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domingo, 13 de diciembre de 2020

Cinismo


 Es un hecho que cada uno gestiona sus problemas e inquietudes como puede y esto sirve tanto para la vida individual como para la colectiva. Y de eso se trata, desde la más remota antigüedad. Y ahora nos hacemos una pregunta: ¿Es lícita una dosis fuerte de cinismo en las relaciones humanas?

 La misma pregunta, formulada para la política, resulta estúpida, pues los países no se rigen por la moral, sino por intereses que pueden o no ser legítimos. Los cortesanos, digamos, en la Florencia de Maquiavelo, o los jacobinos en el París de Robespierre tenían un manual de instrucción pública, un manual del cínico cortesano o revolucionario.

 Lo divertido del asunto es que por estos lares se idolatra la sinceridad como la purga Benito. Ya nos adiestraba el aragonés Baltasar Gracián en todo lo contrario, ni se te ocurra ser sincero. “Antes muerto que sincero”.

 La verdad siempre llega tarde, la verdad es para pocos, la verdad es hiel que hiela el alma.

17 comentarios:

  1. Antes muerto que sencillo, creo que dijo Gracian. El cinismo es a menudo decir la verdad cruda, tal cual, y eso no suele gustar. Los niños y los locos son los más cínicos de todos.

    Cuidesemele.

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    1. Sí, y era Maria Isabel, la de Eurovisión Junior 2004, la que cantaba "antes muerta que 'sincera'", jajajajaja, eres tremendo, Francesc.

      Con Dios.

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  2. La verdad hace daño, si no queremos que nos hagan daño, no preguntamos. Yo prefiero la verdad a una mentira piadosa.
    Buen domingo

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    1. Yo prefiero que me mientan, total si te dicen que van a ser sinceros también te mienten.

      Buenas noches.

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  3. Se confunde continuamente "la verdad" con "lo verdadero".
    Si yo te enseño una tapadera por el lado del asa y te pregunto ¿que ves?, me dirás que una cosa redonda, de metal con una agarradera en medio. Si a tu vecino se a enseño solamente por el otro lado, me dirá : que una cosa redonda, de metal, sin más.
    Los dos me estaís diciendo la verdad, lo que veís y cómo lo veís, ninguno de los dos me engaña, y sin embargo si os pongo delante el uno del otro discutiriaís sobre lo que habeís visto; pero lo "verdadero" es que es una tapadera.
    la verdad suele ser siempre "la verdad de cada uno", no lo verdadero.
    Un abrazo

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    1. Comprendo. Merece la pena inspirarse en tu comentario para escribir sobre apariencia y realidad.

      Siempre agudo. Un abrazo.

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  4. Aparte del relativismo, del todo cierto de Miquel, la verdad es muchas cosas no es más que la visión de los pro y los contra. Ocurre que eso, como la libertad, es una pesada carga. Libertad y verdad, son pesos que pocas personas pueden llevar. Se vive mejor a "rebufo" sin mirar, dejándote llevar por el suave murmullo de la corriente, no vayan a pensar que eres "distinto". Incluso hay gente que se miente a sí misma sin ningún pudor.

    Un saludo

    P.D. O nos mentimos a nosotros mismos, quizás es mejor reflejo.

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    1. En mi caso me he acostumbrado tanto a la hipocresía, a la mentira, al postureo por la época que me toca vivir que me imagino el daño que puede hacer la verdad. Dios mío, ¡qué cinismo!

      Un saludo.

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  5. Yo creo que el cinismo, tanto en su sentido manipulador como en el de rebeldía, son igual de lícitos. Pienso que todo aporta, y a veces lo que molesta, aún más.
    Estoy de acuerdo con Puigcarbó en que es habitual la desvergüenza en niños y locos, por alguna razón se acepta mucho mejor que en el resto de los mortales.

    ¡Un gran abrazo, buen domingo!

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    1. Es un hecho que el cinismo está presente y, también es cierto, que hay al menos dos clases de cinismo.
      Un gran abrazo.

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  6. Dice la filosofía popular que "hay que ir siempre con la verdad por delante". Yo no sé si eso es buena idea, si lo hiciéramos así el mundo daría la vuelta, y tal vez para peor.Todos mentimos o hemos mentido alguna vez, pero dependiendo de las situaciones puede ser algo grave o un simple juego.
    Feliz domingo

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    1. Totalmente de acuerdo, auqneue el cinismo, digamos, es otra cosa.

      Abrazo.

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  7. Cuenta Josep Pla que había en Barcelona un arquitecto, el señor Boniquet, cuya esposa era guapísima. Todos los señores de la alta sociedad barcelonesa admiraban a la señora Boniquet y ella los quería mucho a todos. A más de uno lo quiso con pasión modernista.

    El arquitecto preocupado por la resistencia de los materiales no sabía nada de los amores de su esposa, aún siendo estos un secreto que ya no era secreto para nadie.

    Un amigo del señor Boniquet, virtuoso de estos que están convencidos de que la verdad debe ir por delante de todas las cosas, creyendo obrar rectamente, informó al arquitecto de las andanzas de su guapa esposa. Naturalmente esta información causó tribulaciones y un nerviosismo tal al buen arquitecto que, el pobre, se desconcentraba en los cálculos, no atinaba con las soluciones constructivas e incluso tuvo el tímido atrevimiento de reprochar a su mujer su licenciosa conducta. El reproche le sentó muy mal a la señora Boniquet, se sulfuró y arremetió con improperios contra su marido; total, una zaragata de “aquí te espero”.

    El señor Boniquet quedó tocado, quería olvidar el mundo, apearse de la vida social y sublimar toda su energía en la arquitectura, hasta que sobrevino la desgracia, A los pocos días, en una visita de obra, le cayó una viga a la cabeza y lo mató.

    Las exequias fueron sonadas, los señores de la alta sociedad barcelonesa corrían a dar el pésame a la señora Boniquet. Para todos tenía, ella, una palabra de gratitud que acompañaba con una lagrimita y decía: ¡Ay pobre Ramón, Dios lo haya castigado!

    Cómplices, la verdad y la viga, mataron al señor Boniquet.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Escuché una historia muy parecida en la que la viga aplastó a la señora Boniquet. La respuesta del viudo era la misma en las exequias: ¡Ay pobre mujer mía, Dios la haya castigado!

      Salut.

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  8. Diré que sinceridad y decir la verdad son cosas distintas, porque cada uno tiene su propia verdad. Depende todo mucho de las formas en que se digan esas verdades como todo en general.Pero es cierto la hipocresía está a la orden del día en todos los terrenos.
    Eso no quita que te de un fuerte abrazo y es de sinceridad y de verdad!!

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    1. Solo pido que aceptemos que somos hipócritas, y cínicos y mentirosos bastantes veces al día, jajajajajaja. Me costó aprenderlo, me refiero a edulcorar la verdad u ocultarla para que cada uno escuchara lo que deseaba -no me refiero al blog, por supuesto, jajajajaja- pero a partir de entonces todo me fue mucho mejor en la vida, sí, ya sé que parece una afirmación cínica pero es una verdad como un templo.

      Fuerte abrazo.

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  9. Lo que pasa es que hay tantas y tantas verdades...
    Salu2, Tristán.

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