
No es otra la idea, intuída acaso, de que lo esencial es la persecución de un deseo, ya sea la búsqueda de un objeto preciado, quimérico o accesible, ya la satisfacción de unos ideales de amor o de venganza, es la ensoñación más que la evidencia del sueño, la ansiedad de la espera más que el logro del propósito. Todo concluye cuando se alcanza el objetivo, que inmediatamente pasa a cumplir una función subsidiaria, pues satisfecho el deseo deja de serlo y, por lo tanto, desaparece como argumento apreciable; convertido el sueño en realidad, qué otra cosa nos queda que darlo como finiquitado y lanzarnos a la búsqueda de otros sueños, de otras quimeras. Estos pierden su brillo, su relevancia, a favor del fulgor de la aventura que se ha precisado para llegar hasta ellos; tanto que, muchas veces, su no consecución es lo que nos mantiene vivos.
Me ocurre algo así con el blog, no se trata de no tener tiempo sino de dedicarlo a otros objetivos por eso veo que no lo atiendo como debería los últimos días pero también me resisto a abandonarlo. En estos momentos la preparación del espectáculo de Navidad y Año Nuevo, el dibujo y la pintura (es posible que presente en el blog las páginas de un cuaderno de "artista" -valga la exageración- que tengo en mente con una mezcla de collage, dibujo y texto), y algún viaje me separan de esta bella tarea bloguera pero intentaré mantenerlo vivo aunque sea en perjuicio de su periodicidad.
Gracias a todos por vuestra lectura y comentarios desde siempre.