Ocurre con las palabras, con las ideas y, espero, con las ilusiones. Como escribió Wittgenstein: "Algo rojo puede ser destruído, pero el rojo no puede ser destruído y es por eso por lo que el significado de la palabra rojo no depende de la existencia de una cosa roja".
¡Como el amor! puedo dejar de amar a "X", pero el amor allí queda, para cuando aparezca otro a quien amar.
ResponderEliminarAnís y un beso.
No se destruye por mas que muchas veces, ese sea el deseo.
ResponderEliminarEn todo caso lo que si se destruye, es uno mismo; y ese es el peor error luego de tan bella creación ;)
Besote
Olvidaba... Para cuando mi entrada de Bienvenida???
ResponderEliminarAnónima o no, te sigo igual.
La espero con ansias y todos los honores,jajja
Besote doble.
Aunque esto sea muy típico al leerte lo he recordado: por mucho que la rosa no tuviera su nombre, seguiría desprendiendo su peculiar perfume. Siempre releyéndote y meditando tus palabras.....
ResponderEliminarPues no sé... y yo que a veces creo que se gasta... :-/
ResponderEliminarBesos
Ese es el verdadero milagro de las palabras.
ResponderEliminarBueno, el rojo no existe porque solo es una percepción que tenemos cuando los fotones rebotan en un lugar y en una cierta longitud de honda nos llegan al ojo que lo interpreta como color. Solo vemos fotones rebotados entre 618 y 780 nm(creo que esta era la frecuencia pero no me hagas caso que lo leí hace poco y ya lo estoy olvidando). Wittgenstein pudo poner como ejemplos nabos y peras, o zanahorias y melones.
ResponderEliminarEl rojo, (o el amarillo), no pueden ser destruidos, pero pueden ser distorsionados para que sean odiados. Es más práctico que pretender acabar con todo el color y mucho más efectivo.
ResponderEliminarTodo es según la percepción de las cosas ya que es como todo, como la gente que ve el rojo verde...
ResponderEliminarImpresionantes los análisis de Wittgenstein. Escarbando y hallando en la lógica y en el lenguaje. "Los límites de mi lenguaje, son los límites de mi mundo".
ResponderEliminar