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miércoles, 8 de agosto de 2018

La siesta



La expresión se remonta a la hora sexta de los romanos, la más cálida del día, la de la verticalidad solar. Porque en Roma se dividía la jornada diurna en doce horas entre el amanecer y el crepúsculo, y la sexta marcaba justo la mitad. Allí tuvo su origen el verbo "sextear" o "guardar la sexta", que después se transformó en "sestear" o "guardar la siesta".
El calor adormece, invita a tumbarse, inspira ensoñaciones. Algunos poetas exploraron los placeres de esta pereza fogosa. Catulo y Ovidio recomendaban refugiarse en la penumbra cuando la luz es cegadora fuera. Creian que la iluminación más bella para el amor es una sugerente medialuz, entretejida de oscuridad y de esos rayos que se filtran por las rendijas de las persianas, nítidos, con polvo dorado bailando en su interior.

7 comentarios:

  1. Yo también pienso que es el mejor momento para el amor 😉
    Ay, esas siestas de verano! Y las de invierno bajo el edredón...
    No sabían ná los romanos 😂

    Buen verano y buenas siestas, Pitt Tristán!

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  2. Qué hermosa imagen y cierto, el descanso de las penumbras ante las luces cegadoras, es fundamental.
    Para los árabes anadluces el paraíso estaba en la Tierra y por tanto los sentidos, el dulzor del aire, el canto del agua, el sonido de los pájaros, los juegos de sombras y luces, la belleza de la arquitectura, el olor de los aceites, el sabor de los alimentos hacía que la belleza de la vida fuera realmente revivida.

    Besos Pitt!

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  3. Lindo texto para un cuadro que me recuerda a la Odalisca de Fortuny. La siesta es un gustazo que pocas veces nos podemos dar y que debería ser de obligado cumplimiento :-). Muy chulo

    Un abrazo

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  4. Llevo meses leyendo sobre el calendario, horarios y festividades romanas, pero a esto no he llegado.
    Ahora me echaba una siesta de dos meses.

    Besos, Pitt.

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  5. Gracias por tu aportacion y regreso al blog.
    Besos

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  6. La siesta, ese lujo heredado de los romanos, como tú bien dices. Y denostado por los anglosajones, que nos tachan de perezosos.
    A mi me parece una costumbre sana e inteligente, sobre todo en verano. Además, la horizontalidad es tan evocadora y sugerente...
    Vuelvo por aquí y me gusta.

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