Una cabeza privilegiada
Ginés Marín cuajó una tarde redonda propia de un torero cuajado. En el momento idóneo para encerrarse con seis toros y, además, en una plaza como Santander. El diestro extremeño cuajó una de las tardes de su carrera por su capacidad, su dominio en los terrenos y en las altura, y por saber administrar en cada momento lo que pidió cada astado con una cabeza muy despejada y fresca. Como si de una tarde cualquiera se tratara, Ginés Marín mató seis toros y paseó cinco orejas. Y cómo los mató. Recreándose en unos perfectos volapiés. Cuatro, al primer intento. Aunque la faena de mayor toreo llegó con el buen toro de Juan Pedro Domecq, las dos orejas cayeron en el sexto. Entremedias, una tarde de un torero cuajado en su plena madurez.
Video resumen:
No hay comentarios:
Publicar un comentario