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lunes, 14 de noviembre de 2011
Cataclismo
Si nos hubiéramos conocido de otra forma. Tal vez los dos ya muy ancianos o los dos tan críos que nos recordáramos hasta la muerte. Pero la pelota de mi hijo rodó hasta el banco donde tu acunabas al tuyo. Mi esposa me lanzó un beso desde la colina. Tu marido regresaba con el pan. Al agacharme, bajo tu falda, mi mano rozó tu tobillo y abracé la pelota como si fuera un ancla. Tu estrechaste a tu bebé de plomo. Dos vidas tan conclusas que haría falta un cataclismo.
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En esta vida, de esas pequeñas casualidades nacen grandes historias, solo hay que atreverse a cruzar a través del cataclismo.
ResponderEliminarFdo: La loca enamorada de tu don para la fotografía
¿Este texto es tuyo? Porque me ha gustado mucho. Y bueno, si pone "autor: Pitt Tristán" mi olfato detectivesco me dice que tal vez lo hayas escrito tú. Qué buenas historias da el azar.
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