de tu objetivo.
Un beso
Mujer, teniéndote delante a ti tampoco a nadie le gustaría la oscuridad, digamos que era un metáfora del exceso de nuestra sociedad, de esos árboles que no nos dejan ver el bosque.
EliminarGracias, igual me decido a incluir un apartado sobre Zaragoza, a través del objetivo, como dices, muchas gracias.
Un beso.
Es cierto, no hay nada peor que la luz eléctrica para acabar con nuestros sueños, pesadillas e imaginación. Muy buena reflexión.
ResponderEliminarMuchas gracias. Parece que la luz tenue nos despierta la imaginación.
EliminarDa igual la luz que haya yo vivo en el azul oscuro casi negro
ResponderEliminarPues debes saber que tienes un encanto particular, una especie de olvido donde guardar los ojos.
ResponderEliminarY la luz se hizo, para alegría de l@s noctámbul@s como yo.
ResponderEliminarReconocerás que a los noctámbulos nos va más la "media luz"...
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