El insigne poeta sevillano Aquilino Duque (1931-2001) encuentra en la lluvia una fuente de felicidad:
La lluvia que es tu dicha te lo dice,
la lluvia que te limpia de pecado.
Y el que fuera Premio Nacional de Literatura en 1974 no renuncia a su alegría andaluza:
La dicha es una palabra clara,
un encuentro, un milagro, una alegría;
el olor del tomillo y de la jara
y el chaparrón después de la sequía.
(Fotos: Pitt Tristán)
La lluvia no solo limpia el pecado, limpia la atmósfera de males, dejando ese olor a tierra mojada que es el olor del renacer.
ResponderEliminarBesos.