Bienaventurados los que ven más allá y nos lo transmiten sin vanagloria. Y bienaventurados quienes esquivan el cenagal de la autocomplacencia y alcanzan a decir, como Claudio Magris en uno de los espléndidos artículos recogidos en "Utopía y desencanto", que: "saber ser y seguir siendo alumnos no es poca cosa, es como ser ya casi maestros".
¡Ole!
ResponderEliminarPercepción global y sensatez. Muy bien.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Gracias.
EliminarUn cariñoso saludo también para ti.
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ResponderEliminarCumbre.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarBrontë
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarJajajajaja. ;)
Eliminaraprender de los que aprenden
ResponderEliminarahí está la clave
Perfectamente expresado.
EliminarSí. Reconocer que estamos en esta vida para aprender.
ResponderEliminarY pocos para enseñar, lo peor de todo es que hay quien, sin haber aprendido, cree poder enseñar...
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