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jueves, 3 de marzo de 2011

Lord inglés

Lord Hugh Cecil tenía el arte de decir mucho en pocas palabras. En cierta ocasión, un tedioso charlatán, lanzado a un torrente de reminiscencias, hizo una pausa para preguntarle:
- ¿Le aburro, Lord Cecil?
- Aún no,- respondió cortesmente.

8 comentarios:

  1. Creo que uno de los secretos de un buen conversador, consiste en ser consciente de que quizá no le interese lo que está diciendo a la persona que tiene delante.

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  2. Ya te he contestado en mi casa, pero aquí te agradezco de nuevo el consejo con este sencillo ejemplo, un besito!!!

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  3. El Lord no era político, ya que el arte que se precisa en tal caso, es el de hablar mucho sin decir nada.

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  4. Le dio una pista preguntándole.
    ¡Me cachis!, charlatán y tonto.
    Besos y ya casi...buen viernes.

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  5. Lo bueno si breve, dos veces bueno.
    Pero es que... jolines a veces también gusta tejer unas cuantas palabras de más, aunque sea para despistar.

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  6. Pues la verdad es que hay multitud de personas que cuando se ponen a hablar o a escribir, no saben muy bien lo que están poniendo o eso es lo que parece por que después de muchos renglones, resulta que no han dicho nada y es bastante pesado, por que lees o escuchas esperando que haya algo de provecho en todo aquello o que pare un momento para poder decir tu algo, opinar o al menos cortarlo, pero nada no hay manera, sigue y sigue y parece que nada puede hacerlo terminar, es entonces cuando rezas por que suene un teléfono, que jamás suena entonces o por que algo o alguien corte aquel absurdo o al menos te de pié a hacerlo tu mismo, pero volviendo al teléfono, nunca suena cuando debe sonar, en cambio hay veces que, la verdad casi siempre, es muy inoportuno e interrumpe sin la menor compasión tanto una confidencia como un acalorado debate o una apasionada declaración, mientras cuando esperas que suene.......... jejejeje ¿De verdad has leído hasta aquí?

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  7. Por supuesto que he leído hasta ahí Piedra y, como diría lord Cecil, aún no me aburría.

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  8. Yo, he de reconocerlo, sé escuchar de maravilla. Intercalo monosílabos en los momentos oportunos y hago preguntas que indican que presto atención, aunque no me comprometen. Son los años de práctica que dan sus frutos. Caigo muy bien a la gente porque escucho y... sonrío. Y eso da puntos.
    No, no me suele aburrir nadie... porque tengo facilidad para encontrar el hueco en le que decir: "Uyyyy, qué tarde. No llego. Siempre con prisa, qué rabia. Nos llamamos, ¿vale?"
    Besos con sonrisa.

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