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martes, 20 de mayo de 2025

Madrid. 20.05.2025. Novillada. Fabio Jiménez, Tomás Bastos y El Mene. Novillos de Conde de Mayalde

 



Sorteo:


Toneladas de cubitos de hielo

Crónica del décimo festejo de la Feria de San Isidro 2025

Tuvo la segunda novillada de San Isidro unas toneladas de hielo en los tendidos que llevaron a un ambiente duro que rozo la intransigencia. A los tres novilleros se les midió como auténticas figuras del toreo en la tarde más exigente de la feria. Una faena honda al natural de Fabio Jiménez, el concepto personal de El Mene y una buena presentación de Tomás Bastos pasaron desapercibidos con una novillada de Conde de Mayalde que tuvo mucho que analizar y rica en matices en una tarde secuestrada por el ambiente. Aquel que se vuelve duro con los novilleros y se derrite con el calor de las tardes de clavel.

Basto de hechuras fue el segundo, algo escaso de cuello, aunque en las hechuras de la casa. Más amplio de sienes -casi playero- que con perfil. ‘Entrenador’ marcó nota alta en los primeros tercios, tanto en el buen recibo a la verónica -con alguna chicuelina-, rematado con dos medias verónicas; como en el tercio de varas, empujando con entrega y arrancándose con distancia. No se regaló un mínimo de resquicio entre compañeros en el tercio de quites y al buen quite de Bastos, le siguió otro medido pero de gran corte de El Mene por chicuelinas y una media cadenciosa. Había expectación de faena grande y el inicio por doblones marcaba un trasteo de tono alto.

El de Conde de Mayalde estaba embistiendo y la actuación hasta ese momento de El Mene había sido precisa en su brillantez. Cambió sin embargo el diapasón, cuando El Mene quiso torear siempre bien en el toreo fundamental. Sin el acople del principio, lo cierto es que la exigencia del astado se trasladó a una embestida que continuaba con su codicia, pero que había cambiado sus ritmos. Incluso, dentro de una misma serie, los viajes eran irregulares. Tuvo opciones, sí. Pero esa exigencia pasó desapercibida por un público que empezó a medir al novillero como si fuera de la parte alta del escalafón de matadores. No hubo ese entendimiento en el ruedo, a pesar de que logró muletazos de buen concepto siempre bajo el prisma de querer hacer las cosas. Dejó una estocada. El novillo se fue ovacionado, mientras que El Mene fue silenciado en un resultado demasiado duro.

Cuajado y rematado fue el quinto, que manseó en los primeros tercios, aunque respondió con celo y humillado en el tercio cuando El Mene le corrió la mano por el lado diestro. Mantuvo el novillo de Conde de Mayalde opciones y el novillero se mantuvo en su concepto cuando ya el ambiente era frío y la exigencia mal entendida se había adueñado de la plaza. Esa en la que, actualmente, es más difícil que un novillero triunfe a un matador de toros, cuando el hielo en su mayoría no está en los tendidos. Porque la exigencia nunca puede negar la contextualización. Eso es lo que de verdad da categoría. Recriminar a unos, encima a novilleros, lo que se pasa por alto varios días en función de lo que se lidia o del torero que está en el ruedo no es exigencia. Y no significa que ésta se pierda, cuando es totalmente necesaria. Una serie por la mano derecha fue la más rotunda de la tarde ya en el tramo final, antes de que el novillero se quedara a merced y la búsqueda de la salida en dirección a los terrenos de toriles -a un novillo manso- con el utrero haciendo hilo se resolvió con una violenta voltereta. Una gran estocada -que rodó al novillo sin puntilla- llevaron a parte del público a pedir la oreja. Es cierto que de manera minoritaria. Fue a recoger la ovación -después de una petición-, cuando algunos ya protestaron el gesto. Para aquellos que todavía utilizan lo de una estocada de premio. Cuando El Mene se dispuso a dar la vuelta al ruedo, les pareció una gran ofensa, a pesar de que otra parte del público se la pidió. Los gritos de ¡Fuera, fuera! -por encima de argumentos- fueron desproporcionados.

A pesar de la ficha, la presentación de Tomás Bastos en Madrid tuvo nota alta. Un novillero hecho que solventó las complicaciones del lote que precisó mayor dominio de la técnica. El tercero de Conde de Mayalde se movió, pero el público no valoró el cómo. Sobre las manos, con pequeños saltos, cambiando el pitón en los viajes, por dentro y con un final escaso. Una quimera el novillo de Conde de Mayalde a la que siempre respondía con sutileza, con mucha facilidad para ser desplazado. En ese movimiento sin entrega, tuvo mucho mérito el ser capaz de pulsear al novillo, aplicar la limpieza en lo trazo y dar orden a un astado que ganó en franqueza gracias a las manos del novillero luso. Y hablamos de un novillo. Porque el análisis fue propio de una figura del toreo.

Frente al manso sexto, que marcó poco embroque en los inicios, Bastos se impuso con cuatro doblones a un utrero que le costó mucho romper hacia adelante. Medios viajes sobre las manos, a los que Tomás Bastos extrajo muletazos largos en los medios. Pesó el novillo y también el lucimiento. Solo tuvo el defecto Bastos de que los dos trasteos tuvieron un trasteo de largo metraje. Las estocadas fueron efectivas y con seguridad. Buena nota.

Ya recibió con poco eco Fabio Jiménez a la verónica al primero, un novillo de Conde de Mayalde que tuvo una embestida recta, codiciosa y sin entrega por el pitón derecho. Distinta condición tuvo por el pitón izquierdo, con el pitón de dentro y con la capacidad de reducirse siempre que el del Alfaro lo pulseó con hondura y buen concepto. Sin inercias y con firmeza de plantas, Fabio Jiménez dejó naturales de línea perfecta y trazo templado. Vertical en la figura, con sello clásico. Faltó la transmisión al novillo -de mucha calidad- necesaria para Madrid y la faena pecó de abrir plaza. En un embroque, embistió el utrero toledano con el pitón de fuera, volteando a Fabio Jiménez, que se quedó a merced en el ruedo durante unos angustiosos instantes. La estocada al segundo intento fue defectuosa.

El cuarto, serio y con hechuras de toros, tuvo buena condición, pero llegó a la faena de muleta totalmente mermado después de un mal tercio de varas de César Pérez y una banderilla que se enterró -hasta la mitad- en el hueco del puyazo. Se echó y no por su falta de raza. No podía.

Ficha del Festejo:

Hierro de Conde de Mayalde - España

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Novillada con picadores. Décimo festejo de la Feria de San Isidro 2025. 19875 espectadores. Novillos de Conde de Mayalde, bien presentados y desiguales de juego. Destacó el quinto, el de mayor franqueza, aunque manseó en varas. Noble el primero, mejor por el pitón izquierdo. Exigente el segundo. Más deslucidos el resto. Manso, el sexto, al que le costó mucho romper para adelante. El cuarto, que tenía buena condición, llegó a la muleta totalmente mermado tras entrar media banderilla en el hueco del puyazo.

• FABIO JIMÉNEZ, ovación y silencio.

• ‘EL MENE’, que se presenta en Las Ventas, silencio y vuelta al ruedo tras petición con protestas.

 TOMÁS BASTOS, que se presenta en Las Ventas, silencio tras aviso y silencio.

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