Derogación de la Ley de Prisión Permanente Revisable.

Va cambiando mi postura sobre la pena de prisión permanente revisable de la que antes era partidario. Primero los lingüistas nos advierten que si es permanente no es revisable, y ya se sabe la importancia que en nuestra sociedad se da al lenguaje. Otra opinión es la de una diputada que esta mañana decía en el hemiciclo: "¿De dónde quieren ustedes estar más cerca, de Ankara o de Estrasburgo?" (aclaro que esto se lo decía a los diputados que apoyan esa injusta ley, no a los terroristas del 11-M de la imagen, que conste para evitar malentendidos que luego los tengo). Quita, quita, de Ankara nada diputada, que tienes mucha razón, que no me gustan ni ver los de Ankara. Y, por último, el manifiesto de más de un centenar de catedráticos de Derecho Penal donde expresan su oposición frontal a la prisión permanente revisable y en el que piden su derogación, y ya se sabe de la fortuna y el acierto de nuestro Poder Judicial. También pienso que la tumbará el Tribunal Constitucional. Así que yo también me uno a la proposición del PNV de su derogación. ¡Joder!, quiero estar con los ganadores. Además que queda mucho mejor ser bueno y amable y conciliador.
Fijaros si tengo razón que me entero a última hora, escribiendo esto, que se quiere proponer para el Premio Princesa de Asturias de la Concordia, a Patricia Ramírez, a la sazón, madre del niño asesinado Gabriel Cruz, por su actitud contra la rabia del pueblo, pidiendo paz.
Razón de más.