Se ha ido la luz, pero está todavía. Como un recuerdo o un presentimiento. Como el emor, que se va mucho antes de irse, y permanece hasta mucho después de haberse ido. Su aleteo deja ver los penúltimos árboles. Enfrente, algún olvido sonrosado, algún olvido del tono del limón.
El Otoño te pone lírico. Nada que objetar. Llevas unos posts muy otoñales. Esa luz de la que hablas se reducirá considerablemente a la que cambien la hora para reducir energía pero no importa. Me sigue gustando el otoño. Buen Martes.
ResponderEliminarLa esencia de esa luz siempre estará presente, aunque aveces languidece y se entumece lo que fue profundo y verdadero permanece.
ResponderEliminarLindo poema!!!
Un cálido abrazo amigos Pitt y Pepe.
Me gustaría estar al cobijo de ese árbol, disfrutando del entorno, de la luz, del otoño, del amor
ResponderEliminarMisántropo, que delicado hoy...
ResponderEliminarNo conocía esta faceta tuya poética y me encanta, nunca dejarás de sorprendernos.
ResponderEliminarEl otoño nos regala esa melancolía, "como un recuerdo o un presentimiento". Mil besitos.
Quizás lo mejor es que siempre vuelve Misántropo.
ResponderEliminarSiempre agradecido a vosotros, al inteligente Hou; a la cálida Diana; a Marikosan, musa del amor; a la delicada Ada; la entrañable Jana y al siempre amable y perfecto caballero Enrique Tarragó, así como a todos los lectores y seguidores...
ResponderEliminar¿Es tuyo?. Si es así, eres un crack.
ResponderEliminarPepe Deapié, es tuyo, lo escribiste en una servilleta del restaurante donde cenamos hace unas semanas...
ResponderEliminarYa me gustaría, Pitt.
ResponderEliminarMuy bonito Pitt, y la foto no sé si será tuya, pero también es preciosa.
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