Lo de Rufo comienza a ser histórico: indulto de “Ennarrolado” y máximos trofeos en Nimes
Talavante paseó las dos orejas del quinto y El Juli, otra del segundo en un colosal cierre de Pentecostés
Y es que en el último capítulo de la Feria de Pentecostés se escribió el mejor final posible: el encuentro entre dos bravos. Por una parte, un toro de bandera, que puso la plaza en pie con un emocionante tercio de varas. Y por otra parte, un chaval con apenas diez corridas toreadas que está llamado a tomar el mando del toreo a corto plazo. El encuentro entre los dos fue vibrante. Repitió con codicia en cada toque ‘Ennarrolado‘ y Tomás Rufo lo cuajó de principio a fin. Largos, templados y con la mano baja ligó los muletazos el toledano. Se emborrachó el público de este toreo tan bueno y caro a la vez, hasta el hecho de que la plaza pidió el indulto y lo consiguió. Faena para el recuerdo.
Tomás Rufo vino a Nîmes a conformar su doctorado en las viejas piedras romanas. El toro de la ceremonia, un animal de Victoriano del Río muy exigente, no fue el más adecuado para un día tan importante. Pese a las dificultades del animal, Rufo dejó muestra de su toreo muy depurado y saludó una ovación.
El quinto de Cortés fue un buen toro y Talavante puso su alma en la arena nimeña. Arrancó su labor de rodillas con derechazos que tuvieron eco en las gradas. Una vez en pie, siguió sobre los dos pitones. Las tandas, sobre la diestra superiores. Una estocada de efecto rápido le valió las dos orejas.
El burraco de Cortés que hizo tercero tuvo mejor pitón derecho que zurdo. Talavante estuvo variado con él y le pegó buenas tandas por la diestra. Escuchó una ovación tras aviso.
El público de Nîmes asistió a una lección de El Juli. Con un animal manejable, que en otras manos hubiera quedado anodino, el poder de Julián marcó la diferencia. Tantas diferencias que el astado no tuvo más remedio que someterse a cada toque. Los naturales, lentos y con la mano baja, fueron de alto nivel. Cortó una oreja de peso.
Al público, algo frío esta tarde, le costó entrar en la faena de El Juli al cuarto. El madrileño lo intentó y estuvo bien en una meritoria faena con un toro que no quiso romper. Saludó una ovación.
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