Leo a Pepe Deapié y recuerdo lo que decía Aristóteles de los pitagóricos:
"Nutridos de ella (la matemática), creyeron que su principio fuera el de todas las cosas. Ya que los números por su naturaleza son los primeros que se presentan en ella, les pareció observar en los números semejanzas con los seres y con los fenómenos, mucho más que en el fuego, o en la tierra o en el agua y como también veían en los números las determinaciones y las proporciones de las armonías y como, por otra parte, les parecía que toda la naturaleza estaba por lo demás hecha a imagen de los números, y que los números son los primeros en la naturaleza, supusieron que los elementos de los números fuesen los elementos de todos los seres y que el universo entero fuese armonía y número. Y todas las concordancias que podían demostrar en los números y en las armonías con las condiciones y partes del universo y con su ordenación total, las recogieron y coordinaron."
Pero Heráclito, que nos enseña que el “ethos” de un hombre es su “daimon”, también escribió:
“Pitágoras recogió más información que todos los demás hombres, incluso afirmaba que recordaba detalles de vidas anteriores, en que fue pepino y sardina.”
Me gusta la historia del Pitágoras total, el del cuadrado de la hipotenusa así como el de la suma del los cuadrados de los catetos, y no podría sentir que conozco a Pitágoras debidamente ni no supiera también acerca de sus secretos, sus vidas anteriores lejos de las matemáticas en que fue pepino y sardina.
¿Cuál será la historia total –aún por terminar de escribir- de Pepe Deapié? ¿Recordará si fue otra cosa que el buen hombre y matemático-informático audaz de la actualidad? Y vosotros, amables lectores ¿recordáis que hortaliza o animalillo habéis sido?
Tengo obsesión por los tulipanes, quizá esa sea la explicación, que una vez campé a mis anchas por las praderas holandesas. En cuanto a los animalillos, fuí loba, zorras había muchas, ;)
ResponderEliminarPor qué crees que las rosas depositadas en la tumba de la circunferencia querían ser tulipanes... siempre estás en nuestro recuerdo.
ResponderEliminarYa había pensado en ello, no te creas, pero de vez en cuando me dan ataques de humildad, jajajajaja.
ResponderEliminarTe quiero, no sé si te lo había dicho alguna vez.
Yo solía ser muy amigo de pitágoras en aquella época en la que ambos éramos pepinos y nos reíamos de las esPInacas... XD
ResponderEliminarEs cierto, yo fuí esPInaca, por aquellos entonces y sufrí en mis carner los menosprecios y los "cachondeítos" de dos pepínos llamados Herel y Pitágoras, por eso después de mi efímera vida vegetal me convertí en topo para pasar todo el tiempo bajo tierra y me he estado maldiciendo eternemente desde entonces por no pedirme ser tiburón para morderle la cola a una sardinita descarada.
ResponderEliminarsalu2
Jajajajajajajajaja! Si usara sombrero me lo quitaría ante estos comentarios, a cambio me pongo de pie y aplaudo: clap, clap, clap, clap. Son geniales todos...
ResponderEliminar... tanto, que no se me ocurre qué decir (seguro fui espinaca y también se reían de mi).
Yo fuí martillo y lo sigo siendo. Y del cielo me caen los clavos.
ResponderEliminarPitt: No llego a tanto como Pitágoras, pero sí, siento fascinación por las matemáticas. Encuentro en ellas tanta belleza como en el arte.